tag:blogger.com,1999:blog-75879081986370212322024-03-12T21:55:56.710-07:00ViernesEduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.comBlogger365125tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-33245669891224331942022-07-01T02:47:00.003-07:002022-07-01T02:48:36.592-07:00Viernes de Ciencia y LGTBs<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Estaba yo a punto de nacer cuando el 28 de junio de 1969 una redada policial en el bar gay Stonewall Inn de Nueva York terminó con un levantamiento icónico. En lugar de bajar la cabeza, alguien gritó e instigó a los demás a reaccionar. Fueron tres noches que cambiaron la historia. Hasta entonces manifestar una inclinación sexual diferente a la heterosexual estaba condenada por los credos, las ideologías, las leyes y la sociedad; algo que hoy huele a pasado, aunque algunos sectores de la población siguen sin aceptarlo esgrimiendo un argumentario alejado de cualquier razonamiento científico y hasta humano. </div><div style="text-align: justify;">En este mes se suceden varias celebraciones por aquel ¡basta! en el Nueva York de finales de los 60. En Madrid los festejos se han postergado a la semana que viene para no coincidir con la locura que ha supuesto la Cumbre de la OTAN. De cualquier manera, hoy quiero hacer un homenaje especial a aquellas personas LGTB que han destacado en la ciencias y no se ha conocido su tendencia sexual.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfW8-Jq1HBE4VKbrCJlzzJVGYzcUXD92n9ZxT8c27aAiVxmJfsSQ0oohTJTO4wAGh4c1UJZsnvrIUEOiftRBjUl4oq-fjSrPF0zm_ELXLTVjt7cPyhsgMDcC5-nET0dE9TyLEhknya7U-3igUDCDxV-Xnxxz7X3G0IF9E5EE2WdqYmXnvSf16_7aCS/s225/images.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfW8-Jq1HBE4VKbrCJlzzJVGYzcUXD92n9ZxT8c27aAiVxmJfsSQ0oohTJTO4wAGh4c1UJZsnvrIUEOiftRBjUl4oq-fjSrPF0zm_ELXLTVjt7cPyhsgMDcC5-nET0dE9TyLEhknya7U-3igUDCDxV-Xnxxz7X3G0IF9E5EE2WdqYmXnvSf16_7aCS/s1600/images.png" width="225" /></a></div><br />
Quizá el más conocido de todos los LGTB científicos es Alan Turing (1912–1954). Este genio británico fue el creador de lo que llamamos la máquina de Turing, la base de todos los ordenadores. Él dirigió el equipo que descifró el código Nazi Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, una hazaña que quizá te suene de la película The Imitation Game. Turing intentó ser abiertamente homosexual con sus amigos del King's College de Cambridge y buscó relaciones con hombres más allá de ese círculo de seguridad. En 1952 fue arrestado por "indecencia", es decir por ser homosexual y tener relaciones con un hombre, se declaró culpable y fue castrado químicamente. Dos años más tarde, supuestamente se suicidó comiéndose una manzana con cianuro, algo que aún se mantiene en tela de juicio. Si retrocedemos en el tiempo, quizá te llame la atención que en este listado aparezca Leonardo da Vinci (1452-1519). El hombre arquetípico del Renacimiento, según una biografía reciente, vivió su vida como una persona abiertamente gay. Avanzando unos años nos aparece Francis Bacon (1561–1626), esencialmente recordado como el padre del método científico. Se ha pensado que hoy tendríamos una comprensión más sombría del universo sin su brillantez. Es conocido que un joven particularmente apuesto, Sir Tobie Matthew, se convirtió en el amigo y confidente más cercano de Bacon, y en la inspiración para uno de los ensayos más famosos de Bacon: "De la amistad". Ya en el siglo XVII un nombre reluce con fuerza: Isaac Newton (1643–1727). Muchos lo consideran como el verdadero padre de la ciencia. Sin entrar en la disputa sobre si la manzana le cayó en la cabeza o no, Newton desarrolló la teoría de la gravedad, las leyes del movimiento e inventó el cálculo diferencial. Es cierto que nunca declaró públicamente su orientación sexual, imposible hacerlo en la sociedad en la que vivía. Mas, nunca se casó y aunque sí es conocida una dilatada convivencia con un hombre en sus tiempos de Cambridge, no hay evidencias palmarias de haber experimentado relaciones románticas. Como poco el gran físico matemático era asexual, una tendencia que también se incluye dentro de la diversidad LGTB. Llegados al siglo XIX nos encontramos con Florence Nightingale (1820–1910). Ella es conocida como la pionera de la enfermería, pero también lo fue en las estadísticas. Debido a su destreza para los números hizo contribuciones importantes a la visualización de datos. "No he amado más que a una sola persona con pasión en mi vida, y esa fue ella" son palabras de su puño y letra. El nombre de Alan Hart (1890–1962) no suele aparecer en libros de texto de ciencia; sin embargo, me parece pertinente mencionarlo. Este investigador y experto en salud pública formado en Yale, se convirtió en una figura destacada en la lucha contra la tuberculosis en los tiempos en que esta enfermedad hacía estragos. Fue una de las primeras personas transgénero de mujer a hombre en los Estados Unidos en someterse a una histerectomía. Hart se casó dos veces, escribió numerosas novelas y se desempeñó como director de hospitalización y rehabilitación en la Comisión de Tuberculosis de Connecticut. Siguiendo en Norteamérica, Sara Josephine Baker (1873–1945), la primera ciudadana de los Estados Unidos en recibir un doctorado en salud pública, es conocida por sus estudios de mortalidad infantil y por haber sido abiertamente gay. Cruzando el océano nos encontramos con John Maynard Keynes (1883-1946), un destacado economista británico cuyas teorías sobre macroeconomía influyeron profundamente en las políticas de los gobiernos occidentales en el siglo XX. ¿Recuerdas la Economía Keynesiana? Si bien era un homosexual abierto en su juventud, Keynes también salió con mujeres y se casó con una bailarina rusa. Quizá hoy se sentiría cómodo como bisexual. En Alemania Magnus Hirschfeld (1868-1935) fue un sexólogo que sentó las bases para la comprensión contemporánea de la sexualidad humana. En 1897, Hirschfeld estableció el Comité Científico Humanitario, una organización que desafió los prejuicios homofóbicos, promovió la investigación sobre el sexo y la sexualidad y presionó por la despenalización de la homosexualidad. Otro ejemplo digno de ser mencionado es Rachel Carson (1907–1964), famosísima por su libro "Primavera silenciosa" en el que investigó a fondo y describió el daño que los humanos causan al medio ambiente y a nosotros mismos al usar pesticidas indiscriminadamente. Algunas cartas entre ella y su amiga Dorothy Freeman señalan sin dudas la existencia de una relación lésbica. En el campo de la Geofísica es muy conocido Allan Cox (1926-1987), un estadounidense que desarrolló la forma de medir los cambios en la alineación magnética de la Tierra. Sus aportaciones fueron cruciales para establecer la teoría de la tectónica de placas. Este investigador tuvo una larga relación con uno de sus colegas, el también geofísico Clyde Wahrhaftig. Ya en la segunda mitad del siglo XX tenemos a Sally Ride (1951–2012), la primera mujer estadounidense en viajar al espacio. Más tarde se convirtió en directora del Instituto Espacial de California en la Universidad de California, San Diego. Sally tuvo una relación amorosa con Tam O'Shaughnessy durante 27 años, según afirmó su hermana Bear. Si nos movemos a las neurociencias encontramos a Ben Barres (1954–2017), investigador que destacó en la descripción de las células gliales. Al nacer fue clasificado como mujer, pero pasó a ser hombre en 1997. Usó su posición en la Universidad de Stanford no solo para hacer investigación en neurociencia sino también para abogar por la igualdad de género. </div><div style="text-align: justify;">En la actualidad hay varias personalidades LGTB que brillan en el mundo científico: los genios de la informática Lynn Conway, Sophie Wilson, Audrey Tang y Jon Hall, el micólogo Richard Summerbell, los matemáticos Robert D. Macpherson y Mark Goresky y la astrofísica Nergis Mavalvala entre muchos otros. </div><div style="text-align: justify;">¿Y qué ocurre en España? </div><div style="text-align: justify;">El caso más famoso en la ciencia española es el de Pío del Río Hortega. Conocido sobre todo por su descubrimiento de la microglía, llamada también "células de Hortega", fue propuesto en varias ocasiones para el Premio Nobel. Por ideología tuvo que exiliarse y siempre estuvo acompañado de su pareja, Nicolás Gómez del Moral. Es importante que se conozca su historia ya que se ha intentado borrar en varias ocasiones. </div><div style="text-align: justify;">Hoy por hoy muchas son las caras visibles de la ciencia en nuestro país que también son LGTB. Algo que te quiero recalcar es que no es conocido ningún caso de promoción en las ciencias por el hecho de ser diferente, quizá todo lo contrario, en general hemos tenido más trabas que bendiciones. Haciendo un repaso rápido, se me ocurre mencionar a la matemática Marina Logares, la ingeniera Carmela González, el astrofísico David Barrado, el inmunólogo Alfredo Corell, el genetista Toni Andreu y los biólogos Susana Rodríguez Navarro y Esteban Ballestar, pero la lista es abultada si hablamos de personas que nos dedicamos a arrebatar secretos a la naturaleza con éxito, aunque nuestra inclinación sexual sea infrecuente. </div><div style="text-align: justify;">¿Qué más da? </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed. </div><div style="text-align: justify;">PD: Modificado de mi columna en El Español.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-67202269208168894222022-06-10T10:49:00.000-07:002022-06-10T10:49:14.209-07:00Viernes de cerebro y defensas...<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s!</div><div style="text-align: justify;">En 2012, mientras Londres organizaba sus Olimpiadas, deambulaba por los tenebrosos pasillos del Wolfson Institute for Biomedical Research de la University College of London con las manos ocupadas con centenares de tubos de laboratorio. Disfrutaba de una estancia sabática en aquel sitio que, en nuestro caso, quiere decir trabajar mucho más duro en una institución extranjera durante un tiempo. Por aquel entonces me empeñaba en buscar una relación directa entre el sistema nervioso central y el inmunológico, es decir, entre el cerebro y las defensas. Los experimentos indicaban que había algo, pero como suele pasar la evidencia se resistía a mostrarse con nitidez. Aquellos datos aún pululan en libretas de notas llenas de interrogantes sin respuestas. Como otras veces tuve que volver a la rutina habitual de mi laboratorio en Madrid y los proyectos en marcha fueron sepultando aquellas ideas que, aunque navegaron, nunca llegaron a puerto. </div><div style="text-align: justify;">Empíricamente parece clara la relación entre lo que produce los estados de ánimos y nuestra salud inmunológica. Generaciones de madres y abuelas nos han advertido de la correlación entre la depresión por un desamor y la aparición de resfriados, catarros y gripes varias. Sin embargo, como no ha existido una comunicación fluida entre neurocientíficos e inmunólogos se ha dificultado enormemente el desarrollo de la Neuroinmunología. Siempre he pensado que hablamos con códigos diferentes y ello ha entorpecido el planteamiento de teorías en conjunto. Mientras que los neurocientíficos estudian los neurotransmisores y las corrientes eléctricas, a los inmunólogos nos gustan los marcadores que distinguen unas células de otras y las moléculas que median una inflamación. Mas recordemos que todo es armonía en la naturaleza.
Varios años después de aquella breve incursión mía en el tema, hoy es una verdad sin cuestionamiento que el estrés psicológico modula la acción de las defensas. Sin embargo, las vías que vinculan las redes controladoras del estrés en el cerebro con los “antidisturbios” que nos defienden presentes en la sangre circulante -entiéndase como leucocitos periféricos-, siguen siendo un misterio. </div><div style="text-align: justify;">Hace pocos días un grupo multidisciplinar de científicos radicados en Estados Unidos y Canadá ha dado a conocer los resultados de su estudio sobre el tema. La publicación aparecida en la revista Nature tiene por título (perdonad infame traducción): “Los circuitos motores y del miedo del cerebro regulan los leucocitos durante el estrés agudo”. Según sus datos varias regiones del cerebro son las responsables de la distribución espacial e incluso la activación de los leucocitos (las defensas) en todo el cuerpo durante una situación de estrés. </div><div style="text-align: justify;">Mediante experimentos ingeniosos, siempre en modelos animales, estos investigadores han demostrado que los circuitos motores que, según me explica la neurocientífica y amiga<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhUvneUh0_dhOngnc9_M2fii_srzfdw7i5ldTNq_VDVepqjBnRdA9gYgsEhISEXbNd5CakLT-HCCyCGQhoHj-3DISKamqlkLyIZMo4A880dwMf35yctzZ10hNH6w2QUQu9MnZh8VqFAnOUWV3ZsoTyTdefeWrU1bjeCj7xCoQfyv4uI3VXDYmGK0oWV" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhUvneUh0_dhOngnc9_M2fii_srzfdw7i5ldTNq_VDVepqjBnRdA9gYgsEhISEXbNd5CakLT-HCCyCGQhoHj-3DISKamqlkLyIZMo4A880dwMf35yctzZ10hNH6w2QUQu9MnZh8VqFAnOUWV3ZsoTyTdefeWrU1bjeCj7xCoQfyv4uI3VXDYmGK0oWV" width="240" /></a></div><br /> Laura Otero, tienen su inicio en el cerebro son capaces de inducir una rápida movilización de “antidisturbios” desde el sitio donde se generan, la médula ósea, hacia los tejidos periféricos donde pueden ser útiles para combatir una infección. Pero no sólo eso, algunas regiones del cerebro como el hipotálamo paraventricular sintetizan hormonas capaces de controlar la reubicación espacial de otros “antidisturbios”. Estas reubicaciones de las células defensivas controladas por el cerebro nos indican claramente una relación entre el órgano rector y el sistema inmunológico. Es muy interesante comprobar que el estrés agudo es capaz de reprogramar y dirigir a las defensas hacia el sitio donde se necesitan. Pero también llama la atención el frenado que se produce en las defensas mediado por neuronas en situación de estrés. Esto último es un mecanismo que parece protegernos de lo que llamamos autoinmunidad, fenómeno en el que nuestras defensas nos atacan. Los autores del elegante trabajo que te estoy comentando, van un poco más allá y sugieren que el deterioro de las defensas que se produce en algunos pacientes infectados con virus SARS-CoV-2 se podría explicar de esta manera. </div><div style="text-align: justify;">Como si de magia se tratase, estos resultados muestran que el cerebro modula la acción de las defensas durante el estrés psicológico, calibrando la capacidad del sistema inmunológico para responder a las amenazas que nos encontramos. Pero no es magia, es ciencia.</div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div><div style="text-align: justify;">PD: Modificado de mi columna en El Español.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-29680244414513178492022-06-03T03:29:00.003-07:002022-06-04T02:22:09.677-07:00Viernes y el largo proceso para establecer una verdad científica.<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Amanecían los años noventa y el científico en ciernes que era entonces daba sus primeros pasos dentro de un laboratorio. Con movimientos torpes me abría camino en un mundo ignoto del cual no saldría nunca más, o eso espero. En aquellos momentos intentaba con esmero una serie de experimentos que me llevarían a culminar mi primera tesis y, en resumen, mi primer trabajo científico. Entonces fue cuando tropecé con el necesario y largo proceso para establecer una verdad científica. Dos maestros tuve: Hardy y Racmar, nombres pocos comunes para el trópico de donde soy, pero al fin y al cabo nombres propios de dos físicos nucleares que inscribieron con fuego algunas de las reglas que, aún hoy, sigo a pies juntillas. De uno aprendí que varios y diversos deben ser los experimentos que sostengan una verdad; del otro, que la estadística nos ayuda a desenamorarnos de una falsa teoría.
