sábado, 25 de febrero de 2012

Viernes

Hola a tod@s!
Hace 70 años, quizá el más europeo de los nacidos en este continente se quitaba la vida en el sur del planeta, allá por Brasil, donde escribió su última novela y su nota de despedida. Stephan Zweig decidió dejar de existir porque su amado continente se autodestruía en una guerra sin sentido. Hoy no tenemos guerra en el suelo europeo pero sí estamos destruyendo lo que queda de este pedazo de tierra que tantas cosas buenas y malas ha parido. ¿Por qué hacemos esto? ¿Por qué lo permitimos? La Europa de hoy mira con descrédito el rictus gélido de una Merkel que se cree salvadora de no sé qué, e impone medidas que funcionaron en Alemania pero no son prácticas en otras latitudes. Los que vivimos en Europa estamos petrificados frente al mal equilibrismo que practican aquellos que toman el mando, por muy pequeño y breve que sea este. Y nadie, vuelvo y repito, nadie recuerda lo que dijo el propio Zweig con respecto al poder: “La primera muestra de una auténtica vocación política lo es, en todo tiempo, que un hombre renuncie desde el principio a exigir aquello que es inalcanzable para él”. En días como los que corren y en especial para quienes viven en este pequeño continente que otrora fue grande, recomiendo leer “El mundo de ayer”. Con este libro, y desde el calor del Caribe, conocí qué y quién fue Europa, desde la lente de uno de sus grandes. Quizá sea interesante, en la época del libro electrónico, el whatssap, Facebook y las quejas constantes por tener que hacer lo que se quiere y se debe, volver la vista atrás y aprender un poco sobre lo que subyace en todo este entramado que hoy se auto palea.
Cambiando de cuerda, otras cosas han ocurrido que llamaron mi atención, tantas que la selección se vuelve azarosa y hasta a-científica. Un amigo asume un cargo de importancia entre vaivenes y cotilleos innecesarios, otra amiga se siente indecisa frente a una oferta de ascenso, los Goyas coronan a los malvados, las reformas gubernamentales provocan movidas en la calle, la policía reacciona desproporcionadamente, los estudiantes hacen suya una causa, la oposición aprovecha el filón y yo cansado de todo esto me voy al Real y disfruto de algo extraordinario. Aquí me detengo, me quedo con esto último… para quienes no lo conozcan, el Teatro Real de Madrid tiene el peor programa de danza que se puede aspirar en su rango. Allí entre ópera y ópera suben a escena malos espectáculos de danza con grandes artificios. Pocas veces se siente la vibración de un “bravo” merecido por un bailarín que lo da todo en el coliseo madrileño. Pero siempre hay un bautizo hasta para el más recalcitrante de los ateos y esta vez la responsabilidad cayó en Danza Contemporánea de Cuba. Rara vez se puede decir, sin temor a exagerar, que algo es extraordinario. En Madrid tuvimos la oportunidad de presenciar una compañía de danza que sólo acepta este epíteto: extraordinaria. Haciendo realidad aquella máxima de la isla de donde vienen: “o todo o nada”, la compañía muestra, en cada segundo, su poderío físico y su inigualable técnica. Nunca un movimiento es inacabado, jamás una suciedad empaña la fluidez y sobre todo, brilla la fortaleza de quien no tiene que aparentar para ser. Quizá se pueda decir que esta agrupación merezca la presencia de otros coreógrafos, pero nadie podrá bajarla ni un milímetro de lo más alto. Una vez dije que “The Neetherland Ballet” era la mejor compañía del mundo, me equivoqué. Y por hoy basta… me voy a la calle, a disfrutar de esta primavera en ciernes que abraza la ciudad donde vivo.
Os quiero,
Ed.
PD: Shelly… te espero el lunes.

