sábado, 30 de julio de 2011

Viernes


Hola a tod@s!

Pasado julio ya entramos en el temido agosto de parón y desvaríos. Yo aún en Madrid, añorando algo de agua a mí alrededor, me dedico a poner en negro sobre blanco todos los datos que mi laboratorio ha generado en los últimos seis meses y con esto se me alegra el corazón. También leo, leo y leo y ya terminé un “tocho” con firma cubana que se llama “El hombre que amaba a los perros” que para mi gusto se alargó, pero reconozco en él un trabajo titánico de composición histórica que merece la pena ser leído. Todos los días no encontramos un escritor de la talla de Padura que nos cuente la historia de la mayor de las utopías, aquella que en aras del hombre nuevo cayó en el mismo precipicio del ser anterior. Ahora otro libro me entretiene en el metro, pero este es un hueso para ex físicos nostálgicos como yo… “Quantum” o la historia, salpicada de fórmulas, de cómo la física clásica se “cuantisó”. Una vez más entiendo por qué me metí en esto de la biología molecular y la inmunología, quise formularla y aún no lo he logrado. Pero no sólo los libros y los datos han llenado mis días, también fui al cine y disfruté de una película argentina un pelín sobrevalorada, pero de agradable trago. “El hombre de al lado” nos plantea una disyuntiva interesante y una fotografía compleja desde su sencillez. Otra cosa fue asistir a un insufrible espectáculo de fusión que intentó versionar, una vez más sin éxito, la Carmen más conocida del planeta. Siempre ha sido un misterio para mí el hecho de que la mítica tabacalera haya tenido sus orígenes en otras partes y, lo que es peor, nada memorable han sido las versiones españolas del legendario drama. El creador de “aquello”, en un intento de “no sé que cosa”, quiso poner sobre las tablas todo lo que ha visto desde que nació. Entonces subió al escenario a la bailadora con tablao y taconeo, un intento de bailarines clásicos de esos que se formaron bajo la mirada de Ullate-padre y para rematar, exportó a la bailarina creada por Bejart y mil veces recreada por Mats Ek que no es otra cosa que una mezcla de monja con boxeadora. Con todo eso dentro de una batidora el resultado es nefasto. Gastar medio euro en verlo es no pensar en el hambre que sufre el mundo.
En otra cuerda y es que el mundo es una supercuerda, una vez bajada la marea provocada por el tsunami noruego, la conclusión debería estar clara: hay que vigilar el avance de la ultraderecha y el fascismo en Europa. En aras de la economía y en pos de la salvación del capitalismo modélico se están permitiendo el florecimiento de sectores que miran con cara de asco al diferente, el siglo pasado fueron los judíos… quien sabe cuál será el siguiente blanco. Por España, la noticia ha sido otra: elecciones el 20N y la fecha dice mucho. Nuestro particular partido del Té, con mantilla y cruz de misa se frota las manos. Esto promete ser movido y yo prometo, tal y como hacen los diarios americanos, manifestar mi posición.

Os quiero,
Ed.

domingo, 24 de julio de 2011

Viernes salteado, con tropezones… y abandonos

Hola a tod@s!

Un buen amigo me escribe un whatsapp desde Nueva Zelanda, luego de casi 24 horas de viaje dice estar en un sitio extremadamente lejano, sin embargo, la comunicación es instantánea. Al mismo tiempo leo que el transbordador Atlantis aterriza por última vez y de esta manera se cierra, hasta nuevo aviso, la era espacial estadounidense… Algo funcionó mal, somos capaces de enviar datos a velocidades increíbles pero nos vamos encerrando en una cápsula contaminada. El espíritu aventurero nos ha abandonado y ahora preferimos “explorar” desde una habitación y frente a una pantalla. En esta línea de abandonos, por desgracia y con frecuencia, el verbo abandonar se ha tenido que conjugar varias veces y en contextos diversos en los últimos días: Roland Petit, el incombustible, nos abandonó y la tríada fantástica: Bejart, Pina y Petit ya no está entre los vivos, siempre decimos que quedará su obra y esta vez creo que será verdad. Otro abandono se encarnó en el genio de Amy Winehouse, con sólo 27 años y dos discos que revolucionaron la música, su vida se cegó; seguramente con la ayuda de los excesos que tantas veces acompañan a un alma creativa capaz de concebir un “Back to black” que impresionó al culto y al plano. Y entre tanta celebridad, un anónimo nos abandonó, un chico de 23 años, con nombre de dios griego, intentó abandonar la isla de las metáforas en busca de una solución que no encontró. Sinceramente, pensé que los 90 no volverían para quienes viven en Cuba y parece que me equivoqué. Mi generación se subió a una balsa, a pesar de que alguna ilusa trate de contar a su alrededor quienes no lo hicieron, y aún multiplicando, le sobren los dedos de una mano, pero pensé que la generación hoy tendría otras opciones. Lo cierto es que Adonis se subió al tren de aterrizaje de un avión español y murió congelado buscando el paraíso que no existe. Los 90 no están tan lejos para quienes buscan un viento de libertad, a veces demasiado frío. Al mismo tiempo, una entrevista da la vuelta al mundo, Alicia Alonso accede a ¿responder? algunas preguntas para la CNN y un listo entrevistador de origen cubano intenta que la diva se moje la zapatilla… todo quedó en el intento. La Alonso, con nueve décadas en sus huesos, no es capaz de salirse del discurso barato que no está acorde con su estatura artística. A estas alturas defender la Utopía que tanto desastre ha causado es poco menos que ignorancia. Y es que mirar hacia otro lado es la más fácil de las posiciones y puede provocar los mayores sufrimientos. Sin ir más lejos, la policía noruega hasta hace muy poco decía que “los extremistas de derecha y de izquierda, no constituyen una amenaza seria en 2011 para la sociedad noruega”, hoy han tenido que cambiar de opinión. Un defensor de la derecha y Cristo tiñó de rojo la tranquilidad nórdica haciéndonos recordar que no hay color bueno cuando el respeto por el semejante se salta.