Muchos años después, con cambio de siglo incluido, vuelvo a reflexionar sobre el tema y quiero compartir contigo lo que significa establecer una verdad palmaria con la ciencia de por medio. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyg4fgATvcSnyWoCtvVjPihNZ5tD6puA-WBVypWYaXKJWnFEbzqB_qDIrn_Fy2bA7uaW8Ms3p8-AOwWs0Zji23_V_aHA0RrMVw5vZnzMMUrNsq34pC7h5hgXVsU_I1--gxlqVbwyCid_GKiv6gdlYnBzgHceHcdpixnIfiLH31RMcI48q_sszbWD21/s4867/20191113_Eduardo_2841.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="4867" data-original-width="3761" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyg4fgATvcSnyWoCtvVjPihNZ5tD6puA-WBVypWYaXKJWnFEbzqB_qDIrn_Fy2bA7uaW8Ms3p8-AOwWs0Zji23_V_aHA0RrMVw5vZnzMMUrNsq34pC7h5hgXVsU_I1--gxlqVbwyCid_GKiv6gdlYnBzgHceHcdpixnIfiLH31RMcI48q_sszbWD21/s320/20191113_Eduardo_2841.jpg" width="247" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Es esto tema para mis Viernes? La verdad es que me agotan otros asuntos aparentemente urgentes y al final menos importantes. Sin embargo, puedo y creo que es necesario explicarte por qué cuando un científico habla sobre un tema de manera rotunda parece estar en posesión de la verdad. </div><div style="text-align: justify;">En estos tiempos en los que todos opinamos sobre cualquier tema y todas las sentencias pretenden tener el mismo peso, es conveniente tener en cuenta que algunas “verdades” son personales y otras son producto de la experimentación contrastada y el siempre dinámico método científico. La semana pasada decía que cuando desde la ciencia planteamos un problema a resolver, lo primero que hacemos es intentar una formulación lo más precisa posible de la pregunta, pues muchas veces en ella puede estar implícita la respuesta. Más tarde llega el método científico: un libro en constante renovación usado desde siglos en la experimentación que nos permite resolver las incógnitas y a la vez reproducir cada uno de los pasos que hemos seguido hasta encontrar la solución. En el camino tenemos que tener en cuenta aquella enseñanza que aprendí de Hardy: muchos y diferentes deben ser los ensayos a realizar para demostrar, e incluso refutar, con el menor rango de error posible una verdad. No basta un único experimento para afirmar que una hipótesis deviene teoría que explique un fenómeno. Se necesitan muchos, y diferentes, con la mayor cantidad de aproximaciones y técnicas para dar por válida una sentencia científica. Por otra parte, es preciso echar mano de la estadística y aquí recuerdo a Racmar. Es decir, usar esa ciencia que nos permite ordenar y analizar el conjunto de datos que conseguimos en nuestros experimentos con el fin de obtener explicaciones y predicciones sobre los fenómenos que estudiamos. Si con esto ya te parece que el trecho a caminar es largo y sinuoso, debo decirte que aún estamos por la mitad. Sin tener en cuenta que, en la mayoría de las ocasiones, ocurren imprevistos, falla una técnica, la hipótesis no era del todo válida y, si vives en España, la compra de los reactivos necesarios debe pasar por la autorización burocrática de quien sabe tanto de ciencia como yo de astrología. Hago un paréntesis: no sé nada de astrología. No contentos con lo serpentino que se muestra el camino, hemos de añadir la revisión minuciosa que nos hacemos los científicos entre nosotros de nuestros trabajos. Lo explico, cuando desde mi laboratorio salió el índice de clasificación que permitía predecir la evolución de los pacientes con COVID-19 nada más entrar por Urgencias o cuando establecimos el tiempo de duración de la inmunidad celular de las personas vacunadas con diferentes pautas contra el virus SARS-CoV2, esos datos fueron previamente revisados con lupa por nuestros pares. ¿Quiénes son? Científicos del mismo campo que, por lo general de manera anónima, revisan los ensayos y nos plantean cuestiones sobre las que tienen dudas. Hasta que esas preguntas, que suelen ser muchas, no se resuelven satisfactoriamente el trabajo no ve la luz del gran público. Quizá ahora se entienda la rotundidad con que en ocasiones hablamos y el mal disimulado cabreo que experimentamos cuando, desde la facilidad de una simple conexión a la red, se pone en tela de juicio un trabajo científico usando argumentos aprendidos en dos tuits mientras se desayuna. La infalibilidad no es una característica humana; me atrevo a decir que no existe, por lo que el error es algo contemplado en la ciencia. Por ello buscamos en la repetición y la revisión desde muchos puntos de vista la proximidad a la verdad. Los científicos no solemos opinar, por lo general aportamos conclusiones que son frutos de mucha experimentación contrastada e incluso cuando especulamos buscamos sentar nuestras conjeturas en datos y conocimientos previos. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-51146056706571401642022-05-27T02:12:00.002-07:002022-05-27T02:59:27.143-07:00Viernes de la viruela y la insoportable lentitud de la ciencia...<div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: normal;">Hola a tod@s!<br /></span><span style="font-weight: normal;">Hoy es probable que esperes una información pormenorizada de la alerta que se ha lanzado por la llegada de la viruela del mono a nuestro país. ¿Y qué puedo hacer si no se disponen de datos sólidos para emitir un juicio, no tenemos la suficiente casuística para proponer una hipótesis y, mucho menos, dar un veredicto perspicuo de lo que está ocurriendo? A diferencia de otras áreas, la ciencia necesita el reposo, la perspectiva y el análisis sosegado de los resultados. También se requiere de la experimentación que lleva tiempo, precisa recursos y exige silencio. Dicho esto, me aventuro a responder algunas preguntas sobre la alarma.
¿Qué sabemos de este brote? Algo pero no suficiente alguien diría: nada. La viruela en los seres humanos está erradicada desde hace cuatro décadas, pero la de los monos es endémica en ciertos lugares del planeta como África occidental y central. Aunque se le conoce como viruela del mono, la mayor fuente de transmisión a humanos viene de los roedores que funcionan como reservorios naturales del virus. Por otra parte, no es algo muy desconocido, el primer reporte en humanos data del siglo pasado, con precisión, de 1970. ¿Por qué nos asusta y se ha decretado una alarma? Ha llamado poderosamente la atención que la mayoría de los casos identificados en Europa se restringen a varones que han mantenido relaciones homosexuales. Sin embargo, aún no hay indicios claros que se contagie por encuentros sexuales, de hecho se habla de transmisión por el aire y fluidos. Así que empecemos por evitar el estigma y no repitamos lo ocurrido con VIH/SIDA. En cuanto a los síntomas, estos son muy evidentes e incluyen lesiones o erupciones cutáneas infrecuentes que se han observado alrededor de la zona genital en los infectados identificados. Las lesiones cambian de aspecto con el tiempo y pueden recordar a la varicela o la sífilis. Al final se formará una costra que terminará sanando. Los pacientes también muestran síntomas típicos de una infección viral como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, fatiga extrema y, a diferencia de la viruela humana, ganglios linfáticos inflamados. Es curioso que los afectados sigan dando positivo en PCR cuando ya han dejado de tener síntomas. Salvo giros de última hora, se especula que todo quede en un brote puntual y la explicación esté en la pérdida de inmunidad debida a la desaparición de la viruela humana. En España ya se ha logrado secuenciar y se afirma que la variante que circula es la menos dañina. De cualquier manera, contamos con una vacuna que podría ser efectiva y antivirales que se han probado en este contexto con éxito. Pero queda aún mucho por estudiar. <br /></span><span style="font-weight: normal;">¡Qué lentos sois! quizá sea la exclamación que surca tu pensamiento; mas en las prisas está la equivocación y, no será la primera vez que diga: “la ciencia se cuece a fuego lento y en el silencio de un laboratorio en penumbras”. Cuando se plantea un problema a resolver, lo primero es intentar una formulación lo más precisa posible de la pregunta porque en ella puede estar implícita la respuesta. Luego viene la implementación de una metodología que nos permita resolver las incógnitas y a la vez reproducir cada uno de los pasos que hemos dado. Por el camino se suceden los fracasos en las hipótesis, los fallos en las observaciones, los imprevistos técnicos y el etcétera nunca finito de vicisitudes. Al final puede que encontremos una luz o una tapia a derribar que nos haga replantearnos las preguntas iniciales. Y si, cosa rara, el éxito encumbra nuestros experimentos, llega la comprobación y el cuestionamiento riguroso por nuestros iguales para dar por válido un dato científico. Esta y no otra es la razón primera de nuestra supuesta lentitud. Esta y no otra es la energía que nos alimenta para defender nuestras posiciones ante las opiniones que se vierten, con la ligereza, por quienes pasean por una red social y sólo tienen en su curricula una conexión a internet. <br /></span><span style="font-weight: normal;">Os quiero, <br /></span><span style="font-weight: normal;">Ed.</span></div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-47643399326808143442022-05-20T03:14:00.002-07:002022-05-20T03:14:55.568-07:00<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">En una semana en la que es una realidad palmaria que soy un señor mayor: ya puedo decir que soy académico, es decir, me consideran lo suficientemente viejo para ocupar un puesto en la Academia de Ciencias de América Latina, la noticia que sobrevuela el planeta es la re-aparición de la viruela en su versión simia. Pero hoy no hablaré de eso. Prefiero centrarme en algo más intangible e intentar responder a la pregunta: ¿Somos una civilización desarrollada? </div><div style="text-align: justify;">Cuando hablamos de progreso se torna difícil establecer una medida sólida que nos permita evaluar el punto en el que estamos. Esto ocurre porque nuestra única referencia es la propia historia de la humanidad. Hoy podemos decir que la civilización ha avanzado con respecto a lo que éramos en el medioevo, cuando la revolución francesa o en 1945; sin embargo, no tenemos un punto de comparación externo. Decimos que Europa y América del Norte son más desarrollados que África por la existencia de parámetros medibles y la subsecuente comparación. Pero, ¿y como civilización? <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwtxQJpxX0ZLPBMko-OlUvV5Uc5XRt-nvG7nVQz_-jSV48lXQ0jSzEVoEsiuJBm4vrX1d05-r9y27SIwArwfHDEWfkPtZ_am2PVkhPhLqKEQDlIYIujuNFPJ6Hwekvc4n1tfe82ug5ZGb2KIuaip64527e7jYdVxqvWSMZr5B8DInfU4lpyXcp4cML/s4466/20191113_Eduardo_2687_bn.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3451" data-original-width="4466" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwtxQJpxX0ZLPBMko-OlUvV5Uc5XRt-nvG7nVQz_-jSV48lXQ0jSzEVoEsiuJBm4vrX1d05-r9y27SIwArwfHDEWfkPtZ_am2PVkhPhLqKEQDlIYIujuNFPJ6Hwekvc4n1tfe82ug5ZGb2KIuaip64527e7jYdVxqvWSMZr5B8DInfU4lpyXcp4cML/s320/20191113_Eduardo_2687_bn.jpg" width="320" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">En esta época en que, a pesar haber avanzado en la erradicación del hambre y la miseria extrema en comparación, se augura un retroceso debido a la proliferación de nacionalismos, extremismos de colores variados, guerras inconcebibles y violencia digital, es quizá conveniente evaluarnos como especie, medir nuestro alcance y, fundamentalmente, reconocer el camino por recorrer. </div><div style="text-align: justify;">Conversando recientemente sobre el tema con Carlos, el chico de Kansas, recordamos aquella escala que propuso el astrofísico ruso Nikolai Kardashev en 1964 para medir el progreso de una civilización. De entre todas las variables posibles a tener en cuenta, Kardashev escogió el consumo de energía y la capacidad de su obtención como parámetro de desarrollo. En vez de centrarnos en elementos tan específicos como el crecimiento de la población, el ascenso y la caída de los imperios o incluso la capacidad tecnológica para movernos, el quid de la cuestión está en la energía. A medida que la humanidad se ha extendido y avanzado, la capacidad para aprovechar la energía ha devenido una de nuestras habilidades más útiles. Parece ser evidente que el consumo energético de una especie es una buena medida aproximada de su destreza tecnológica.
