Hola a tod@s!
Dicen que un cambio de tercio, un salto de cuerda… siempre es recomendable. Es entonces que decido empezar a ver Juego de Tronos. Ya terminé la primera temporada y estoy impactado. Realmente no puedo entender cómo el planeta ha devenido fan de una historia llena de sangre, mutilaciones e intrigas. Algo que sólo destaca el lado oscuro y horrible del ser humano. La quise ver porque amigos a quienes respeto y admiro la recomiendan, porque hordas de personas repartidas sobre toda la Tierra la veneran y harto estaba de no saber nada sobre la historia que casi todos comentan. Ahora pienso que como especie estamos muy jodidos si tanta violencia, crueldad y maldad enamora a cultos e ignaros. No me creo un ser moralmente superior, tal y como alguien ha intentado calificarme en las redes, mas esto me lleva a pensar en los vericuetos de la mente humana. Los mismos que nos hacen caer rendidos ante semejante barbarie y, como si no fuera poco, elevarla a la condición de imprescindible. Abrir un debate civilizado sobre el tema fue mi intención primera. Luego me percaté que mostrar la debilidad sentida por el íntimo deseo de aplastar al prójimo es algo que no gusta… vamos que terminaría machacado en el intento. De cualquier manera, si oteamos el horizonte no hay otra cosa que Juegos y pocos Tronos por conquistar. En todas partes he comenzado a oler ese tufo que llaman estrategia para ganar, o quizá sea más exacto decir para hacer fracasar al contrario. Como ejemplo, un botón. En España estamos inmersos en una campaña electoral absolutamente montada en el descrédito del adversario. Pocos son los segundos invertidos en hablar de programas y muchas son las horas dedicadas a empuñar el arma. Si vamos a juegos menores y pequeños tronitos el panorama no cambia… y de esto tengo para escribir cinco libros, algo que probablemente decida hacer en el futuro. Pero no me quiero apartar del motivo primero de este Viernes atípico. ¿Seguiré viendo la serie? No lo sé. Si cada minuto malgastado en lo macabro lo convirtiéramos en medio segundo de bondad, probablemente rebosaríamos felicidad. Por ello, seguiré escudriñando a mi alrededor, investigando todo lo que pueda y escribiendo más y, ojalá, mejor.
Ed.
PD: Gracias a todos los que habéis comprado mi libro… hoy sigue estando en el número uno entre los más vendidos en Amazon y solicitado en las librerías.