domingo, 19 de febrero de 2012

Viernes de ARCO y CIENCIA

Hola a tod@s!
Con Sol y menos frio, una semana ha corrido quizá muy deprisa dejando la sensación de cosas abandonadas y sin hacer. Los partidos hacen congresos para decir lo que ya sabemos, alguna amiga rellena con asnadas su nuevo estatus, por Alemania se destapan clamores, Berlusconi amenaza volver y la vida se ciega para algún conocido al otro lado del océano. La vida sigue y por Madrid otra vez los medios se llenan de titulares catastróficos sobre la feria de Arte de Madrid, ARCO, que hoy con la crisis, pisando fuerte, razón pueden tener. Sin embargo, en los 16 años que llevo asistiendo a la feria, nunca ha dejado de estar en “su peor momento” según los periodistas tan dados a lo negativo. Lo cierto es que esta vez tampoco me ilusionó… un Franco refrigerado ha levantado espinas en los trasnochados, unas banderas quieren llamar la atención, los Carpinteros intentan lo nuevo repitiendo y los galeristas ponen precio a mucha idiotez. Alejándome de tanta falacia, me reconforta saber que el ingenio no hay quien lo pare y la noticia más alentadora está en científicos jóvenes que, sin poder optar a las no-soluciones que propone el estado, crean laboratorios en los garajes y trasteros paternos. Ya se pueden contar con dos manos los que, siguiendo el esquema de la informática, reúnen pequeños capitales para comprar pipetas y poner a punto sus ideas. Sin embargo, mucho falta para que un país como España, poco dado al razonamiento, confíe en quienes retan a la naturaleza e intentan robar sus secretos. Es curioso como todos reconocen la importancia de la ciencia y pocos, muy pocos, mueven un dedo para financiarla. Sé que noticias como la que hoy reza que la hepatitis C será curada en menos de dos años alegrará muchos corazones, también que según unos datos que tengo en mi laboratorio, podré (si logro financiación) crear una herramienta para evitar el 70 % de las muertes de aquellas personas que padecen leucemia linfática crónica… hay que ser muy duro de corazón para no sentir regocijo frente a estas noticias. Sin embargo, por qué esto no nos mueve hacia invertir en ciencia, dar apoyo a los que han decidido no hacerse ricos y si aportar mucho. ¿Alguien sabe que nosotros, los que nos dedicamos a la ciencia, tenemos que buscar financiación para hacer nuestros experimentos, para lo cual tenemos que escribir cientos de proyectos? Luego, si tenemos la suerte de ser financiados, hemos de realizar la investigación que debe ser altruista, no nos podrá reportar ningún beneficio económico, y tenemos que publicarlas en revistas de alto impacto. He aquí uno de los secretos mejor guardado de la ciencia, ¿sabéis que para publicar nuestros datos tenemos que someternos a un riguroso proceso de revisión de los mismos que puede tardar incluso años?… y al final, cuando se ha decidido que lo que has hecho tiene la calidad requerida para ser conocido y reconocido por la comunidad científica, debes pagar para que vea la luz. Vamos, que somos algo así como “la puta que pone la cama”. Esto es vocación y lo demás es tontería. Creo que es el momento de sacar a la luz estás y otras cuestiones, que todos seamos conscientes que la aspirina que nos quita el dolor salió de una investigación, que esa labor cuesta dinero y es más importante que el fútbol. Sé que sólo “nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena” y con ello quiero decir que sólo recordamos lo importante cuando la salud nos falta.
Os quiero,
Ed.