Según la escala creada por el astrofísico, las civilizaciones se clasifican en tres tipos: planetarias, estelares y galácticas. Una especie de tipo I es capaz de captar y consumir la energía en una escala igual a la cantidad que llega a su planeta de origen. Las especies de tipo II aprovechan la energía en la escala de su estrella de origen, y las de tipo III pueden beneficiarse de toda la energía de la galaxia en las que está. Posteriormente se añadieron los tipos IV y V; además el divulgador Carl Sagan sugirió que la escala fuera continua. Entre más energía sea posible utilizar, mayores serán los desafíos que se puede plantear la civilización e, incluso, mayor será la protección que puede tener frente a catástrofes naturales como el choque del planeta contra un cuerpo celeste errante o la ocurrencia de fenómenos sísmicos. </div><div style="text-align: justify;">Probablemente te haya picado la curiosidad y te preguntes: ¿qué tipo de civilización somos? Quizá la respuesta te decepcione, pero un bañito de realidad es, de vez en cuando, conveniente. A pesar de que los humanos usamos una enorme cantidad de energía, no llegamos ni siquiera a calificarnos como una civilización de tipo I. Comparando lo que nos llega con lo que aprovechamos aún estamos en tipo O. En el caso de que usemos la escala continúa de Sagan, nos situamos en un 0.73. Recordemos que por mucho Twitter e Instagram que utilicemos no dejamos de ser un grupo de primates que hemos evolucionado.
Actualmente las fuentes primarias de energía son: los combustibles fósiles, la nuclear y un conjunto que llamamos renovables. Para llegar a ser una civilización de tipo I se tendrían que optimizar los procesos de obtención y almacenamiento de energía, objetivo que podría ser logrado si le damos prioridad. Mas, ¡cuidado! Ya sabemos que la quema de los combustibles fósiles nos está llevando a un cambio climático y hay que tener en cuenta que para convertirnos en una civilización tipo I debemos seguir existiendo, como premisa. De acuerdo con un estudio reciente sobre las limitaciones de las fuentes energéticas que usamos se calcula que, evitando una crisis ecológica, es posible que la humanidad alcance un nivel I en 2371. Sin embargo, como a mí quizá te ronde una duda: ¿Es estrictamente necesario el aumento de consumo energético para realizar un salto importante en el desarrollo? Puede estar claro que los modernos procesos industriales, los desplazamientos, el tráfico de información, etcétera cada día demandan más gasto energético. Sin embargo, también es cierto que estamos asistiendo a avances en el campo de la computación donde el consumo de energía se optimiza e incluso se reduce sensiblemente. </div><div style="text-align: justify;">Es probable que como especie logremos aplanar el uso de la energía sin menoscabar el avance tecnológico que nos permita evolucionar a esas civilizaciones imaginadas en las que se dominan los eventos naturales, se colonicen planetas ignotos y, por qué no, entremos en contactos con otras civilizaciones. Ojalá así sea…</div><div style="text-align: justify;">Holden, ¡Gracias! </div><div style="text-align: justify;">Os quiero,
Ed. </div><div style="text-align: justify;">PD: Modificado de mi columna en El Español.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-1091476013350671862022-05-12T23:51:00.004-07:002022-05-12T23:51:37.239-07:00Viernes... con más preguntas que respuestas.<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s!</div><div style="text-align: justify;">En los tiempos de la información inmediata, del hoy y del ahora, se torna difícil entender la aparente lentitud de la ciencia al dar respuestas a las preguntas urgentes. En más de una ocasión he dicho que toda investigación científica se cuece a fuego lento y en las penumbras de un laboratorio sin ruidos. Pero, esto parece ser un pasado idóneo que no volverá.
Cuando los resultados del último artículo científico sobre la COVID-19 que hemos publicado se refieren a una comparativa entre las diferentes vacunas aplicadas en España y aún no hemos terminado la experimentación para describir los efectos a medio plazo de la tercera dosis, es apremiante saber si se necesita una cuarta dosis, correlacionar o no la alarma de hepatitis infantil de origen desconocido con la pandemia, si se debe volver al uso de la mascarilla y el etcétera que sabemos abultado. Quizá te suene a justificación y el propósito real es explicarte que, en ocasiones, no por mucho correr se llega antes. Mas, vayamos por partes. </div><div style="text-align: justify;">Los anticuerpos producidos debido a la última dosis de la vacuna o por el hecho de haberte contagiado tienen fecha de caducidad. Entre cinco y seis meses después del evento los niveles son ínfimos. Esto hace que la protección inmediata frente a la infección por el virus SARS-CoV-2 disminuya. De cualquier manera no todo es oscuro, recordemos que existe la inmunidad celular que, aunque tarda un poco en activarse, nos defiende y fundamentalmente reduce la gravedad con la que puedes cursar la infección. Según varios estudios, incluido uno de cosecha propia, este tipo de defensa está presente al menos hasta los siete u ocho meses después de la vacunación y suponemos que quizá sea igual en caso de la infección, pero no lo hemos confirmado. Con estos datos en las manos es posible recomendar aplazar una cuarta dosis de la vacuna más allá del verano en la mayoría de la población. Sin embargo, existen dos grupos a los que debemos analizar por separado: los inmunodeprimidos y los mayores de 80 años. En los primeros la recomendación será caso por caso e irá de la mano de su médico. En los segundos, nuestros mayores, habrá que ir con paso de plomo. En el aire se respira el temor de una fatiga inmunológica debida a la exposición repetida y en un espacio corto de tiempo a un estímulo, es decir, la vacuna. Este fenómeno podría inducir la no respuesta de sus defensas frente a otros patógenos, lo cual los haría vulnerables a otras infecciones. Sin embargo, no está clara su ocurrencia en este contexto y deberíamos pensarnos muy bien si dejar a esta población tan frágil sin protección frente al virus es la mejor opción. Lo que sí tengo muy claro es que no debemos eliminar el uso de las mascarillas cuando nos relacionamos con los ancianos de esas venerables edades; con esta acción reducimos su exposición a este y otros virus que pueden comprometer su salud. </div><div style="text-align: justify;">Ahora, tal y como diría una persona muy querida, hago un “twist” y caigo en un tema realmente preocupante a la par de desconcertante: la alarma de hepatitis infantil de origen desconocido. ¿Qué tiene que ver esto con la COVID-19? quizá sea la pregunta que te ronda. Te insto a seguir leyéndome para contestarla. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsbnECWutaY6_LJnIA0ztNRku2iPkmSMOlPWD0qroDCG8hvc6K0i82DRdYVsYp-Jrr8Hxrb6gwSh-dNotCaP8CopFf89pxiD6kgqU-2JZIXlJrFOE1-UUYyUcRQ88NqnTK7Z1pkdd40saVLEKQIYP091GpqcAlSM4pDecdhxFLcWxzYQjnExYA5gKT/s1584/Ed6%20copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1584" data-original-width="1248" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsbnECWutaY6_LJnIA0ztNRku2iPkmSMOlPWD0qroDCG8hvc6K0i82DRdYVsYp-Jrr8Hxrb6gwSh-dNotCaP8CopFf89pxiD6kgqU-2JZIXlJrFOE1-UUYyUcRQ88NqnTK7Z1pkdd40saVLEKQIYP091GpqcAlSM4pDecdhxFLcWxzYQjnExYA5gKT/s320/Ed6%20copia.jpg" width="252" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">Mucho se está hablando de ello y realmente poco se conoce del fenómeno en cuestión. No es rara la existencia de hepatitis infantil de esta índole; la alarma viene dada por el número de pacientes que se están contabilizando en varios países. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada día se reciben decenas de informes sobre posibles casos de hepatitis infantil de origen desconocido. Con una actualización a fecha 1 de mayo se registran 228 afectados, pero la cifra va en constante aumento. Por ahora, la mayoría se han notificado en Europa, especialmente en el Reino Unido. En España, hasta el viernes 29 de abril, el Ministerio de Sanidad había detectado 22 casos, 16 de ellos en menores de 11 años y, aparentemente, estos enfermos no tienen vínculo epidemiológico entre ellos. Existen varias hipótesis que intentan dar una explicación a lo que está ocurriendo. Por una parte se especula con una baja exposición de los niños a distintos patógenos comunes que les refuerzan su sistema de defensa. Quienes apuestan por esta hipótesis se basan en la poca interacción que ha tenido esta población debido a las restricciones por la pandemia, en especial el uso de la mascarilla. Sin embargo, sabemos que el uso de las mascarillas en los niños no ha sido obligatorio en todas las edades por lo que no me inclino a dar por válida esta opción. Tampoco es muy creíble un efecto secundario de las vacunas contra la COVID-19, ya que parte de estos niños no habían sido vacunados aún. Una tercera posibilidad está en la coinfección por adenovirus y el SARS-CoV-2. Los adenovirus por sí solos no suelen causar cuadros de la gravedad que se está observando. Hasta el momento se tiene la certeza que 19 de los casos reportados presentan la coinfección que te mencioné. Por lo que me inclino a pensar que existe otro factor en la ecuación por resolver. ¿Será una de las variantes del SARS-CoV-2? Aunque no se descarta la existencia de un nuevo tipo de adenovirus, dadas las circunstancias pandémicas que vivimos no es descabellado pensar en una “cooperación” entre un adenovirus y la variante Omicrón que prevalece. Por lo pronto hemos planteado un estudio del estado inmunológico de estos niños y su posible relación con una infección previa con el SARS-CoV-2, un proyecto en ciernes que surgió como surgen las cosas en estos tiempos de la información inmediata: por una conversación vía Whatsapp con la persona que más sabe en España de hepatología infantil, la doctora Paloma Jara. Ambos reconocemos que es un reto para la inmunología lo que está sucediendo y, sobre todo, una urgencia que nos quita el sueño.</div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-80033566410133861842022-05-06T05:32:00.002-07:002022-05-06T05:34:15.132-07:00Viernes... con mezcla de proyectosHola a tod@s!<div><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><div><span style="text-align: justify;">Con menos incidencia de la COVID-19, aunque sin haber resuelto la pandemia, los laboratorios vamos rescatando aquellos proyectos detenidos por la urgencia del virus emergente. No es un secreto que el cáncer –y en especial la metástasis– son otras pandemias permanentes que nos preocupan y ocupan. En ese sentido es gratificante comprobar que poco a poco se van conociendo trabajos dirigidos a identificar la diana a la que debemos apuntar para acabar con ese emperador de todos los males y sus indeseadas derivadas. </span></div><div style="text-align: justify;">Mi Viernes de hoy lo dedico a realizar un repaso rápido por algunos hitos que se han producido en los últimos días en este campo.
En la época pre COVID -quizá sea conveniente comenzarla a llamar por algunas siglas ¿propuestas?- una de las grandes esperanzas para combatir varios tipos de tumores era la llamada inmunoterapia con anticuerpos contra los inmunocheckpoints. Cuando un tumor comienza a crecer, los antidisturbios locales, es decir, las células del sistema inmunológico cercanas, y otras que acuden desde el torrente sanguíneo intentan eliminarlo. Sin embargo, la lucha entre nuestras células defensivas y las tumorales puede terminar en una especie de reeducación de las primeras, momento en que dejan de defendernos e incluso colaboraran con el cáncer. Este proceso de “corrupción” es el objetivo de estudio de muchos investigadores, entre quienes me cuento. El fascinante mundo de la tumor-inmunología, tándem aparentemente complicado de pronunciar, pero precioso en su interior, escudriña los entresijos de esa extraña relación. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxasNwaX9UwfRATMp9u5-oiv1Nj5CdBWdTLHUlbDQ-2AyF2wOGXgSr2OjlqgZUj7xTNcy2Ca5KwOWuOKaueKjab-kDuuX-P9I6PY25QaWLhuDjJoCjmT_CMEewSea0_aZ2c7r_H0W_NY0C9BL-cTZl3dDktlY81u6StNQP_R2SxsBS_lb6koPKImbb/s1584/Ed16%20copia.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1584" data-original-width="1248" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxasNwaX9UwfRATMp9u5-oiv1Nj5CdBWdTLHUlbDQ-2AyF2wOGXgSr2OjlqgZUj7xTNcy2Ca5KwOWuOKaueKjab-kDuuX-P9I6PY25QaWLhuDjJoCjmT_CMEewSea0_aZ2c7r_H0W_NY0C9BL-cTZl3dDktlY81u6StNQP_R2SxsBS_lb6koPKImbb/s320/Ed16%20copia.jpg" width="252" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">La idea es sencilla: hay que hacer que las defensas eviten el avance de los tumores. Durante un proceso tumoral una gran cantidad de cánceres logran atraer a sus filas a los “policías” que vigilan el cuerpo humano. La clave está en evitar o revertir esa “corrupción policial”. En la realidad celular y molecular, las células cancerígenas expresan en su exterior unas moléculas que, al interactuar con las defensas, hace que estas últimas dejen de luchar contra el tumor y caigan en un estado de cansancio que les impide actuar como es debido. Al estudiar esta especie de negociación entre los criminales —células del tumor—, y los policías —células de la defensa—, cada día encontramos nuevos factores que nos ayudarán a bloquear ese cansancio inducido en las defensas humanas y restablecer su lucha. Los elementos implicados en este fenómeno se llaman immunocheckpoints. Si quisiéramos traducirlo, sería algo así como puntos de control inmunológico, pero la realidad es que el término anglosajón es más manejable y, sin menospreciar la riqueza de nuestra lengua, en este caso me pliego a usar la palabra concisa que importamos del latín actual, es decir, el inglés. Entre los immunocheckpoints, el más popular actualmente es el PD-1, y las terapias que lo involucran han tenido gran éxito en más de un tipo de tumor. Sin embargo, siempre hemos sospechado que PD-1 no es él único. </div><div style="text-align: justify;">Recientemente, algunas investigaciones realizadas en mi equipo apuntan hacia otro immunocheckpoint con posibilidades terapéuticas. Esta vez es una molécula bautizada como SIGLEC-5. Su aparición en tumores de colon y pulmón se correlaciona con la malignidad del mismo, así como con un peor pronóstico para el paciente. Además, cuando se bloquea con anticuerpos específicos se logra reactivar la respuesta anti-tumoral ¿Estaremos frente a una nueva inmunoterapia útil en estos tipos de cánceres? Especulamos que así es, pero aún es temprano para afirmarlo. En manos de mi doctoranda Karla Montalbán-Hernández están los experimentos adicionales para demostrar su utilidad clínica. </div><div style="text-align: justify;">En una línea diferente pero también usando el sistema de defensa, unos científicos del Instituto Sloan Kettering, de Nueva York, han descubierto un nuevo tipo de “soldado antidisturbios” que pertenece a la familia conocida por el nombre de “células asesinas” pero con atributos especiales. Hasta ahora, las células asesinas que en realidad llamamos NK por sus siglas en inglés, Natural Killers, sabíamos que eran capaces de eliminar los tumores si se daban un número importante de condiciones. Pero, esta nueva subpoblación identificada puede hacerlo sin tantas prerrogativas; además tienen la capacidad de no “cansarse” cuando aparecen los immunocheckpoints de los que te hablé más arriba. Usar estas células para dirigirlas hacia tumores de difícil acceso parece ser una opción posible. Por ahora funciona en modelos animales, mas es una puerta que se ha abierto para el tratamiento de tumores sólidos. </div><div style="text-align: justify;">Por último, quiero volver a Europa y comentarte que un grupo mixto de investigadores holandeses y españoles ha dado con una estrategia para eliminar las células madres de cáncer de colon sin dañar aquellas que no son malignas. Eliminar las células madres tumorales es un sueño médico, en la mayoría de los casos son ellas las responsables de la metástasis y, además, son resistentes a los tratamientos estándares. Los experimentos publicados han sido realizados en organoides, es decir, pequeños órganos que se obtienen de biopsias de pacientes que replican con precisión las características reales del órgano original, en este caso el colon. He aquí un gran avance que, a la espera de más investigación, muestra otro camino para acabar con esa plaga que azota a la humanidad desde sus prolegómenos. Me reitero en lo muchas veces dicho, no es magia es ciencia.
