viernes, 29 de marzo de 2019

Viernes de tronos y juegos

Hola a tod@s! 
Dicen que un cambio de tercio, un salto de cuerda… siempre es recomendable. Es entonces que decido empezar a ver Juego de Tronos. Ya terminé la primera temporada y estoy impactado. Realmente no puedo entender cómo el planeta ha devenido fan de una historia llena de sangre, mutilaciones e intrigas. Algo que sólo destaca el lado oscuro y horrible del ser humano. La quise ver porque amigos a quienes respeto y admiro la recomiendan, porque hordas de personas repartidas sobre toda la Tierra la veneran y harto estaba de no saber nada sobre la historia que casi todos comentan. Ahora pienso que como especie estamos muy jodidos si tanta violencia, crueldad y maldad enamora a cultos e ignaros. No me creo un ser moralmente superior, tal y como alguien ha intentado calificarme en las redes, mas esto me lleva a pensar en los vericuetos de la mente humana. Los mismos que nos hacen caer rendidos ante semejante barbarie y, como si no fuera poco, elevarla a la condición de imprescindible. Abrir un debate civilizado sobre el tema fue mi intención primera. Luego me percaté que mostrar la debilidad sentida por el íntimo deseo de aplastar al prójimo es algo que no gusta… vamos que terminaría machacado en el intento. De cualquier manera, si oteamos el horizonte no hay otra cosa que Juegos y pocos Tronos por conquistar. En todas partes he comenzado a oler ese tufo que llaman estrategia para ganar, o quizá sea más exacto decir para hacer fracasar al contrario. Como ejemplo, un botón. En España estamos inmersos en una campaña electoral absolutamente montada en el descrédito del adversario. Pocos son los segundos invertidos en hablar de programas y muchas son las horas dedicadas a empuñar el arma. Si vamos a juegos menores y pequeños tronitos el panorama no cambia… y de esto tengo para escribir cinco libros, algo que probablemente decida hacer en el futuro. Pero no me quiero apartar del motivo primero de este Viernes atípico. ¿Seguiré viendo la serie? No lo sé. Si cada minuto malgastado en lo macabro lo convirtiéramos en medio segundo de bondad, probablemente rebosaríamos felicidad. Por ello, seguiré escudriñando a mi alrededor, investigando todo lo que pueda y escribiendo más y, ojalá, mejor. 
Os quiero, 
Ed. 

PD: Gracias a todos los que habéis comprado mi libro… hoy sigue estando en el número uno entre los más vendidos en Amazon y solicitado en las librerías. 

sábado, 23 de marzo de 2019

Viernes... un libro, un artículo, una película, una vuelta.

Hola a tod@s! 
Nunca entendí del todo aquello que describen como crisis creativa. Para mí siempre ha estado lejos ese momento en que la obra terminada te desinfla, te hace vulnerable. Hasta hoy, mis creaciones eran artículos científicos llenos de datos que seguían evolucionando entre las pipetas del laboratorio. Ocasionalmente, de mi ordenador salían letras divulgativas con la corta vida que otorgan las redes. Cuanto mucho, alguna columna de opinión algo más longeva o un desabrido poema que vive en el whatsapp de un ser querido. Pero el panorama ha cambiado… ayer me paseé, con todo propósito, por las grandes librerías del centro madrileño y allí estaba mi primer libro. 
Llegar a la FNAC, ese templo tantas veces visitado, y encontrar, entre las recomendaciones, las letras que has parido… no sé, llamadme tonto, imbécil o engreído, pero es emocionante. Mas esto ha traído otras cosas, una especie de vacío difícil de llenar y mil preguntas que me hacen reflexionar. Al publicar un artículo científico sus datos están avalados por todo un laboratorio, ha sido revisado por otros científicos independientes y las cuestiones a resolver se vuelven proyectos de futuro… un libro, es diferente. He tenido noches en las que me despierto con el agobio de una coma fuera de lugar o interrumpiendo conversaciones con potenciales lectores que no comprenden un capítulo del libro. Han pasado días en los que vagaba, cual zombi abandonado por la humanidad, y mis amigas, Paloma y Ana, evaluaban en silencio mi cara de héroe romántico sacado de una novela de Proust. Ha sido una suerte que el laboratorio seguía bullendo con “inmunocheckpoints” que se activan durante la sepsis o desactivan las defensas contra tumores. Allí todo ha continuado con ritmo trepidante, sorteando las “normas” que nos bloquean tal y como denuncié en un artículo, ya muerto, publicado por El Mundo. “La insoportable gravedad de investigar” fue el título que escogí para describir la idiotez cotidiana a la que nos somete la administración a quienes queremos buscar soluciones contra el cáncer, por ejemplo (https://www.elmundo.es/opinion/2019/03/15/5c8a727721efa01a408b4662.html). La columna de opinión me propició una interacción virtual y física con el actual Ministro de Ciencia pero el problema aún no tiene visos de solución en el horizonte. La experiencia me dice que es enormemente fácil imponer estupideces pero extremadamente difícil deshacerlas. Mientras tanto, es decir, mientras yo deambulaba, el libro se colocaba en las estanterías, los primeros lectores subían fotos a la red y mis colaboradores seguían moviendo pipetas… España, mi España, se sumerge en campañas agresivas donde cada partido poco habla de su libro pero se especializa en criticar a los demás. Mas a esto estamos acostumbrado, lo que se ha salido del tiesto es la irrupción de viajeros temporales. En la escena política aparecen personas que han sido sustraídas de sus siglos, vestidos con ropas actuales y, luego de un curso acelerado sobre nuevas tecnologías, se están dedicando a vociferar sus arcaicas ideas, barnizadas con ungüentos de modernidad, en redes y medios. ¿Armas para “españoles de bien”? ¿Reformas para homosexuales? ¿Matrimonios sólo para parejas formadas por hombres y mujeres? ¿Protección para la familia tradicional? Un americano diría: “really?” Pero ahí están, venidos desde sus tiempos lejanos y decididos a re-implantar conceptos superados y, quizá, hasta poner en duda la esfericidad del planeta… porque lo de la evolución de las especies, de eso ni hablar. Cuidado, recordemos que la máxima antes mencionada dice: “es enormemente fácil imponer estupideces pero extremadamente difícil deshacerlas”. Mas no todo es gris. Ha sido una suerte que Almodóvar estrenara película, los viajeros del tiempo creo que están haciendo conjuros para borrarla de las carteleras.
“Dolor y Gloria” es una poesía visual cocida a fuego lento para paladares exigentes. Y recomendando el preciosismo colorido del manchego universal quiero despedir este Viernes-primero luego de mucha ausencia, debida, en parte y todo, a esa especie de depresión post-creativa que he padecido cuando el punto final apareció en mi libro.
Os quiero, 
Ed.