sábado, 11 de febrero de 2012

Viernes... resumen de notcias


Hola a tod@s!
Con un frío que “chifla” el mono y aunque no llegamos a los -18 de Nereo en su Alemania o a los -11 de Fumero en Estocolmo, Madrid vive su particular invierno de cielos claros y sol radiante… ha pasado algún tiempo desde mi último Viernes y la colección de noticias es importante. Algunas alucinantes, como aquella de la que fue protagonista nuestro ministro de justicia, el Gallardón que otrora agujereó Madrid y hoy busca protagonismo desde el gobierno central, ha dicho que truncar el derecho al aborto es su aportación más progresista a la política. Tiemblo con lo que pueda llamar conservador. Ahora mismo no entiendo cómo no se han tirado a las calles todas las mujeres de este país. Por su parte, desde sanidad se quiere revisar aquello de facilitar la píldora del día después y se preguntan si el enfermo crónico debe seguir siendo asistido. La cosa no queda aquí, otra idea brillante es que, en aras de desatascar los procesos penales, los matrimonios y divorcios serán oficiados por notarios… previo jugoso pago. ¿Alguien se ha creído que la intención primera no ha sido favorecer a esa caterva de pijos? También se elimina la Educación para la Ciudadanía porque eso de decir que los homosexuales son personas con sano juicio y que existen otras formas de vivir, en las que no hay lugar para la estupidez milenaria de dios, no está bien. En fin, España poco a poco irá volviendo a los “gloriosos” días en que las señoras pagaban un billete para Bruselas para abortar, sólo los que tenían recursos accedían a la sanidad de calidad y todos asistían contentos a misa.
Más tarde ha aparecido la sentencia a Garzón, el juez estrella que quiso sentar en un banquillo a Pinochet, y una vez más este país hace gala de sus dobleces. Por una parte, solamente el que brilla en los medios es respetado, por otra, quien lo hace es defenestrado. Una buena amiga, lúcida e inteligente, me comenta que la metedura de pata de Garzón es de libro de texto, y le creo. Sin embargo, al ser la justicia cosa de hombres (y mujeres) y en ella entra la interpretación variopinta pregunto: ¿ha quedado claro con este caso que frente a la dama de la balanza todos somos iguales? Yo diría que no. En cualquier caso, vaya mi apoyo a quien intentó poner en blanco y negro lo que clama a la razón y, la justicia que hoy lo condena, no “interpretó”.
En otra cuerda de actualidades, desde la Isla de las Metáforas, ¿alguien no sabe que hablo de Cuba?, nos dicen con marcada claridad que seguirán con un solo partido porque eso del pluripartidismo es una mamarrachada del capitalismo. Eso sí, han decidido ser flexibles con los “maricas” quizá porque se han percatado del mercado que tienen los mulatos de la isla. Siguiendo por la mayor de las Antillas, muere una de las voces increíbles de aquel lugar, se ha ido Sara González y, amén de las ideologías, la tristeza me acoge. Recuerdo un breve encuentro que tuve con ella en Madrid hace ya unos cuantos años… sentada y con cara de algún dolor, me habló de poesía cantando algún reclamo. Su voz aún me resuena en los oídos y, cómo le dije a un amigo, me quedo con la artista. Mientras tanto, se ha descubierto una hermana auténtica de La Gioconda en El Prado, todo parece indicar que pintada a la vez que la original pero por un amante de Da Vinci. La nueva Mona Lisa será expuesta en El Louvre por un tiempo y luego pasará su eternidad en el museo madrileño junto a Goyas y Velázquez. Siguiendo por la Madre Patria, otra muerte ha sido noticia, Tapies el pintor, el que llenó en vida museos y colecciones privadas con sus “T” y otras banalidades, ha dejado este mundo. Siento decir que su obra nunca me pareció merecedora del éxito que tuvo, ni creo que haya sido un rompedor. Nunca encontré belleza en sus creaciones. Moviéndome al cine, tampoco me ha parecido una obra de arte la interpretación de la Close en Albert Nobs, el cacareado travestismo se queda en intención pálida y esta vez su no-oscar será merecido. En esta línea, todo parece indicar que peligra la estatuilla de la Streep frente a una Viola Davis que pisa fuerte. Ya veremos. Mientras tanto, el PSOE sigue oliendo a chamusca con un Rasputín en la cabecera, mi laboratorio se ha llenado y estoy por poner un semáforo o incluso la ingravidez para no chocarnos entre experimento y experimento, me dejé convencer por Ale para ir a una ¿Ópera? de Gran Vía y creo que alguien debería escribir un artículo que lleve por título: “El daño que hace Gran Vía al arte”; estudié francés, celebré el cumpleaños 40 de Rai y dormí poco.
Os quiero, Ed