sábado, 20 de agosto de 2011

Viernes en dos partes...

Parte I
De camino a Madrid y sobre algo que corre a casi 300 km/h, voy pensando en la ciudad que me espera. Ha llegado el papa a la capital y para recibirlo más de un millón de peregrinos han llenado la ciudad. Desde todos los puntos cardinales del planeta, jóvenes con caras de “yo no fui”, guitarras y mochilitas emblemáticas han aparecido en la ciudad de la movida aumentando, si cabe, la entropía que la caracteriza.
Amén del cacareado gasto público y otras cuestiones económicas con las que puedo estar en desacuerdo, hay dos cosas que realmente me quita el sueño. Por una parte está el hecho de esa fe necesaria para caminar y por otra, el parón y descalabro que traen consigo este tipo de eventos, por ejemplo: tener una ciudad patas arribas durante una semana.
La iglesia católica lleva dos mil años (un poco más) prometiendo castigo al que no comulga con sus ideas y paraíso al fiel. Con este cuento que ojalá fuera chino, se ha enriquecido, ha frenado la ciencia, ha intervenido en las grandes políticas y los pequeños predios. Ofreciendo la “paz” al pobre de espíritu y el perdón al pecador empedernido ha sumado adeptos durante siglos y siglos, variando algunos detalles para ir adaptándose a los nuevos tiempos. Su basamento teórico es un libro, escrito por alguien que seguro estoy, de saber todo el mal que ha provocado lo quemaría en el acto: la biblia. Escrito que según las interpretaciones vaticanas señala la homosexualidad como pecado y ubica a la mujer en un plano secundario, por no hablar de las barbaridades a-científicas. Con tan sólo las dos primeras cuestiones capitales, no puedo entender como homosexuales, de esos que les gusta fornicar más que respirar, y mujeres liberales, independientes y con ansias de poder pueden comulgar con esta “fe”. Cuestión aparte es la propia ciencia, a veces se nos olvida que esta iglesia y su religión quemó a científicos por decir que la tierra no era el centro del universo y hoy ponen todo tipo de freno a la investigación con células madres. Entonces, creo que tengo motivos más que suficientes para preocuparme al ver que los jóvenes católicos no han reparado en estas evidencias y se dejan arrastrar por la paz interior prometida, viendo en el vaticano el único camino hacia el amor y la felicidad. Evidentemente algo hemos hecho mal. No hemos sido capaz de mostrar la alternativa científica a esta generación perdida que vuelve abrazar las ideas del Medioevo y prefiere esperar el premio por inacción con la misma cara de “yo no he sido” que comentaba al principio. Creo firmemente que hubiese sido mejor inculcarle aquello que reza: has de ser bueno en esta tu única vida, has de lograr y hacer todo lo mejor que puedas, aprende y descubre lo que tienes alrededor, el mundo y la vida es bella sin necesidad de inventarse un dios.
Parte II.
Ya estoy en Madrid, la ciudad es un mar de banderas vaticanas y jóvenes que rebozan alegría. Por doquier se escuchan cánticos y risas inocentes. Junto a ellos están monjas, sacerdotes y todo tipo de congregaciones católicas. También tenemos miles de policías con caras de estrés y ciudadanos que intentan abrirse paso para realizar su vida normal. El papa ha hablado e insta a no tener vergüenza de ser católico, dice que se debe buscar la verdad en dios, que hay que tener cuidado con los “abusos de la ciencia sin límites”, ha atacado al aborto y la eutanasia y ha sido aplaudido con la histeria típica de quinceañeras en un concierto de Biber. Por las calles también se han producido manifestaciones anti-papa, la policía ha cargado contra ellos y los peregrinos se arrodillaban para rezar por la salvación de sus almas. Vamos, que Madrid ha superado cualquier ficción posible. Entonces es momento de reflexionar un poco más allá. ¿Que miles y miles de jóvenes de todas partes del planeta vengan a Madrid a gritar histéricamente su apoyo al papa quiere decir que están convencidos de que es el único camino posible? Es probable que muchos, sin gafas, quieran verlo así. Sin embargo, la historia demuestra que con un pueblo, y más aún con la juventud, se puede hacer lo que se quiera. Lenin y Trosky prometieron un paraíso terrenal de igualdades y el pueblo soviético le siguió haciendo todo tipo de sacrificios, Hitler les dijo a sus rubios que eran la raza elegida y las juventudes nazis mataron a cuanto judío se encontraron por el camino (no voy a caer en lo fácil de decir que el papa de hoy estuvo entre ellos, parece que no tuvo otra opción), Fidel prometió a los cubanos que la Isla sería el lugar mejor del mundo y allá fuimos millones de caribeños a llenar calles con consignas y apoyar cuanta palabra dijera el líder. La juventud es flexible y tocando un par de fibras, haciéndoles creer que pertenecen a un grupo sólido y con la promesa de una eternidad de bienestar… lo demás es dinero y gritarán vítores al diablo si fuera preciso. El problema está en que no hemos sido capaces de mostrar caminos alternativos al rezo y la filosofía de: si haces mal, ve a confesarte y te perdonarán, es la peor enseñanza que podemos ofrecer a una persona en formación. Cuando actúas mal hay consecuencias que ningún padre nuestro borrará. Si alguien estafa a Hacienda y no paga sus impuestos o cobra el paro sin estarlo, está haciendo un mal social que un ave maría no eliminará. Sin embargo, estos con sus canciones y guitarras piensan así.
Realmente estoy preocupado, ayer cuando paseaba por Madrid sentí la opresión que hace unos 16 años dejé de experimentar. La opresión de vivir en un sitio donde tenía que ocultar lo que pensaba y manifestarme tal cuál soy por temor a ser rechazado por una mayoría que se piensa con la verdad en la mano.
Os quiero,
Ed.

sábado, 13 de agosto de 2011

Viernes corto...