</div><div style="text-align: justify;">Menuda la que se armó en twitter por decir que sigo usando las mascarillas en el gym y el cine.</div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div><div style="text-align: justify;">PD: Modificado de mi columna en El Español.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-12636674907426543242022-04-27T22:53:00.000-07:002022-04-27T22:53:10.738-07:00Viernes de un mensajero apunta al corazón; y no es Cupido.<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Decía Bécquer que no se tiene corazón por aquello de sentir sus latidos. En ese caso sólo podemos decir que tenemos “una máquina que al compás que se mueve hace ruido”. No seré yo quien contradiga al poeta, mas la realidad es que ese pequeño músculo que se contrae rítmicamente nos mantiene vivos, aún cuando una depresión amorosa se apodera de nuestro ser. Este Viernes lo dedicaré a ese cúmulo de células que ha confundido a científicos y poetas. </div><div style="text-align: justify;">Sabemos que los llamados ataques al corazón representan alrededor del 85 % de los 18 millones de fallecimientos por enfermedades cardiovasculares en el planeta. Esto ocurre cuando el flujo de sangre oxigenada se obstruye repentinamente en una o más de las arterias coronarias que abastecen al músculo cardíaco. En ese momento, una sección del músculo no puede obtener suficiente oxígeno y, si el flujo de sangre no se restablece rápidamente, las células que componen el corazón mueren; un proceso que, por ahora, es imposible revertir. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiC-_oLKv8xyP9P2y7MvdtcwfYNutzMQqw3hvRRF7LSDh7ud96XaUO74_6lIw9g_xVW26cOz2fuuCUHsHs0oSBMIW_f-ks5WHFtw_02xQ2tOsS1Cft4ntoY8h0g0_4QW9zsNpSsZfvex8z4xds8YiZorRTbuHgDDKvK-0T7ymxkh7kWCpvcBA9SIRL/s1584/Ed14%20copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1584" data-original-width="1248" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiC-_oLKv8xyP9P2y7MvdtcwfYNutzMQqw3hvRRF7LSDh7ud96XaUO74_6lIw9g_xVW26cOz2fuuCUHsHs0oSBMIW_f-ks5WHFtw_02xQ2tOsS1Cft4ntoY8h0g0_4QW9zsNpSsZfvex8z4xds8YiZorRTbuHgDDKvK-0T7ymxkh7kWCpvcBA9SIRL/s320/Ed14%20copia.jpg" width="252" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">Aparentemente nacemos con un número determinado de células musculares en el corazón y son exactamente las mismas con las que moriremos. Por ello encontrar un tratamiento que pueda “convencer” a las células supervivientes de un ataque cardíaco de que proliferen para sustituir a las muertas es un sueño científico de infinitas aplicaciones en la medicina. Supongo que llegados a este punto te preguntarás: ¿Y todo esto a qué viene en una semana donde nos estamos quitando la mascarilla, aunque la pandemia continúa? </div><div style="text-align: justify;">Vayamos por partes. Con la pandemia de la COVID-19 se ha dado un salto cuántico en la aplicación de la tecnología que involucra el ARN mensajero –mRNA en sus siglas inglesas– para hacer que algunas células del cuerpo produzcan proteínas del SARS-CoV-2 y, de esta forma, nuestras defensas las encuentren y generen anticuerpos contra este virus sin la medicación de una infección. Vale la pena aclararte que lo de mensajero se podría explicar porque lleva el mensaje necesario para que haga una acción. Estaba meridianamente claro que esto no se quedaría en una única aplicación, es decir, las vacunas. Las mentes científicas, siempre inquietas, van más allá y ahora se prevé una revolución en el campo de la cardiología usando los mismos conceptos y herramientas.
Por estos días un equipo de científicos en el Reino Unido ha utilizado la misma base tecnológica de las vacunas de mRNA contra el SARS-CoV-2 para incitar el crecimiento de tejido sano cardíaco luego de un episodio de infarto. Según nos cuentan, al inyectar algunos mRNA precisos se puede lograr que el tejido dañado se regenere, evitando una evolución hacia la insuficiencia cardíaca de fatales consecuencias, algo que frecuentemente ocurre luego de un infarto. Parece magia, pero no lo es. Como siempre te aclaro: es ciencia. Aunque aún es extremadamente preliminar, este estudio va indicando el camino a seguir para tratar dolencias que anualmente arrebatan la vida a millones de personas. </div><div style="text-align: justify;">En este sentido otro equipo, esta vez estadounidense, está atacando el mismo problema usando la misma tecnología, pero desde un ángulo diferente. Ellos ambicionan solucionar una complicación derivada de los ataques de corazón que denominamos fibrosis cardíaca. Este proceso se puede entender como la cicatrización de una lesión en el corazón que afecta la correcta función del órgano. La idea involucra, además, la inmunología. Te explico: Se diseña un mRNA capaz de transformar algunas células de nuestras defensas en verdaderos agentes terapéuticos que van a eliminar esa fibrosis cardíaca generada después del infarto. Los ensayos en modelos animales apuntan a una reducción significativa de la fibrosis y, por consiguiente, una mejora evidente de las funciones del corazón. Con anterioridad se había postulado y probado la misma idea, pero sin usar un mRNA. Esto implicaba extraer sangre de los pacientes que han sufrido un infarto, modificar algunas de sus células del sistema de defensa, lo que llamamos sistema inmunológico, y luego incorporarlas al cuerpo del paciente para que sean capaces de reconocer y eliminar la fibrosis del tejido cardíaco. El avance significativo al usar un mRNA consiste en que no sería necesaria la extracción de la sangre ni la transformación de las células fuera del paciente. En este caso, una inyección con los mRNA adecuados convertiría temporalmente al propio cuerpo en una fábrica de células inmunológicas que reconocerían y atacarían a la fibrosis. En resumen: un mensajero apunta al corazón; y no es Cupido. Debo decirte que estos datos son muy prometedores, mas sólo se han probado en modelos no humanos. Aún queda mucho campo por andar y ciencia que financiar para convertirlo en una realidad; porque la ciencia es cara, pero da réditos. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed. </div><div style="text-align: justify;">PD: Modificado de mi columna en El Español.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-60428923956744709122022-04-23T01:39:00.004-07:002022-04-23T01:39:51.359-07:00Viernes... con confesión por Semana Santa<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Con la lluvia de siempre, pero sin las prohibiciones de los últimos dos años, esta semana ha vuelto a ser santa para regocijo de creyentes y seguidores de tradiciones. Las calles de muchas ciudades se llenan de procesiones. El aire trasmite sentidas saetas que provocan lágrimas tanto en devotos como en personas sin credo católico que se emocionan ante un acto de fe. Desde mi ya conocido ateísmo quiero hacer un alto en la divulgación científica de cada sábado y hacerte una confesión. Mas eso será adelante. Primero me gustaría centrarme en esa eterna disyuntiva que tantas discusiones me ha ocasionado: ciencia versus religión. </div><div style="text-align: justify;">Reconozco que en el pasado cercano he sido un febril defensor de la ciencia como única vía para explicarnos el universo y las relaciones sociales. Más de una vez le justifiqué a mi suegra de entonces el ateísmo con la simple sentencia: “No necesitamos a un Dios para estar acompañados, entender el universo, ni vivir”. No tengo que decirte que estas aseveraciones tajantes me han granjeado varios malentendidos y alguna que otra descalificación. Mas mi consciencia se lustra con el hecho de haber leído no una, sino varias veces el sagrado libro que muchos mencionan, pero pocos han estudiado en profundidad: la Biblia.</div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnXYb4p1deoiLBtRWoYFAoFzj_Vx5QCvC_OeKlqvVw8djkWjBBRQibWc9p6bm0Ej4WJbdZh-rx51V50r8P5fT1iZa91d6GsP4jGXtMN3OkabGuRDnRhceTVLwirf9O4EMVxV_ILpXf9gx6x1T3nFbKgpMg_Qmdadfplb48E08ciQHC8hJZkp1OBd0O/s1067/Ed30%20copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="905" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnXYb4p1deoiLBtRWoYFAoFzj_Vx5QCvC_OeKlqvVw8djkWjBBRQibWc9p6bm0Ej4WJbdZh-rx51V50r8P5fT1iZa91d6GsP4jGXtMN3OkabGuRDnRhceTVLwirf9O4EMVxV_ILpXf9gx6x1T3nFbKgpMg_Qmdadfplb48E08ciQHC8hJZkp1OBd0O/s320/Ed30%20copia.jpg" width="271" /></a></div>Desde niño me intrigó el hecho de que varias generaciones tuvieran por guía espiritual un texto escrito hace un par de milenios. Ya en mi juventud universitaria y con la organización mental que me caracteriza, busqué en mis repetidas lecturas de la Biblia un mensaje para el pichón de científico que en aquel momento era. Escudriñé cada arista del Antiguo Testamento para encontrar alguna clave; me hubiese conformado con un “la vida son dos serpientes que se retuercen entre sí” o “no podrás competir con un rayo”, la primera dando a entender que la existencia conocida tiene su base en dos hebras de ADN que se entrelazan, mientras que la segunda se referiría a la imposibilidad física de superar la velocidad de la luz. Mas no fue posible, no encontré ningún mensaje claro para mí. En algún momento tuve como proyecto retomar mi pesquisa usando una versión en hebreo o quizá en latín del sagrado texto. Ya sabemos que las traducciones suelen ser versiones libres y las sutilezas se pierden en el camino. Al final desistí. Con los años me fui rodeando de colegas científicos donde predominaba el ateísmo o cómo mucho la simpatía con un sentimiento agnóstico. Sin embargo, cuando me salía del club la diversidad se expandía y las discusiones desde puntos de vista divergentes se fomentaban. Según algunas estadísticas que habría que tomar con precaución, el 83 % de la población declara creer en algún Dios, el 12 % supone la existencia de un gran poder, aunque no se lo asigna a una deidad y tan sólo el 4 % dice ser ateo. Estas cifras cambian drásticamente cuando vamos a la comunidad científica, en este caso el 33 % dice reconocer la existencia de un Dios frente a un 41 % que niega cualquier tipo gran poder. Es curioso que el sentimiento religioso va disminuyendo con la edad entre los científicos, rozando el 50 % de ateísmo puro en mayores de 65 años. Sin estadísticas disponibles para sentar cátedra, me aventuro a decir que justo lo contrario ocurre en la población general. Dejando los números a un lado vayamos a las preguntas esenciales, esas que nos planteamos cuando estudiamos filosofía. ¿Qué haría un Dios para recordar su existencia a su creación? Este cuestionamiento me ha perseguido toda mi vida. Poco a poco y luego de mucho pensar llegué a la conclusión de que, de ser Dios, dejaría mi impronta en lo ínfimo y lo enorme. Mi firma saltaría a la vista de quien no me busca, pero intenta revelar los secretos de la naturaleza. </div><div style="text-align: justify;">Ahora es cuando viene mi confesión de Semana Santa, la duda que hace tambalear mi ateísmo casi furibundo. Esa vacilación en mis principios tiene forma de número, un número irracional: te hablo de Pi. El archiconocido se define como la razón entre la longitud y el diámetro de una circunferencia. Pero sabemos que es mucho más que eso. Este número infinito aparece en las relaciones matemáticas que describen procesos del mundo cuántico y también en las proporciones astronómicas, en otras palabras, es una impronta en lo ínfimo y lo enorme. Por citar, el período de oscilación de un péndulo es dos veces Pi; cuando estudiamos la probabilidad de ocurrencia de un evento y establecemos una función para describirla sale el número Pi; en las llamadas series infinitas Pi es protagonista… y así un largo y abultado etcétera. Confieso que aquí las dudas me embisten, arremeten contra la línea de flotación del buque que alberga mis principios. Luego analizo y busco el razonamiento que intenta explicar la sinrazón, aunque debo admitir que otros científicos han tenido un proceso similar. He aquí mi regalo por Semana Santa: un titubeo que encuentra su lugar en el centro del raciocinio. No todo es blanco y negro, existen los tonos grises y somos más sabios cuando cuestionamos las bases, siempre desde la lógica. </div><div style="text-align: justify;">¿Y la controversia ciencia versus religión?, te preguntarás. No hay controversia posible, la una sigue un método, en permanente renovación, para buscar hipótesis que se conviertan en teorías que logren explicar un fenómeno. La otra es un credo personal que no tiene discusión. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed. </div><div style="text-align: justify;"><br />PD: Modificado de mi columna semanal en El Español.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-64793975999193653902022-01-28T13:25:00.007-08:002022-01-28T13:25:52.523-08:00Viernes... corto y de poca pacienciaHola a tod@s! <div style="text-align: justify;">No se cuenta entre mis virtudes ser paciente. “Una tesis se hace en 4-6 años”… yo en dos. “Para saltar de la Física Nuclear a la Inmunología necesitas otra década de estudios”… pues no. “Debes guardar luto durante un año cuando sufres un desamor”… ¿quién merece 12 meses de mi vida si ha decido echarme a un lado? </div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgJ0j4CjdYjcubkUouo14aLL4Vz8VWO15Ea45oJCwtmNHEGKzCczkQ-HrzgNJonbGBoNDDe37ICSU1CYRrRS01vt97upxiJVDU1D4wzzxrkzn-73iTMZqtjEQzIsfxdHZjLyEKI_8b19cWiZnYZbagKG9Z1AMi1D4pVj4xBSJeW4WQgPeo7Dr47zLuc" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="" data-original-height="4969" data-original-width="3840" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgJ0j4CjdYjcubkUouo14aLL4Vz8VWO15Ea45oJCwtmNHEGKzCczkQ-HrzgNJonbGBoNDDe37ICSU1CYRrRS01vt97upxiJVDU1D4wzzxrkzn-73iTMZqtjEQzIsfxdHZjLyEKI_8b19cWiZnYZbagKG9Z1AMi1D4pVj4xBSJeW4WQgPeo7Dr47zLuc=w171-h212" width="171" /></a></div><div style="text-align: justify;">Por lo general es difícil entender la celeridad, en cambio a mi se me torna insoportable la lentitud. Con los años he aprendido que la ciencia, por ejemplo, se cuece a fuego lento. Las interacciones con amigos, conocidos, colegas y amores me han hecho respirar hondo y asumir que para los demás el tiempo necesario es otro. Irremediablemente tengo que adaptarme, pero cuesta. A veces me da la sensación que las personas que me rodean planean vivir diez vidas, miles de años… ¿no se han enterado de la insufrible prontitud de la existencia? Si fuera Kundera hubiese escrito La Impaciencia. </div></div><div>Os quiero, </div><div>Ed.</div><div>PD: Bienvenido Holden!</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-55582072343754617572021-12-31T02:10:00.004-08:002021-12-31T02:18:17.359-08:00Viernes... el último de 2021<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">En algún lugar leí que “los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles”, sin entrar en la contemporaneidad de los términos, tan adecuada en ocasiones y tan desafortunadas en otras, y entendiendo hombres igual a personas, me pregunto: ¿En qué momento del ciclo estamos? </div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgwqJs__PLV8A2VoVGuDFz-jihK5gzLryade3K5XT8KTTrdHR2FUsNOGWBYyjT8pkadc8PBPGgvbw3s27Lz09lQAv_xU7BGjl_1c0hW8P891WVRUm6KxVZOBmPVoFF9TmrMrdroOZJqR2Rj8AkbmtrrbP7NADhU5X3TagK5U-VAxNJmIGOQ_g-sTUgU=s1380" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1380" data-original-width="1125" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgwqJs__PLV8A2VoVGuDFz-jihK5gzLryade3K5XT8KTTrdHR2FUsNOGWBYyjT8pkadc8PBPGgvbw3s27Lz09lQAv_xU7BGjl_1c0hW8P891WVRUm6KxVZOBmPVoFF9TmrMrdroOZJqR2Rj8AkbmtrrbP7NADhU5X3TagK5U-VAxNJmIGOQ_g-sTUgU=s320" width="261" /></a></div>Hoy se cierra un año que, aunque me empeñe, no puedo negar ha sido harto difícil para mí. Las fachadas son siempre lustrosas: un premio en Baeza, un puesto en la lista Forbes, lo mismo en listas de El Mundo y El Español, numerosos artículos científicos de rigor, un libro, una mención por parte de la Sociedad Americana de Inmunólogos, una columna permanente en un periódico nacional, un largo etcétera de logros para la vitrina. Mas “no vivimos en el mundo tanto como lo hacemos en nuestras propias mentes”. El 2021 se llevó a mi hermana… “vuelve con lo mismo” dirán los que no saben qué significa la pérdida. En el 2021 se esfumó un proyecto de vida que alimenté con leña suave y cociné a fuego lento… dos minutos me despisté y un torrencial implacable lo convirtió todo en cenizas. “Siempre es fatal que se interrumpa la música o la poesía”, mas a veces se torna insoportablemente necesario. </div><div style="text-align: justify;">También este año me ha regalado un punto de inflexión, ese momento mágico que un matemático escudriña buscando el cero de la segunda derivada y el poeta describe con palabras dulces, sonoras. “Es fácil amar a las personas en la memoria; lo difícil es amarlos cuando están frente a ti”… alguien dijo o escribió. Ningún convencionalismo podrá arrebatarme esas 30 horas en la que descubrí que el paraíso existe, está en la tierra y es caprichosamente efímero. Quizá tarde un Siglo sin Luces hasta que llegue la Consagrada Primavera, quizá para entonces, como otras veces, alguien diga: “Me atraviesas el alma. Soy mitad agonía y mitad esperanza. No me digas que llegué demasiado tarde, que esos preciosos sentimientos se han ido para siempre”. Tal y como me dice el chico de Kansas: “el advertido está preparado de antemano”. </div><div style="text-align: justify;">Se acaba el año, otros 12 meses pandémicos, 365 días en los que he luchado con los demonios internos y externos. “Qué dramático” dirá aquel que no ha vivido. Un puñado de horas de sufrimiento con traca final en una discoteca y remate postmoderno a través del teléfono “mejor lo dejamos”. Y con ello borramos el proyecto y la inflexión, la curva se aplana y la soledad vuelve a ocupar el lugar de privilegio de antaño y después.
¿Planes para el 2022? Vivir, crear que es mi forma de vivir. </div><div style="text-align: justify;">Gracias Ana y Paloma, Gracias Alejandro y Ruben, Gracias Castalios, Gracias Bañuscos, Gracias Cruz y Pedro J, Gracias Verónica, J, Rober, Karla, Rebeca…, Gracias Daryl, Gracias Jaime, Gracias Lilo, Any, Shelly, Lissette, Gracias Alfredo, Gracias eternas al chico de Kansas… gracias a los que estuvieron aunque ya no estén. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-61073551249737284232021-12-10T01:55:00.002-08:002021-12-10T02:04:33.044-08:00Resumen...<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Un Viernes gélido en Madrid. La semana se ha marcado temperaturas bajas para estos lares y un servidor, fiel a sus costumbres, anda con la voz de locutor radial y el asma que me acompaña cuando se enfría el cuerpo. </div><div style="text-align: justify;">El 2021 se va consumiendo y mi definición sería: el año sorpresa. Las ha habido buenas, malas, terribles, agradables… doce meses que algunos preferían olvidar, pero no tener memoria es el primer síntoma de subdesarrollo. Yo siempre recuerdo. </div><div style="text-align: justify;">Empezamos por una vacuna que llegó con la peor de las ventiscas vividas en mi ciudad. Terminamos con el convencimiento de que la soledad es un estado natural al que tendemos, aunque me empeñe en lo contrario. Por el camino re-apareció el chico de Kansas 30 años después de desvanecerse en La Habana. Llegó para quedarse y estos Viernes fueron la herramienta que nos volvió a conectar. Una “bendición” de amistad que agradeceré el resto de mi vida. En el camino se quedó mi hermana, víctima de un virus que aún hoy muchos miran sin respeto. El mago de mi vida, aquel que seis años atrás me iluminó con su sonrisa, decidió bifurcar el sendero que antes transitamos juntos y yo le deseo la mejor de las suertes. En otra cuerda, mi ciencia es imparable y no me da ningún reparo en admitirlo, decirlo, difundirlo… ¡no tengo abuela! Bueno, por no tener no tengo prácticamente a nadie. La suerte está en ese club de amigos que he ido alimentando durante las 52 vueltas al Sol que llevo sobre las espaldas. He de decir que nuevos miembros han iluminado estos días grises, hablo del vecino de Castellar y su pandilla andaluza. También del literato de las aceitunas y el científico que vive al frente. Este último, un genio de la neurociencia a quien seguía por sus artículos, resultó ser un vecino que puedo saludar con sólo salir al balcón… alegrías del 2021. Extendiendo la cuerda un poco más, diciembre ha visto el nacimiento de mi columna dominical “Ciencia en Español” donde hablo con quien me lea, de tú a tú, como siempre suelo hacer. Un espacio semanal dedicado a difundir ciencia, política científica e investigaciones recientes, siempre en Español y en El Español (Cruz te adoro y lo sabes). Dos amigos han publicado libros David y Pedro J. Dos presentaciones emocionantes separadas por 24 horas. Mi libro ¿Qué es la sepsis? cerró la trilogía “¿Qué es…?” pero, a diferencia de sus predecesores apenas ha sido leído. La sepsis sigue sin interesar, la sepsis sigue matando. </div><div style="text-align: justify;">Y yo os dejo por hoy. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEishf0aX_QwzkBEWrcpJvKWMNXfJmzZ3rHBmJ3NNLRb6ieKBjl0EvwZmIbaaKSFTSWzF-GrFt-lcHYtXjrJXtCnyc9LNpT6DJ1l1aHvA2S_YgSDTheRCMoahrr2IpkMT1q5dBkw5HMJAT-N-hwzLQfRibaTx-6k6Am1OLMa8T3fwMel0KHXylsjkkTP=s1024" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEishf0aX_QwzkBEWrcpJvKWMNXfJmzZ3rHBmJ3NNLRb6ieKBjl0EvwZmIbaaKSFTSWzF-GrFt-lcHYtXjrJXtCnyc9LNpT6DJ1l1aHvA2S_YgSDTheRCMoahrr2IpkMT1q5dBkw5HMJAT-N-hwzLQfRibaTx-6k6Am1OLMa8T3fwMel0KHXylsjkkTP=s320" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-31920084987515479812021-11-18T07:00:00.000-08:002021-11-18T07:00:29.796-08:00Cena para unoHola a tod@s! <div style="text-align: justify;">Hace muchos años conté en un Viernes mi experiencia al comprar una única entrada para el cine. Era sábado por la tarde y dos veces tuve que especificar que sólo quería una, la taquillera no daba crédito a mi requerimiento. Ir al cine sin acompañante era una costumbre que, a pocos, fui arrinconando. El placer de compartir experiencias ganó terreno y se instaura como norma. Algo parecido ocurre con el momento de alimentarse. Es extraño ver a una persona compartir mesa con su soledad. Cuesta una barbaridad prepararse un buen plato si será degustado por un único paladar, el nuestro. Aceptar que, en realidad, somos el primer número primo no aparece en las listas de buenos propósitos para el año nuevo. </div><div style="text-align: justify;">Ahora llega diciembre, el frío mes que siempre me ha congelado la médula. Entre mis costumbres ancestrales no figura la celebración de cenas navideñas en familia. En mi Jovellanos natal la tradición era regresar de la ciudad para saborear un arroz congrí y algo de carne con mis padres el último día de diciembre. Luego tocaba esperar el cambio de año charlando con amigos sobre planes muy futuros en palacios distantes. Sin embargo, más de un cuarto de siglo por estos lares me ha grabado a fuego la necesidad de una cena especial el 24, algún regalo el 25 y las uvas el 31. Algo realmente difícil cuando volvemos a proyectarnos como el primer número primo: uno. Con muchas canas y varias heridas llego al final de este 2021; el 2022 lo andaré con más ausencias de las esperadas, pero “no habrá mal que por bien no venga” decía mi madre. Tendré más tiempo para dedicarlo a lo importante. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.
