Por estos días, finales de algo y comienzo de todo, el calor y ese deseo impreciso de concretar lo que no toma forma han marcado el tempo. Las ganas, o más bien la desgana, indicaron el camino luego de cada mañana con tarde corta en un laboratorio desierto. Allí estuve, reescribiendo un artículo que auguro importante, luchando con mi mente que planteaba paseos… un tanto lejos. Pero no me preocupo, sé que la concentración, en mi caso, es cosa de períodos y el devaneo siempre precede al mejor encuentro.
Y así, sumido en una calma revuelta, espero con miedo la aparición de un septiembre estúpido que trataré volver inteligente, alejando, en lo posible, la voluntad imprecisa de quien por tonto me tiene.
Os quiero,
Ed.
2 comentarios:
Te has pasado a la poesía
palabras que riman con tu ánimo, es así?
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