Para los que están por Madrid...

"Cuidado con las carteras que viene el Papa"


Yo huí de la capital por unos días.


Os quiero,

Ed.

martes, 9 de agosto de 2011

Antes del Viernes y a la Memoria de Adriano

Por estos días, hace sesenta años, una belga afrancesada que pernoctaba por la Nueva Inglaterra de la no muy nueva Norteamérica, dio a luz a una criatura gestada durante diez años. La belga afrancesada no era otra que Marguerite Yourcenar y su criatura llevaba por nombre Adriano, o más bien unas memorias simuladas que han llenado las noches y los días de varias generaciones de lectores. "Memorias de Adriano" entra en la adultez avanzada y sigue seduciendo adolescentes y mayores. Nunca antes y nunca después una biografía en forma epistolar desdibujó, con tamaña destreza, la pluma que la concibió. La Yourcenar logró el milagro de hacerse invisible tras las palabras que un Adriano en su vejez dedicaba al joven Marco. Mientras tanto, el libro se perfilaba como un compendio de sabiduría que no se impone, pero si nos penetra con la suavidad de un concepto armónico que se desliza entre las neuronas.
Cuentan que varias versiones vieron la luz de la lumbre y nunca los ojos de un editor, por contar dicen que la pareja de Marguerite, una americana de rasgos duros, dejaba notas visibles, llamando la atención de la escritora sobre "algo" en la vida de Adriano en lo que no había reparado. Una noche de invierno un tren tuvo que detenerse, por aquello de la nieve por todas partes, y la escritora escribió cien páginas que luego redujo a una, en la estación que le dio calor. Otro día, en medio de la locura que supone un bloqueo, la belga enterró el proyecto y juró no retomarlo jamás. Y así, durante una década, se forjó el libro de los libros.
Lleno de frases como: "La vida me aclaró los libros" o definiciones portentosas que nos explica como el deseo se transforma en amor, aseverando que "…es lo bastante bello como para consagrarle parte de mi vida", este libro imprescindible tuvo además el mejor de los traductores a nuestra lengua: Julio Cortázar. Hay quienes dicen que al leerlo en español no pierde… algunos van más allá y afirman que gana. Cierto o no, las Memorias del Emperador que se enamoró de Antinoo ha encontrado su sitio entre los grandes textos de la humanidad. Y para siempre quedará aquel momento en el que "los dioses no estaban y Cristo aún estaba por llegar… ese momento único en el que el hombre estuvo solo" y supo andar sin las muletas de la religión, pensando por sí mismo.

sábado, 6 de agosto de 2011

Viernes

Hola a tod@s!

En unos días en los que el recuerdo de una obra maestra me asalta por aquello de que se cumplen sesenta años de haber sido escrita, y hablo de Memorias de Adriano, con noticias variopintas como la muerte Eliseo Alberto, el escritor que nunca llegó a ser su padre y las primas de riesgo en boca de tod@s... sigo escribiendo con algo de indiferencia y hartazgo. El verano, no tan caliente como otros, se caldea con el invento más esperpéntico de los tiempos modernos: el mercado, ese ente que nadie sabe donde se localiza y cual electrón de Heisenberg se difumina entre estados “energéticos” más convenientes. Otros grados de temperatura suben por la visita a Madrid de quien se erige representante de dios en estos predios, el mismo que pretende hacernos vivir según las reglas de un libro escrito por no se sabe quién hace dos mil años. En fin, estamos locos y dan ganas de irse de la Tierra en busca de la estrella más cercana para instalarse en uno de sus planetas y empezar de nuevo. Pero tampoco podemos hacer eso, la Alfa Centauro (que en realidad son tres estrellas y no una) está a cuatro años luz de distancia y llegar nos tomaría algunos siglos. Entonces me queda centrarme en lo que me gusta y evadir una realidad abrumadora llena de improvisadores. Por ello leo la historia de la Física Cuántica, me reúno con amigos para ver ballet cubano en un enclave fresco como El Escorial, escribo alguna tontería que seguro criticarán los que no se deciden con la palabra que creen dominar y me alegro con datos que llegan, casi por casualidad, para confirmar mi teoría sobre la metástasis. En un resumen apretado: he decidido seguir viviendo feliz a pesar de los políticos, los religiosos y el resto de fauna que me rodea.

Os quiero,

Ed.

PD: Gracias Dani, Roberto, Lilo, Luis, Jose, Babbo, César, Johan, Arsi e Igor por una noche deliciosa de ballet cubano y comida insípida pero insuperable velada. También gracias a Ángel y Xavier por sus respuestas puntuales a mis Viernes, a Yoss y Vlado por sus comentarios en facebook, a Toni por ser mi hermano reciente y a Luis por regalarme las Memorias de Adriano hace ya muchos años.