sábado, 26 de julio de 2014

Viernes con miedos, prevacacional... y sin fotos.

Hola a tod@s! 
Me he saltado un Viernes. Estaba harto, agotado, agobiado, desconchinflado, lo que viene siendo descuarenjingado, sin energía para nada más. La recta final antes de las vacaciones siempre es igual. Y llegó el día, el mismo en que hemos mandado un artículo a Blood, firmamos dos documentos importantes y tuvimos una reunión un poco tonta. Aún no me siento leve, pero sé que está de camino. Tampoco he hecho la maleta, pero ya escogí el libro que voy a leer. En fin, que me voy de vacaciones y nunca las había deseado tanto… mas tengo miedo. Recuerdo que de niño las vacaciones eran un fastidio, no había planes excitantes, nada cambiaba, o sí no iba a la escuela por lo que aquello que me gustaba tanto que era aprender se hacía más lento. Tampoco deseaba mucho que hubiese planes, cuando los había eran una tortura para mí. Todo consistía en irme al este del país, a visitar unos primos que no lo eran tanto y unos abuelos que me miraban como un bicho raro por aquello de tener un acento diferente y leer tanto. Yo me refugiaba en los libros y los sueños, y así fui descubriendo mundos diferentes. Entonces podía convertir un sitio caluroso en la Viena de preguerra, una conversación insulsa en un diálogo sesudo y un cuarto angosto en el cobertizo de un científico. Los libros me salvaron, me dieron oxígeno, alimentaron mi imaginación. Cuando más tarde tenía que participar en aquellos trabajos “voluntarios” que consistían en recoger tubérculos en tierras rojas, quitar malezas y sus etcéteras, también me salvaron los libros. Lograba evadirme y hasta pensar que era una formación especial para la búsqueda de la verdad oculta de la naturaleza. ¡Que tiempos! En aquella época no me preocupaban los aviones, no contaba cuantos se habían caído o tumbado. Para viajar no necesitaba pasar por un aeropuerto, sólo tenía que abrir un libro. En mi vida no había rusos, pro-rusos o ucranianos cabrones que terminan con el sueño de dos centenares de familias y decapitan la investigación en VIH de un país. Tampoco sabía nada de israelitas y palestinos enfrentados y mucho menos de masacres que llenan de imágenes la tele mientras comemos. No tenía conciencia de que la especie a la que pertenezco estaba llevando a cabo la sexta gran extinción masiva, algo que lleva haciendo desde 1500 y ya va por 322 tipos de animalitos eliminados… por no hablar del éxito tenido con los similares cuando los unos descubrieron a los otros en aquello que conocemos como el gran viaje a Las Américas, o más tarde cuando a unos les dio por pensar que no tener los ojos azules era demasiado vulgar para seguir respirando. El mundo era distinto y el futuro era precioso. Hoy tengo miedo de montarme en un avión para mi viaje de vacaciones. Viajar me estresa tanto que a veces me pregunto para qué lo hago. Pero tengo que cambiar de aire, tirar el cable a tierra. Olvidarme que trabajo para un país que amo pero que es injusto, un lugar donde Angel Corella, el otrora gran bailarín del ABT, tiene que hacer sus maletas y volverse a Estados Unidos porque aquí no hay cabida para su genio. Allá, en el monstruoso país que tanto se odia, le abren nuevamente los brazos y acogen su talento… Tengo que hacer un “break” para poder seguir con mi trabajo, el interesante y el desagradecido. El que me hace descubrir porqué algunas enfermedades derivan en otras y al que dedico a organizar una estructura caótica y dinámica que llaman instituto de investigación. Necesito descontaminarme para poder seguir soportando el cinismo y mantenerme frío frente al ignorante-poderoso-por-que-sí. Pero sobre todo, preciso de estos días OFF para seguir siendo yo y no tirar la toalla. 
Os quiero, 
Ed.

sábado, 12 de julio de 2014

Viernes sobre el tiempo...