</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-9351612956756317122021-11-14T02:32:00.002-08:002021-11-15T01:30:31.071-08:00La maldita circunstancia de la soledad por todas partes...<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Dicen que puedes estar en una isla desierta y sentirte arropado, yo he pernoctado por ciudades populosas con la soledad congelándome la médula. </div><div style="text-align: justify;">De pequeño busqué una pócima para inmortalizar seres queridos, mi olfato infantil me prevenía sobre el futuro… Los sueños me alejaban, físicamente, de cualquier entorno conocido, me separaban de la calidez familiar. Dada la imposibilidad de encontrar el brebaje divino, se instaló en mí la necesidad de buscar el calor humano que el amor y la amistad proporcionan cuando el núcleo familiar se desvanece como una foto en blanco y negro en una pequeña caja repleta de recuerdos. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk0bWOcDF4yDM5Lq5rqJ75uJ_TDF84tXCBWMswx_v76i2KHk7_E5UcNVHcgo1xLy8c2HpYoxQgzqlj_xgZFdfDsOgS7ePQ2IVqCU_N-QOzdvNE9rdq1tijAQouQTxUtU2bfqERur34dww/s1024/soledad.jpeg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="152" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk0bWOcDF4yDM5Lq5rqJ75uJ_TDF84tXCBWMswx_v76i2KHk7_E5UcNVHcgo1xLy8c2HpYoxQgzqlj_xgZFdfDsOgS7ePQ2IVqCU_N-QOzdvNE9rdq1tijAQouQTxUtU2bfqERur34dww/w270-h152/soledad.jpeg" width="270" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">No pocos tropezones, seguidos de estruendosas caídas, me han marcado el camino casi siempre sinuoso, lleno de incómodas sillas y otras serpientes. Los amigos y las parejas son eso, amigos y parejas, pocas veces -si es que ocurre- por un tiempo se tornan seres con tintes de incondicionalidad. Algo que, con los años, va perdiendo los tonos intensos para quedarse en gamas de grises hasta esfumarse. </div><div style="text-align: justify;">Soy dado a desnudar el alma, estas palabras son una muestra palmaria de lo que digo, cuido a las personas que considero válidas como si de familia cercana se tratasen, voy arropando a quienes se acercan y, sobre todo, me cuesta decir adiós. Pero el dicho dice: cuando no quieres caldo, tres tazas. Las mías son tazones aunque por ello no me siento especial. Es, simplemente, la maldita circunstancia de la soledad por todas partes. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-44002102210561073052021-10-29T14:07:00.005-07:002021-10-29T14:09:55.751-07:00Volviendo para quedarse...<div style="text-align: justify;">¡Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Es difícil retomar estos Viernes luego del último texto. Han sido meses de mucha reflexión dónde las preguntas fueron encontrando respuestas insólitas, inesperadas. El sentido de todo lo que me rodea entró en fase de auto cuestionamiento, ¿para qué? y ¿por qué? Ya tengo una edad y una historia que sobrepasan el medio siglo. He ofrecido lo mejor de mí a muchos, he sacrificado miles de momentos en beneficio de otros, he intentado ser útil, de agradar, de integrarme, de consensuar. Todo ello con la difícil encomienda de no dejar de ser yo. </div><div style="text-align: justify;">Mis Viernes tienen una larga historia con raíz en el siglo pasado. Primero fueron emails colectivos que enviaba a amigos dispersos por el mundo. Luego se transformaron en textos que vierto al ciberespacio con la diana puesta en personas conocidas y queridas, mas al fácil acceso de todo quien tenga presencia virtual. En algún momento se convirtieron en blanco de críticas, en otros levantaron ampollas… siempre han estado presente quienes quieren modular mis letras, encuadrarlas en sus estrecheces. Pero si algo he hecho durante toda mi vida ha sido “comprar” cuotas de libertad, grados de liberación. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2Xx5Jvg9FVFFCVmOp4Bq-XWQ3eSI715DXd7pRi-NLHIjPUVee2uU9VRfLNZK7MLvfa1ABU5rBqGj1p0TlDS8xl34sM3Y_AR0AafnR0VVQVhm3bYPSbLJWkrYW9gdE0IkLupchar9RUl8/s2021/4O7A0591_r.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2021" data-original-width="1347" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2Xx5Jvg9FVFFCVmOp4Bq-XWQ3eSI715DXd7pRi-NLHIjPUVee2uU9VRfLNZK7MLvfa1ABU5rBqGj1p0TlDS8xl34sM3Y_AR0AafnR0VVQVhm3bYPSbLJWkrYW9gdE0IkLupchar9RUl8/w133-h200/4O7A0591_r.jpg" width="133" /></a></div></div><div style="text-align: justify;">La desaparición física de mi única hermana hizo temblar el suelo bajo mis pies, me he acercado a un abismo que, sin saberlo, tenía a pocos centímetros. Ha llegado el momento de un viraje, de un “mandar bien lejos” quizá la frase adecuada sería “a la mierda” a quienes no aportan, pero no se apartan. He decido que se acabó complacer al prójimo. La libertad que siempre he buscado, me la he ganado a pulso. Una vez dije al aceptar la dirección del instituto de investigación en el que trabajo, que aquello consistía en identificar al hijo de puta del gran hijo de puta, sin perder la sonrisa. Ocho años después, transformo mi máxima, simplemente no quiero ni oler a ese tipo de personas a mi alrededor. Ni un solo segundo he de gastar en las alimañas. </div><div style="text-align: justify;">Los Viernes vuelven, para quienes quieran leerlos, los escribiré pensando en Carlos, en Paloma, en Daryl, en las Anas… de quienes siempre me despido con un: </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-54282514174288563142021-07-31T00:49:00.000-07:002021-07-31T00:49:01.778-07:00Las ausencias...<div style="text-align: justify;"><br />Primero fue mi padre, confundía las noches con los días, dejó de recordarme y una noche su corazón se detuvo. Luego fue mi madre, un ictus y muchos años de enfermedades no bien cuidadas acabaron con la vida de la persona que más me ha querido. Ayer fue mi hermana, mi única hermana. </div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl9ZcJ0lb9CJAS_V71msZUdr9laVYYKVZy4sZHxDXA-HXjo2Iken1OcrhqKpIElc7K5U4x0_yiN9r5e_ZWBa5aL76ZYFC3OhMhP-Bngr_6jduig1j5eNAM_-VgL1e6osLXdu1UDB7NMXA/s1024/las+ausencias.jpeg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="902" data-original-width="1024" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl9ZcJ0lb9CJAS_V71msZUdr9laVYYKVZy4sZHxDXA-HXjo2Iken1OcrhqKpIElc7K5U4x0_yiN9r5e_ZWBa5aL76ZYFC3OhMhP-Bngr_6jduig1j5eNAM_-VgL1e6osLXdu1UDB7NMXA/w200-h176/las+ausencias.jpeg" width="200" /></a></div>Llevábamos sin vernos desde el siglo pasado, desde que partí en busca de otra vida sin saber que, aquello que se quedaba atrás, nunca volvería. Éramos diferentes, siempre funcionó como la madre que regañaba, la que ponía disciplina. Se empeñaba en que hiciera las cosas bien, revisaba mi ortografía, me corregía los pasos de baile: “Marca, Edua, marca. Si no marcas no parece que sepas bailar”. Por ella conocí a los Beatles, prohibidísimos en aquella Cuba en la que crecí, y a la Lupe con su “Teatro… lo tuyo es puro teatro”. La odiaba por su estricto sentido del orden, todo organizado, todo clasificado, todo en su sitio… ¿la odiaba? Ahora me percato que eso lo heredé de ella, soy organizado, todo lo clasifico, todo quiero que esté en su sitio. Nunca la llamé por su nombre, cuando apenas sabía hablar ella era “nana”, luego supieron que quería decir “mihermana” así, como si de una sola palabra fuera. ¿Dije que éramos diferentes?, sí lo éramos, pero quizá no tanto. A ella no le gustaba la música clásica, pero a los dos nos encantaba bailar y bailar bien. No era aficionada a leer, pero los dos nos moríamos por una buena bola de helado, mejor si eran cinco y de diferentes sabores… y ya hoy no está. La COVID-19 acabó con su respiración. </div><div style="text-align: justify;">Hace un par de semanas me dijo que se había infectado. “No te preocupes, cuídate, pero tienes dos vacunas puestas, seguro que lo pasas leve”. Ella estaba optimista, algo raro en “mihermana”, incluso, hasta alegre. Todos los días me mandaba un mensaje diciéndome cómo estaba. “Tengo fiebre, 37.5” me escribía, a lo que respondía, “no es fiebre, no temas”. Pero el domingo dejó de escribir, el martes supe que llevaba un par de días en un banco del hospital con vómitos y diarreas, no había camas para ingresarla… se deshidrataba. “Nada que no se pueda resolver con varios sueros” pensé. Un día después me dicen que su saturación era mala. ¡Sesenta porciento de saturación! Entonces ya me imaginé lo que iba a suceder. Moví tierra y mar para que se la llevaran a una UCI, toqué todas las puertas que pude y las que tenían mis amigos… pero no lo logré. Hablé con la médica que la atendía, “no cumple los criterios internacionales para entrar en cuidados intensivos” me dijo y seguro estoy que cruzaba los dedos sin que nadie la viera. Murió horas después de escucharme al teléfono, me dijo “mi hermano” y algo más que quiero pensar fue un “te quiero”. </div><div style="text-align: justify;">Siempre pensé que “mihermana” no había conocido el amor, tenía un carácter duro que la hacía insoportable en sus momentos álgidos. Me equivoqué, a su lado tuvo en todo momento a un hombre que, eso de tener el océano y una dictadura por medio no me permitió conocer. Su esposo, alguien que horas después de fallecer ella me susurraba al teléfono palabras preciosas. Con la calma de quien ha sabido vivir me dijo: “Tu hermana era mi vida, mi viejita linda. Cuando se ponía a discutir, yo la abrazaba y se calmaba. Se fue tranquila, contenta de haber hablado con su hermano. Era mi vida”. Unas frases que me re dimensionan a “mihermana”, su sosiego me inundó. No murió sola, tuvo una mano querida sosteniéndola. Antes de colgar añadió: “siempre esperaba, esperaba una llamada tuya o de su hija”. Y así la quiero recordar, esperando mi llamada, la de su único hermano. Esperando la llamada de su hija, su única hija. Ambos fuera de aquella Isla Metafórica, lejos para buscar una vida digna, empeñados en hacernos un futuro sin pensar en el sufrimiento que generamos en los que se quedaron y no pudieron abrazarnos antes de morir. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com30tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-55638278531896899892021-05-01T03:03:00.004-07:002021-05-01T06:08:27.638-07:00<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Sucumbir a la inmediatez hace que abandonemos la profundidad del análisis… y la fiebre ha contagiado a medio planeta. </div><div style="text-align: justify;">Ya he perdido la cuenta de cuántos viernes se han sucedido desde que puse en el blog la última letra. Por aquel entonces poquísimos se habían vacunado y las dudas brotaban por las rendijas. Hoy, glorioso día primero de celebración, las cosas han cambiado y no ligeramente. </div><div style="text-align: justify;">Se ha llegado nuevamente a Marte, un dron se ha elevado sobre sus rocas; la vacunación contra COVID-19 es una realidad permeada de buenas, malas y confusas intenciones; la ciudad donde vivo se dispone a votar para perpetuar la estulticia como forma de gobierno; varios amigos desmantelan sus convivencias plenas de hartazgos emocionales acumuladas durante la pandemia; la Isla Metafórica me entrona como anticastrista furibundo por opinar sobre sus vacunas y publicaciones oficiales de por allá entrecomillan el epíteto científico que acompaña mi nombre. Mientras tanto, para no perder la costumbre, por la Madre Patria se me encasqueta el gorro rojo, azul o naranja según lo que opine ese día. </div><div style="text-align: justify;">La clasificación es algo inherente a la condición humana, lo hacemos para avanzar rápidamente: esto es bueno, aquello es malo, eso es bello, aquello no. Sin embargo, en los matices, los grises y los colores intermedios reside la vida, se asientan los problemas. No intentes clasificarme porque siempre he huido de los grupos, las ideas cerradas y las opiniones esféricas. Si pienso que una u otra vacuna es buena o no lo diré con arreglo a los datos que en ese momento maneje. Si la mañana siguiente aparecen otros que me haga cambiar de parecer, lo haré. Es la increíble libertad que me da la independencia. La misma que permite opinar sobre los candidatos de vacunas cubanos, en mis palabras: con mucha probabilidad exitosos, y la vez poner en dudas la transparencia con que desarrollan sus ensayos clínicos. Algo que me ha granjeado un entrecomillado científico y la mil veces cacareada expresión “formado por la revolución cubana”. Aquí quiero hacer una parada, una reflexión de mitad del camino, una especie de puñetazo en la mesa con la suavidad caribeña que suele caracterizarme, y me voy a otro párrafo porque el tema merece la solemnidad de un punto y aparte. </div><div style="text-align: justify;">En la Isla Metafórica quien escribe aprovechó las bondades que el sistema ofrecía, bondades que acarreaban pagos encubiertos de todo lo recibido. Allí se estudiaba por la mañana y por la tarde se trabajaba en el campo recogiendo patatas, cosechando tomates, arando la tierra y un largo etcétera. Entrar en escuelas y facultades excelsas requería esfuerzo y cualidades excepcionales. Mantenerse en ellas era cuestión de dar el do de pecho a diario. Al terminar la universidad se te ubicaba en un puesto de trabajo pre asignado y se te pagaba un escueto salario, más cercano a un estipendio que un pago por tu trabajo. Con ello se debería cubrir lo gastado en tu formación no en todas partes extraordinarias, pero sí, al menos, básica. Entonces comenzaba un <i>vía crucis</i> que te acompañaría de por vida: aprendiste a pensar, mas no debes hacerlo. Deberás estar agradecido de por vida por haber recibido una educación, no siempre extraordinaria quiero repetir, y por ello aceptar una cárcel cerebral. Pues, ya basta de esos paños tibios. Lo que allí aprendí de mucho me sirvió, pero lo aprendí yo. La inmensa mayoría de mis vecinos, con la misma edad, iguales condiciones y oportunidades se ganan la vida remendando zapatos, haciendo contrabando en el mercado negro del pueblo o realizando alguna otra labor exenta de intelectualidad. Sigo aclarando que todos pagamos por aquella formación. Pero hay más, llevo casi tres décadas de mi vida fuera de aquella metáfora insular. ¿Creéis que dejé de aprender, educarme y formarme cuando La Habana quedó a lo lejos? España, Alemania, Estados Unidos y Reino Unido han sufragado parte de mi formación. El Max Planck de Freiburg me formó y pagó por ello, España costeó el doctorado en La Complutense y me pagó un salario para poder vivir mientras tanto, en Estados Unidos una universidad de la Ivy League cubrió mi traslado y, rigurosamente, todos los meses me ingresaba un salario muy generoso. Algo parecido ocurrió en la tercera universidad en importancia del Reino Unido y nuevamente en otro gran centro de excelencia en la mitad de los Estados Unidos. Sin embargo, ninguna de estas instituciones, ninguno de estos países me exige lealtad y agradecimiento eterno por su contribución, valiosísima, a mi formación científica e intelectual. Y hay más, puedo decir, sin pudor alguno, que soy científico a pesar de la Isla Metafórica y su sistema de control. Nunca me he detenido a contar la tragedia que me hicieron vivir cuando, iluso yo, defendí una postura lógica en el centro investigación donde realizaba mi tesis habanera. Haciendo corto el relato, me despidieron, me defenestraron, me prohibieron volver a hacer ciencia y sólo el tesón de quien no se rinde frente a la adversidad me hizo retomar el camino que hoy es una realidad. Ya es tiempo de poner los puntos sobre las íes y abandonar los mitos.