Os quiero,

Ed.

sábado, 9 de julio de 2011

Viernes simple

Hola a tod@s!
Ya instalado en los 42 y tratando de pensar que es uno más y no uno menos, mi semana ha trascurrido con la velocidad de un fotón. Ha sido un abrir y cerrar de ojos que apenas me ha permitido reflexionar sobre un par de ideas, escribir un artículo y disfrutar de las pequeñas cosas que hacen la vida. Este año no hubo fiesta pero he compartido con amigos en momentos diversos sintiendo el calor de aquellos que sincronizan. Sin embargo, por Madrid como cada verano, el tiempo se va deteniendo, la ciudad se limpia de murmullos y el espacio aumenta. Es el momento de disfrutarla, de visitar la exposición de Antonio López en el Thyssen, de buscar lo que ofrecen las escenas veraniegas o refugiarse en un cine hasta que el sol permita su paso a la luna y refresquen las temperaturas. En esta cuerda me he movido y recomiendo una película francesa que lleva por nombre “Pequeñas mentiras sin importancia”… coral en esencia, habla de mil personajes que se retuercen en sus vidas con la delicia de una buena pluma y grandes actuaciones. Siguiendo otros caminos el Teatro Real me provocó sentimientos encontrados, un ballet ruso de producción cuidada y trajes exquisitos reafirmaba el despropósito del programa de danza que sigue el coliseo madrileño. En otro momento, el montaje de “San Francisco de Asis”, la maratónica ópera de Messiaen, me dejó exhausto pero convencido de haber escuchado una creación casi divina en su profunda atonalidad. Más hacia al sur de la semana y caminando por la Gran Vía, alguien a quien quiero mucho me hizo disfrutar de otro tipo de espectáculo, también musical, pero más popular y hablo de Los Miserables y sus efectos escénicos. En fin, han sido días de cultura y sorpresas, de llamadas y conversaciones… una semana placentera que en su rapidez ha dejado alguna huella para este Viernes simple.
Os quiero,
Ed.
PD: Gracias Felipe, Dani, Rober, Babbo, Ana, Toni y Jose por vuestros regalos. Gracias a varios por sus felicitaciones.

sábado, 2 de julio de 2011

Viernes de 42 orgulloso...

Hola a tod@s!

Se acercan los 42 y no es una banda musical sino una edad que cumpliré en breve. Siempre supuse que tantos años te harían robusto, incluso que la improvisación y la inseguridad te abandonarían… creo que me equivoqué.
Sigo en Madrid, con menos calor gracias al aire acondicionado, y viviendo un orgullo (gay) descafeinado debido a las medidas que el ayuntamiento ha impuesto a estas fiestas. Como mucho sabéis soy un anti-fiesta, los tumultos no me gustan, no bebo y me voy a la cama temprano. Con estas características sería consecuente apoyar a quienes quieren eliminar las festividades del Orgullo Gay del barrio donde vivo. Sin embargo, veo claramente una segunda intención en todo esto. Con los mismos argumentos se deberían prohibir los San Fermines, celebración que por lo general termina con algún muerto y varios heridos, y mucho más la Semana Santa que corta calles en varias ciudades y paraliza la actividad productiva de toda la nación. Si realmente lo que se quiere evitar es el ruido molesto para los vecinos, yo soy uno de ellos, entonces las medidas se deben tomar durante todo el año, y no justamente en estos días que la comunidad homosexual celebra haber salido del armario que la doble moral les construyó en el Medioevo. Muchas veces he escuchado aquello de “por qué se tiene que celebrar el orgullo de ser homosexual, los heteros no lo celebran”. Los heteros no han sufrido la discriminación, la vergüenza, el maltrato y un largo etcétera. Un hetero no tiene que decir que lo es porque la sociedad lo presupone y lo trata como tal, el homosexual tiene que aclararlo. Un hetero no ha tenido que aguantar, muchas veces en silencio, los malos chistes sobre las debilidades del homosexual, en ocasiones contados por un endeble individuo que se cree fuerte por ser hetero. En fin, miles son los ejemplos y millones las razones para seguir celebrando que por estos días, hace tres décadas, algunos se hartaron de seguir ocultándose. Y de la misma manera que los fieles a Cristo, alzan un palo vestido de virgen y pasean su orgullo de cristiano, todo esto sin tener pruebas directas del martirio que sufrió Jesús; los homosexuales tiene derecho, y casi diría que el deber, de mostrar su identidad para recordarles a quienes no les gusta que existen y tienen que aceptarlo.


Os quiero,


Ed.