Hola a tod@s!
Hablar del tiempo es algo tan insustancial e insípido que los ingleses, señores del no decir, lo toman como escudo para evitar cualquier acercamiento a su zona de confort. Pero las cosas van cambiando, hoy hablar del tiempo en Madrid se ha vuelto tema crucial, motivo de conversaciones sesudas y etcétera incluido. Estamos a 12 de julio, momento en que esta ciudad debería estar achicharrada por el “indio”, calcificada por el astro rey, sin una gota de agua y con todos sus habitantes protestando por los treinta grados a las una de la madrugada. ¿Y qué tenemos? La misma ciudad atrapada en unos escasos veinticuatro grados bajo el sol, a las doce del día y en el mismísimo centro. De la noche prefiero no hablar y no me quiero imaginar lo que sucede en Navacerrada. Yo, como mamífero que soy, seguí las reglas de la costumbre y en mayo guardé todo aquello que elevara la temperatura corporal y, también como mamífero de sangre caliente, estoy pasando un frío del carajo cada noche que salgo. ¿Qué ocurre? ¿No hablaban de calentamiento global? Probablemente la explicación resida en el mismo efecto que está descuarenjingando el clima del planeta. Parece ser que esta parte de Europa se calienta con la ventolera que viene del Caribe. Allí si la temperatura se eleva mucho, cosa que según mi sobrina está pasando, el aire más achicharrado que de costumbre se está elevando también más de lo debido. Entonces viene la putada para España, el corredor de vientos que nos calienta se queda sin ese aire calentito que se ha ido un poco más arriba y nos fastidiamos con un veranito de noches casi otoñales. Es una teoría.. que a mí de físico me queda poco. Lo cierto es que aunque me quede poquísimo me sigue ilusionando esa ciencia. Esta semana, mi amigo Cristóbal me llevó a un centro de nanotecnología para discutir sobre un proyecto que tenemos en común y la sorpresa vino de manos del físico ilustre que dirige aquel sitio. Luego de ponernos de acuerdo sobre lo que teníamos sobre la mesa, aquel señor puso cara de niño pillo y me enseñó unas fotos recién tomadas de una molécula. Allí estaba la ecuación de onda hecha realidad, los ceros que una vez calculé en la universidad se podían ver… la física cuántica tenía razón. Amén de que entendáis lo que estoy diciendo sólo quiero transmitir el enorme placer que sentí al ver, con mis ojos, lo que hace mucho sólo pude “sentir” a través de las matemáticas. Es hermoso saber que aquello que un siglo atrás se visualizaba con “garabatos” en un papel, hoy se verifica. Así es la ciencia y por eso sigo enamorado de esta ilustre señora. 
Os quiero, 
Ed. 
PD: Por cierto ¿habéis visto la súper Luna?

domingo, 6 de julio de 2014

Viernes... vamos que casi se me pasa!!!

Hola a tod@s!
Hoy no es viernes, sino domingo, pero qué importa si también es julio y no hace calor. Ha transcurrido una semana curiosa que empezó con una noticia en “El Mundo” ubicándome en el número 9 de los homosexuales más influyentes de España y con ella se desencadenó una avalancha, no menos curiosa, de singularidades. ¿Qué hago yo aquí? Fue mi pregunta en Facebook y quizá pequé de inocente. Entonces llegaron los mensajes de felicitación y los interrogantes sobre la repercusión. Es evidente, a nadie en la Iberia de hoy se le ocurre señalar a un homosexual, no es correcto, pero el cerebro no entiende de correcciones y busca otros vericuetos. Lo lógico hubiese sido que mi institución me aplaudiera, publicidad blanca para ella. Pero no fue así, unos pidieron explicación, otros comentaron bajo cuerda, alguno incluso dijo estar ofendido porque yo no era su director. Pocos, muy pocos, se mostraron felices por mí. Me sentí triste. Yo no lo pedí, me lo ofrecieron. Me fui de Cuba para dejar de dar explicaciones, para ser libre, se supone que tanto sacrificio no puede caer en saco roto. No voy a dar explicaciones, en cambio me quedo con las cosas lindas que han sucedido. Me contactaron amigos de la infancia, algun@s cuyas fotos actuales no me hacían caer en la persona conocida 30 años atrás. La mayoría no sabía que era homosexual, a nadie le importó, tod@s se alegraron. Un científico me dijo que este fin de semana llevaría a su novio al pueblo, “me has dado energía” dijo. Con esto es suficiente. Se ha abierto una brecha, y no se va a cerrar. Yo puedo decir que me siento leve. Ahora entiendo qué quiso decir Kundera en su “Insoportable levedad del ser”, floto. Un amigo dice que el homosexual moderno tiene que salir todos los días del armario, siempre hay alguien que presupone que eres hetero y te trata tal cual. Yo le he propinado una patada a la puerta. Y de esto ya no hay nada más que hablar… cambiemos de cuerda. 

¡Ya no soy joven! Acabo de superar el límite, ese mismo que te califica como “científico joven en esta convocatoria, marque aquí”. Se acabó, es oficial, soy un tío mayor. Los 45 llegaron y los he celebrado de forma dispersa, nada de concentración. Un día me fui a ver el Ballet de Morris en el Real, cada vez que los veo siempre pienso lo mismo: Isadora, la Duncan, bailaría así de vivir hoy. Otro me extasié con “Another me” de Coixet, pocas veces una cámara es tan inteligente como en sus manos. Más tarde, celebré el 4 Julio con los americanos de la embajada, quién lo iba a decir. Yo pionerito comunista del Jovellanos de antaño, bailando con los embajadores del país monstruoso de mi infancia. Al final, ni los unos eran buenos, ni los otros tan malos. Y para rematar, el clásico Orgullo Gay de Madrid, ese que Ana Botella se empeña en borrar sin percatarse que hay cosas escritas con muy buena tinta. Allí estuvimos, como todos los años, cámara en mano, los amigos de siempre aunque sin Lilo, con las mismas discusiones y la cena al final. ¡Gracias chic@s! 
Os quiero, 
Ed.

PD: Os dejo el link de algunas de las cosas que comento:
http://www.piensaenbrooklyn.com/2014/07/los-10-homosexuales-mas-influyentes-de-espana.html
http://www.elmundo.es/album/loc/2014/06/28/53adc34922601d85328b456c_8.html
http://www.ocioxocio.com/2014/06/29/la-ciencia-sale-del-armario/
http://www.ocioxocio.com/2014/07/05/mark-morris-en-el-teatro-real-isadora-duncan-danzaria-asi/