Seguro estoy que este Viernes me ubicará a la derecha más extrema del espectro, mas será temporal. Luego alguien recordará mis críticas a las payasadas que desde esas longitudes se generan y me lanzarán hacia los confines de la izquierda, segundos después se percatarán de algún comentario medio liberal y el tortazo me llevará hacia otro lugar. No perdáis el tiempo en clasificarme, invertirlo en pensar será más provechoso. Por cierto, ya mi cuarto libro está a la venta ¿Qué es la sepsis? <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGSJWZUs9kgVOUtEf9gr7Ff8NzM28dXcMgoHixYV8fr4HSmgkIxtW6toMNcjXQ4s7jOxXenGbSEcCEqkz9wYVaI1-vvZt8Ee2z3nShGlnF-ObYoMxXjAKKjcrf9_d-vy8VOtltCD5A0FI/s2048/Imagen.jpeg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGSJWZUs9kgVOUtEf9gr7Ff8NzM28dXcMgoHixYV8fr4HSmgkIxtW6toMNcjXQ4s7jOxXenGbSEcCEqkz9wYVaI1-vvZt8Ee2z3nShGlnF-ObYoMxXjAKKjcrf9_d-vy8VOtltCD5A0FI/w209-h209/Imagen.jpeg" width="209" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ed. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">PD: Carlitos bienvenido de nuevo a mi vida.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-85125691402649474372021-01-01T02:52:00.006-08:002021-01-01T02:52:39.765-08:00Vienes... primeroHola a tod@s! <div><br /></div><div>Entro en 2021 con el miedo metido en el cuerpo, otra vuelta al Sol en un momento de incertidumbre. Más que propósitos tengo preguntas, algunas vitales. ¿Seremos capaces de seguir adelante? ¿Hemos aprendido? ¿Encontraremos los equilibrios necesarios? </div><div><br /></div><div>El año 20 del siglo 21 ha sido una escuela forzosa, un examen a la especie, un azote que nos ha recordado la insignificancia de nuestra existencia. Me ha quedado claro la importancia de nuestras elecciones, la valía de esa lucha que ha significado parte de mi vida y lleva por nombre: Ciencia, la fragilidad de las relaciones humanas y la mezquindad que puede llegar a caracterizarnos. Mas, no sé si todos somos conscientes de que conceder el poder a las personas equivocadas crea dioses malvados. Tampoco me queda claro si la humanidad reconoce a la ciencia como ese motor necesario para caminar. </div><div><br /></div><div>Quedan atrás meses, unos cuantos, llenos de contradicciones y egoísmos. Donde no todos actuaron para preservar la salud del amigo, el familiar, el conocido, el vecino. Un año en el que la palabra libertad fue usada por unos y otros para terminar llena de fango. Días en los que perdimos amigos de muchas maneras y las máscaras de otros desaparecieron. Instantes que definieron a muchas personas con epítetos diferentes a los habituales. </div><div><br /></div><div>Así comienzo 2021, lleno de dudas, con mil preguntas que buscan respuestas. </div><div><br /></div><div>Os quiero, </div><div>Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-53972546077498083022020-11-28T05:43:00.001-08:002020-11-28T05:43:28.092-08:00Viernes... de San Isidro. <div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Hace más de un cuarto de siglo que un avión de Cubana despegó del aeropuerto José Martí con destino Madrid y conmigo dentro. En aquel instante sentí que la Isla se queda atrás, probablemente para siempre. Nunca he sido un activista pro la libertad en Cuba, tampoco me he sumado a los movimientos en el exilio y sólo en contadas ocasiones he sido, públicamente, mordaz con el régimen que intentó cortar todas mis alas. </div><div style="text-align: justify;">Desde mi partida me he centrado en la ciencia, la divulgación científica y crecer como investigador. Mi interés se ha focalizado en descifrar misterios de la naturaleza y, por el camino, encontrar soluciones para enfermedades que aquejan al ser humano. Mas nunca he dejado de ser cubano, con cierta tendencia a pronunciar las z y c como en la madre patria y madrileño de corazón, pero cubano. Sin embargo, siempre me he dibujado algo alejado de la intelectualidad que, desde los cuatro puntos cardinales del planeta, reclaman una Cuba democrática. Quizá haya sido la desidia o el cálculo de una probabilidad muy cercana al cero lo que me ha apartado de cualquier movimiento en ese sentido. Pero ha llegado el momento de sumarme y exigir. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinzeRSoW29f9R2pliFnac70AoMUsG-FkQedk4WskUfhpxjUwxpF2WXGa_YvkVtsTFtu2FEnWn5QQHMpCEjPR9LD7rriWI-IUA1GB1adR5C83qV9dYcJppbQbD_4OvPZP71YJo0-nmKMxM/s460/SI.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="260" data-original-width="460" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinzeRSoW29f9R2pliFnac70AoMUsG-FkQedk4WskUfhpxjUwxpF2WXGa_YvkVtsTFtu2FEnWn5QQHMpCEjPR9LD7rriWI-IUA1GB1adR5C83qV9dYcJppbQbD_4OvPZP71YJo0-nmKMxM/s320/SI.jpg" width="320" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">Mi privilegio de europeo de adopción no debe restar un solo átomo de simpatía con lo que hoy ocurre en la Isla de las Metáforas que es como suelo llamarla. A mi lucha contra el maldito coronavirus, la jodida metástasis y en pro de los derechos LGTB debo agregar un apoyo sólido a aquellos que han tenido la magnífica osadía de enfrentarse a un régimen demasiado obsoleto. </div><div style="text-align: justify;">Los científicos, en palmaria diferencia con los artistas, somos más de las penumbras que de los focos. Apenas alzamos la voz. Pero, repito, hoy debemos sumarnos a ese grito a favor del movimiento San Isidro. Seguro que tendremos diferencias de perspectivas, conceptos y visiones… mas la esencia está en la libertad. Esa palabra proscrita en toda dictadura ha de ser una realidad en mi Cuba y la tuya. Sumemos, desde la diferencia y la diversidad, para que aquel sitio precioso del Mar Caribe deje en la historia los años de represión.</div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-53080765227714891772020-11-13T04:29:00.001-08:002020-11-13T04:29:45.382-08:00Viernes...<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Muchas han sido las veces que he dejado blanco sobre negro mi vocación científica. No es un secreto mi defensa, constante y cansina, de la importancia de una educación en ciencias para evitar desastres mentales y otras tristezas. Siempre he pensado que es esencial dominar las bases de las matemáticas, los principios de la física, la esencia de la química y las generalidades de la biología como parte de esos rudimentos primordiales para vivir. Esto nos ayudaría a no cometer errores de interpretación, saber el significado de eventos probables y, quizá lo esencial, no caer en la simpática tendencia de re-descubrir viejas teorías que, una vez analizadas por siglos de ilustración, fueron desechadas. Sí aprendiéramos la historia de la ciencia como si cultura general fuera, con gran probabilidad, disminuirían el porcentaje de la población que de pronto quiere ver el planeta plano. Lo mismo ocurriría con quienes se oponen a vacunar a sus hijos o piensan que las jirafas tienen el cuello largo porque lo fueron estirando en busca de alimentos en las alturas. Mas no ha sido así. Hoy podemos encontrar desde grandes artistas a pequeños políticos, todos analfabetos científicos. La cultura de un individuo nunca se mide por su dominio, al menos somero, de la segunda ley de la termodinámica por no hablar de la teoría de la evolución de Darwin o la relatividad de Einstein. Somos versados si hablamos con soltura de literatura, cine, ópera y ballet, pero en la puntuación para llegar al estatus refinado nunca se introduce conocer qué significa el área bajo una curva, la velocidad de cambio en una función matemática o la reacción en cadena de la polimerasa. Ha tenido que venir un virus devenido pandemia para dejarnos en evidencia. Ahora casi todo el planeta habla de la PCR sin saber que se refiere a la reacción en cadena de la polimerasa, los que dirigen detallan curvas que ascienden y descienden sin entender qué es la velocidad de cambio y su relación con el cálculo de una derivada y, en la cola del pan, se escuchan atinadas teorías sobre la inmunidad celular. Nunca antes nos percatamos que dirigir un país implica tener conocimientos básicos científicos para no caer en barbarismos, de la misma manera que es imprescindible hablar correctamente y tener una mínima ilustración en geografía política. Por regla general tendemos a burlarnos de quien demuestra sapiencia y esto se magnifica cuando la erudición toca el área científica. Más de uno y cien han sido los programas de “divulgación” que los medios de comunicación han promovido, donde el presentador se jacta de su total ignorancia frente al científico mal vestido y con pocas habilidades de comunicación. El mensaje es claro: “para ser famoso, popular y rico no me hizo falta estudiar ciencia, mirad al perdedor que tengo delante”. En España, además, no sacamos partido de la propia historia científica del país. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMNP60AZcO4Jy7VXrXLbrjDBv39X9ZhDhOIEfM-jh5eCjc8b-a90PZXF7tPk3F386xk_O6tMKx45Z-0K8TbR75ImtSNQCjKb-7OQdPXMJaTfDXkLB2VHznptg8T6_ZKj1L7tZeugRfar8/s1840/yo.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1840" height="117" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMNP60AZcO4Jy7VXrXLbrjDBv39X9ZhDhOIEfM-jh5eCjc8b-a90PZXF7tPk3F386xk_O6tMKx45Z-0K8TbR75ImtSNQCjKb-7OQdPXMJaTfDXkLB2VHznptg8T6_ZKj1L7tZeugRfar8/w225-h117/yo.png" width="225" /></a></div><br />Aún se espera una buena serie que cuente la jugosa vida de Ramón y Cajal quien pasó por Cuba y allí casi pierde la vida. También tenemos a Jorge Juan y sus peripecias alrededor del mundo con mucho de ciencia y más de aventuras, un magnífico guion para Netflix que está por elaborar. Hablando de guiones y viajes… está por contar la travesía de Isabel Zendal en la expedición filantrópica de la vacuna, un hito mundial que España no le presta atención. De la misma manera que no hemos contado la fascinante vida de Severo Ochoa, con folclórica por el medio, la historia de Margarita Salas ni la existencia, terminada entre las llamas, de Miguel Servet. Todos ellos referentes para la ciencia, referentes para la juventud, vidas llenas de sacrificios y contingencias que merecen la pena ser contadas. No sólo Cristina, La Veneno, ha puesto granos de arenas importantes para construir la sociedad. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE5dCjzIAD3U6smC2LpU1XLo6k-WGnc4xP0QHcVI4KAYXMIsKwA9nWOM9a_-FNWrGq8ursNXvgQaa4FCyMRlSoCsFzqWdU1vFmJdGcPfvyf8aLoqR9TIZnuTGvm7-_iFkM2WRIlqOuZA4/s1840/general.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="964" data-original-width="1840" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE5dCjzIAD3U6smC2LpU1XLo6k-WGnc4xP0QHcVI4KAYXMIsKwA9nWOM9a_-FNWrGq8ursNXvgQaa4FCyMRlSoCsFzqWdU1vFmJdGcPfvyf8aLoqR9TIZnuTGvm7-_iFkM2WRIlqOuZA4/s320/general.png" width="320" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">En esa cuerda, por estos días, me he prestado a una televisora para hacer una píldora de diez minutos donde dialogamos una investigadora española, desde los Estados Unidos, y yo sobre qué significa ser científico, cuál es la visión actual de la COVID-19 y otros temas de actualidad. La experiencia fue agradable y ojalá sea el germen de algo constante en los medios. Científicos hablando entre ellos sin la presión de un interlocutor que presta atención a la cámara, pero no al debate. Os dejo el link, ya me diréis que os parece (http://www.telemadrid.es/semana-de-la-ciencia/Dialogos-Cientificos-Investigando-Covid-19-diferentes-2-2285791404--20201111010000.html). </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOdwr9JSq2Vq0fJ20_qmD0_fZNlj4bm0qN-yFRNHa2ALadP2OkNyQs0u8SgeA_MoLPLQPsG4mDjNI2TmNJOS6d28lsupjjNIqFUK4W02pZcx2yYO1VDODNLUd_UOw3Ele2pMnG8telpuc/s1842/doble.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="906" data-original-width="1842" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOdwr9JSq2Vq0fJ20_qmD0_fZNlj4bm0qN-yFRNHa2ALadP2OkNyQs0u8SgeA_MoLPLQPsG4mDjNI2TmNJOS6d28lsupjjNIqFUK4W02pZcx2yYO1VDODNLUd_UOw3Ele2pMnG8telpuc/s320/doble.png" width="320" /></a></div><br /></div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-40656179983915336292020-11-06T12:38:00.000-08:002020-11-06T12:38:19.167-08:00Viernes con foto de cuando no existía la COVID-19... ni Trump.<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">A estas alturas del último día laboral de la semana pensé que en mi Viernes hablaría del presidente electo de los Estados Unidos. Mas erré, lo reconozco, no pasa nada por admitirlo. ¿Entendéis por qué sería difícil convertirme en político? </div><div style="text-align: justify;">Increíblemente el sistema americano es, en esencia, kafkiano. El recuento de los votos puede tardar una semana o algo más. Con la lentitud de una jicotea y las prisas de una babosa, los escaños van sumándose como si tuvieran la intención de avivar fuegos cruzados. Lo peor es que lo está logrando. Al mundo se van transmitiendo imágenes de simpatizantes enfrentados, personas armadas y manifestaciones violentas. Cuesta pensar que detrás de ellas está una democracia sólida capaz de gestionar la enorme diversidad de credos, culturas y razas que conviven en aquel país. En realidad, mi pensamiento racional me llevaba a creer que Trump sufriría una defenestración brutal. Me resulta casi absurdo que un negacionista de la ciencia, con marcados tintes de ególatra y supremacista, tuviera una segunda oportunidad para dirigir cualquier gobierno. Pero parece que la racionalidad no es una característica muy humana. Con algo de ingenuidad hace poco subí a las redes una foto antigua con mi esposo, ambos estábamos recién despiertos y relajados, añadí como comentario: “… tomada cuando no existía la COVID-19 ni Trump”. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7e8zwzRfiiE__m169p1DD9ROBgsp_A4asUMBQId_fBWpOyQLprmuICuK5p50K-fRQ4zAJsDuKu019r1HGJUWwjsXPCr0uimI3MRnZaDlzBRfGw_0KJh8JjH35F9BA_s2k5OkTqm5EMws/s1080/imagen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="815" data-original-width="1080" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7e8zwzRfiiE__m169p1DD9ROBgsp_A4asUMBQId_fBWpOyQLprmuICuK5p50K-fRQ4zAJsDuKu019r1HGJUWwjsXPCr0uimI3MRnZaDlzBRfGw_0KJh8JjH35F9BA_s2k5OkTqm5EMws/s320/imagen.jpg" width="320" /></a></div><br />Inmediatamente, una tropa de seguidores me bajó de el altar científico, donde otrora ellos mismos me habían colocado, para educarme en las fantásticas curvas económicas y proliferación del empleo logradas por el aún presidente estadounidense. Todo sazonado con las consabidas bendiciones porque no hay manera humana de hacer entender que a los ateos eso que nos den bendiciones no nos agrada en demasía. De nada sirvió preguntar: ¿qué sucederá con la economía boyante y el empleo a rebosar cuando se nos venga encima la crisis ecológica que acecha en la esquina y negada por Trump? Tampoco se entendió que el discurso de desprecio hacia el diferente no es apropiado para quien preside una nación. Evité hablar sobre las burlas hacia la ciencia y los científicos porque de eso voy servidísimo. Suelo mirar un poco más allá del hoy y ahora… quizá por eso me llaman científico. Nunca negaré la importancia de una economía robusta, pero eso se puede lograr desde la solidez del conocimiento. Parece que habrá un cambio, la Casa Blanca probablemente tenga nuevo inquilino. Tocará recomponer una sociedad divida en dos. ¿Tendrá Kamala Harris el papel que se le va asignando? </div><div style="text-align: justify;">Os quiero,
Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-14996591507830345142020-10-24T04:00:00.001-07:002020-10-24T04:00:50.519-07:00...grandes mentes dejad de hacer la pelota a los mediocres.<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Llego tarde a la cita de los viernes, mas aquí va mi texto parido una semana que he preferido frenar, un descanso mínimo para recuperar energías. Seguimos por Madrid, en el medio de España, a un costado de Europa, geográficamente por encima de África… y todo eso cuenta. </div><div style="text-align: justify;">Continuamos viviendo unas circunstancias especiales donde más que nunca “las grandes mentes pueden cambiar el mundo, romper la inercia, pero las grandes mentes están entretenidas haciéndole la pelota a los mediocres…” y son estos últimos quienes pilotan las naves, no sabemos hacia qué confín. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGmDhn2ZbgxlcSqPZ36HEUw4mJnqzllujF5gbP8h0u6jeIKK8Ht9Jpy3muBuZhN93g5UFaTZlLMYwpoV0i7WYoc7pfzEzpvD6_jr3FD97HMhYZz2zfAFQh-GpLJXEWQqxwyGN2a27YkMc/s1024/WhatsApp+Image+2020-10-24+at+12.56.24.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="553" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGmDhn2ZbgxlcSqPZ36HEUw4mJnqzllujF5gbP8h0u6jeIKK8Ht9Jpy3muBuZhN93g5UFaTZlLMYwpoV0i7WYoc7pfzEzpvD6_jr3FD97HMhYZz2zfAFQh-GpLJXEWQqxwyGN2a27YkMc/s320/WhatsApp+Image+2020-10-24+at+12.56.24.jpeg" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">En mis años universitarios, cuando un terremoto de trabajos, seminarios y exámenes me aplastaba… huía al cine. En mis múltiples exilios, físicos y nostálgicos, cuando el mundo amenazaba con exprimirme… escapa al cine. Siempre el cine me ha servido de refugio. Una sala oscura con pantalla enorme y desconocidos alrededor re-conecta mis neuronas y calma el alma… cosas, en apariencia, distintas que quizá tengan mucho que ver. Pero la pandemia lo ha complicado todo, las salas estuvieron cerradas y el miedo a la vuelta impregna demasiado hondo. No obstante, he vuelto… a pocos me he ido acercando con la timidez de un impúber, acompañado del recelo y la aprensión.
