sábado, 17 de febrero de 2018

Viernes... otra vez tardío y algo cósmico.

Hola a tod@s!
 ¿Volvemos al espacio?
En los años 70 la escalada armamentística y la guerrita entre soviéticos y americanos propició un desarrollo sin igual de la tecnología espacial. Lo de vencer la gravedad y luego volver a ella obsesionó a los políticos que vieron en la Luna el escenario apropiado para un discurso de campaña electoral. Pero aquello se apagó. Los soviéticos de entonces se transformaron en rusos interesados en los negocios y los americanos dejaron de mirar a las estrellas. El ¿mundo? optó por desarrollar la transmisión instantánea de información y aquí estamos, embelesados con eso de ver fotos por instagram y leyendo comentarios sin fondo de “influyentes”. Pero parece que algún resorte se ha activado. Volvemos a la carga con programas más ambiciosos. La Luna es demasiado vulgar, allí ya hay una bandera humana. El punto de mira se ubica en Marte, planeta de ensueño que ya deberíamos haber colonizado. ¿Tiene algo que ver el binomio Putin-Trump? ¿Es tan sólo el juguete anhelado de un puñado de millonarios? ¿Nos estamos preocupando realmente por el futuro de la humanidad? Pero la pregunta de siempre será ¿es necesario ese gasto con la que tenemos montada aquí abajo? La respuesta es SÍ. Y no pienso discutirla, parto de la premisa de que pocos, “if any”, alcanzan la visión de escala. ¡Cuántas cosas serán posible gracias a la tecnología que desarrollaremos para llegar a Marte! ¡Cuántas soluciones para la agricultura-alimentación inventaremos para alcanzar ese objetivo! ¡Qué gran oportunidad les estamos ofreciendo a nuestra especie expandiéndola por el espacio! Probablemente muchos no lo entiendan, pero los científicos tenemos que pensar en otra escala, pocos vemos la aplicación definitiva de lo que hacemos durante nuestras vidas. Pensar en grande es el acometido. A veces, como ocurrió con la Física Nuclear, sólo un conflicto de dimensión mundial acelera el conocimiento… como todos, dependemos de la política y a ella pocas mentes universales se dedican. Pero la ciencia es un ente con miras largas y alas enormes que no se pueden cortar. La humanidad se colapsa en la Tierra, hay que ampliar horizontes, buscar otras motas de polvo donde asentar nuestra especie. Entonces llegará el día que olviden su origen y serán otros científicos los que “descubran” el extinto planeta Tierra donde todo comenzó.
Os quiero,
Ed.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No podemos olvidar seguir explorando e investigando por el hecho de que el mundo siga ensimismado en las mismas locuras de siempre, que tal vez nunca terminen. Si hubiéramos seguido esperando por la igualdad social y económica, ni siquiera Colón habría cruzado el océano.

Anónimo dijo...

Según Stephen Hawking nuestro planeta muere y hay que abandonarlo en los próximos 100 años. Todo ello debido a los últimos 100 años de existencia del hombre. En el supuesto que sea cierto. ¿Qué haremos? Mudarnos cada 100 años a otro planeta o aprenderemos a vivir en ellos sin exterminarlos o seremos el Galactus de este universo.

Anónimo dijo...

En efecto. Los seres humanos no somos realmente conscientes de que los cambios que afectan a nuestras vidas son el resultado cumulativo de milenios de experiencias, de muchas pruebas y errores. No nos vayamos al espacio para demostrarlo, tomemos el hecho aparentemente tan simple de vestir ropa d e algodón producida industrialmente. Miles de años de evolución (selección de plantas, proceso de mecanización, etc) resultaron en la realidad incontrovertible de tasas de mortalidad más bajas una vez que su uso pudo generalizarse a amplias capas de la población. Solo con una mirada a largo plazo sobre nuestra especie se pueden entender los efectos de los pequeños grandes cambios, y sin lugar a dudas la exploración espacial es un motor incuestionable de transformación para la humanidad y para el planeta.

Anónimo dijo...

La investigación tiene tantos mimbres. Su esencia engrandece a la Humanidad,si esta la usa bien y para bien. Asi fue,es y será.

Pepe dijo...

Solo faltan 8 años para la presunta fecha de la llegada a Martes según Robinson en su trilogía marciana (https://es.wikipedia.org/wiki/Trilog%C3%ADa_marciana). Por cierto, la trilogía es tan real que no creo que difiera mucho de como será en la realidad.
Pero si cambiará mucho el año de llegada. Y eso que cuando se publicó ya estaba claro que la carrera espacial había terminado. Pero parece que quedaba parte del "impulso" de la Guerra Fría.