Allí, en una sala oscura y rodeado de anónimos enmascarados, me reencontré con el maestro de la pantalla, el mago de los colores… aquel que me hizo conocer Madrid desde el Caribe y hablo de Almodóvar. Estuve 30 minutos absorbiendo su Voz Humana, en inglés, con Tilda Swinton, como si en un teatro estuviera. Un poema visual lleno de detalles que merecen más de una visita. Un monólogo actualizado que empodera a la mujer sin quitarle su esencia, sin restarle el dolor de la pérdida, sin banderas ni tinieblas. De la sala oscura salí rejuvenecido, recordando todos los festivales de cines habaneros, todas películas vistas en San Sebastián, cada una de las veces que una gran pantalla salvó mi día. Vuelvo al ruedo, hay que seguir luchando para que el virus no nos aplaste. Como especie hemos creado maravillas y debemos perpetuarlas. </div><div style="text-align: justify;">¡Grandes mentes que pueden cambiar el mundo y romper la inercia, dejad de hacer la pelota a los mediocres! No se puede permitir que sigan pilotando las naves en las que vamos tod@s. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero, </div><div style="text-align: justify;">Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-51918655476202846472020-10-16T11:59:00.001-07:002020-10-16T11:59:34.204-07:00Viernes... de esa espera.<div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Ya es viernes… debería decir ya se acaba el viernes, al menos en esta parte del mundo. Por Europa la noche cae y el ritmo baja. Empieza un fin de semana, otro más en el que los planes no van más allá de un paseo corto y en la ciudad donde se vive. La COVID19 nos mantiene en un estado vigía y contención eterna. Algo que en España se ha convertido en la espera de una solución que caerá desde un cielo prometido donde se habla otro idioma, no importa cual, pero nunca el español. </div><div style="text-align: justify;">Ya pasaron aquellos meses de terror en el que los hospitales de Madrid recibían ambulancias con pacientes graves cada pocos minutos. Lejos parece la incertidumbre sanitaria de tener que elegir a quien atender, a quien conectar a un respirador, a quien tomar la mano para que no muera en la más fría soledad. Pero, el virus sigue allí fuera y no tenemos vacunas, ni cura. </div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz_cm1s_RyyjQxwD1pvksKCowS2kfhfKG0b2IVoD60AjM6GIVMbIG7xORPZs3KXPadgsCV_gNUmRt-tS_kcw-dZmyZ5GlJUA4H_dhOC0UE3xN827Or7Hq3l8dyiOEPxawPivgr-ezLpHs/s652/yo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="511" data-original-width="652" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz_cm1s_RyyjQxwD1pvksKCowS2kfhfKG0b2IVoD60AjM6GIVMbIG7xORPZs3KXPadgsCV_gNUmRt-tS_kcw-dZmyZ5GlJUA4H_dhOC0UE3xN827Or7Hq3l8dyiOEPxawPivgr-ezLpHs/s320/yo.jpg" width="320" /></a></div>El sitio donde vivo, una ciudad preciosa, ha sido sacudida por la pandemia. Aquí hemos visto el virus de cerca, nos ha rozado, lo hemos tocado, se ha respirado en mil ambientes. En mi laboratorio se guardan cientos de muestras valiosas de otros tantos pacientes, algunos, diría demasiados, ya no están. Mi email está empachado de mensajes provenientes de científicos que me piden las preciosas muestras tomadas de los pacientes que sufrieron e incluso siguen sufriendo la caprichosa enfermedad del año. Ellos, mis colegas del mundo, tienen los bolsillos llenos de recursos para estudiar esas muestras, exprimirlas, vaciar sus misterios y encontrar soluciones que se convertirán, en un futuro próximo, en medicamentos, metodologías… las respuestas necesarias que España espera que caigan desde ese cielo en el que nunca se habla español. </div><div style="text-align: justify;">Os quiero,
Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-33828370464872443552020-10-09T12:01:00.002-07:002020-10-09T12:01:53.601-07:00Viernes de vuelta y Nobels. <div style="text-align: justify;">Hola a tod@s! </div><div style="text-align: justify;">Desde finales del siglo pasado solía escribir todos los viernes un texto a mis amigos dispersos por el mundo. Al principio era un email que paría el último día oficialmente laborable de la semana, con el objetivo de contar algo sobre el sitio donde vivía, mis descubrimientos de cualquier tipo y, dependiendo del tono, transmitir el estado de ánimo por el que atravesaba. Luego, la tecnología y un amigo me hicieron mudar el email a un blog. Más tarde, ese blog aparecía en las redes sociales y el texto, que seguía generando para mis amigos dispersos por el mundo, comenzó a ser leído por futuros amigos y otros seguidores. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYkNyf2CXKdXOtwuS5sasjjU5MnwgkOjfMJzETVWQh1S_FIjDCxLsxdreUw0FKtNwx5krgbd5GMnJWtk5LzKJuWkScrB9YxLrAUtXKmROKX_nk_qdkSR59OyQ92U1ibOFAs2B7ogKC9MY/s2048/20191113_Eduardo_0911.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1583" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYkNyf2CXKdXOtwuS5sasjjU5MnwgkOjfMJzETVWQh1S_FIjDCxLsxdreUw0FKtNwx5krgbd5GMnJWtk5LzKJuWkScrB9YxLrAUtXKmROKX_nk_qdkSR59OyQ92U1ibOFAs2B7ogKC9MY/w247-h262/20191113_Eduardo_0911.jpg" width="247" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Hace mucho tiempo que no escribo mis Viernes, lo urgente va quitando peso a lo importante. Pero hoy he decidido retomarlo. Además, lo hago con el clásico que cada año escribía a raíz de la semana Nobel.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Haciendo como si la semana pasada hubiese escrito… comienzo: La semana empezó con un lunes habitual de espera. La reunión online con mi grupo, los ajustes de experimentos, el análisis de datos y la discusión habitual se alternaban con visitas y re-visitas a la página oficial del Comité Nobel. Era el día indicado para anunciar el premio de Medicina y Fisiología. Desde España (país con sólo 8 Nobel y de ellos 2 en ciencias), se esperaba que algún día, no lejano, el altar sueco le hiciera un hueco a la técnica CRISPR y con ella a un nuevo español, su descubridor, Francis Mojica. Esta vez tampoco fue así. El llamado corta y pega genético que nació de una observación española no se mencionó. Los agraciados fueron tres de los descubridores del virus causante de la hepatitis C. Los nombres de Harvey J. Alter, Michael Houghton y Charles M. Rice ya se han grabado en la historia borrando, injustamente, la contribución de muchos otros. Con algo de resignación algunos dijimos: el miércoles hay otra oportunidad. El hecho de que CRISPR es una técnica la hace también candidata a optar al Nobel de Química. Había que esperar. El martes llegaba el anuncio del premio de Física y con él una sorpresa. Otra vez la Academia Sueca se decide por un tema relacionado con Astrofísica, curioso. Los investigadores Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez fueron los merecedores de la medalla. El primero por descubrir que la formación de los agujeros negros es una predicción robusta de la teoría general de la relatividad. Mientras que Genzel y Ghez lo ganan por el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia. De lo más comentado este día fue la presencia de Andrea Ghez entre los premiados. Ella se convierte en la cuarta mujer en recibir un Nobel de Física, algo que no debería ser noticia, pero la exagerada masculinidad de estas medallas lo ha provocado. Entonces llega el miércoles y he de reconocer que estuve algo despistado. El proyecto que llevo sobre la Covid-19 y otro trabajo a punto de enviar a publicar sobre mi teoría de la fusión en metástasis me entretuvieron hasta que, de pronto, en una de esas visitas compulsivas que hacemos a alguna red social vi una foto que me pareció un error visual: la caricatura de Emmanuelle Charpientier y Jennifer Doudna como únicas ganadoras del Nobel de Química por la tecnología CRISPR. Tuve que mirar fijamente durante segundos para dar crédito a la información visual. Sin dudas ambas científicas son merecedoras del reconocimiento, pero sin Mojica CRISPR no hubiese existido. Además, sólo dos premiadas cuando lo habitual es una terna. A raíz de ello, llovieron las reacciones más diversas. La CRIPación fue mayúscula de hecho, así titulé una editorial que publiqué en un periódico “CRISPación por un Nobel olvidado”. El enfado fue brutal y poco a poco se tuvo que convertir en resignación. Muchas son las conjeturas, lo cierto es que la oportunidad más segura de Nobel para el patio… se ha perdido y aquí a las “autoridades” ni se le ha movido el pelo. El jueves amaneció y las quinielas para el Nobel de Literatura se encendieron en la red. ¿Murakami? No, esta vez se ha ido a Estados Unidos y a las manos de una señora de la poesía. La misma que una noche de invierno cerrado en aquel Providence solitario me hizo sentir acompañado, hablo de Louise Glück. Varias veces, demasiadas quizá, el Nobel de Literatura ha ido a parar a un escritor ignoto para mí. Pero esta vez no ha sido así. Sus poemas, siempre en inglés, se me pegaron cual lapa cuando pernoctaba por Brown University hace mucho tiempo ya. Para finalizar, llegó el viernes… ese día deseado por tantos y señalado para anunciar el mil veces controvertido Nobel de La Paz. Tengo que decir que cuento entre mis amigos una persona que ostenta este reconocimiento, tengo que decir también, que nuestra amistad comenzó por una discusión, educada, pero discusión al fin debido a una conferencia que debíamos impartir entre los dos… me reservo su nombre. Este año el Programa Mundial de Alimentos se alzó con el galardón y yo aplaudo la decisión. Habría sido gracioso escuchar los gritos si la ganadora hubiese sido Greta. Tan sólo queda el premio de Economía que se anunciará el lunes… veremos. </div><div style="text-align: justify;">… sí, sigo en Madrid. Una ciudad atacada por ese virus que ha fastidiado el 2020, sitio donde la congruencia pasea con displicencia, lugar bello en tiempos malos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Os quiero,
Ed.</div>Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7587908198637021232.post-13231394649120226252020-05-20T02:03:00.000-07:002020-05-20T02:06:00.999-07:00Viernes primero de un año extraño... Hola a tod@s!<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjzAVfjXfPIakkTN8_RyJwK205pf8v5unhLcX7bsfDpPK044ft53IcZ5Bb64PvxuAtOdLjN64TFl6VDUc7yyvDwABt3a7nMSb2QQsSEDpojzabu62N0pW4HduyDaCtvtuxsBwMSBGoH98/s1600/descarga.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="149" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjzAVfjXfPIakkTN8_RyJwK205pf8v5unhLcX7bsfDpPK044ft53IcZ5Bb64PvxuAtOdLjN64TFl6VDUc7yyvDwABt3a7nMSb2QQsSEDpojzabu62N0pW4HduyDaCtvtuxsBwMSBGoH98/s200/descarga.jpeg" width="200" /></a>Desde el lejano 2019 no escribo una frase en este blog. A los humanos nos han pegado una bofetada con una mano minúscula, microscópica, invisible para nuestra miopía. Hablar de la COVID19 se ha vuelto el único tema posible y no sabemos cuando tendremos otro problema en el foco de atención. Yo debí haber presentado mi segundo libro hace un mes, debí haber bailado en la boda de un amigo, debimos haber celebrado varios cuarenta cumpleaños…, mas sólo hemos podido paladear una cuarentena. <br />
Nuestra insignificancia se ha hecho palmaria. Optamos por el meteorito hace algún tiempo y hoy relamemos el premio.<br />
Os quiero,<br />
Ed.Eduardo López-Collazohttp://www.blogger.com/profile/04672020154217409258noreply@blogger.com1