sábado, 24 de octubre de 2015

Viernes... como hace tiempo

Hola a tod@s! 
En La Habana, cuando me sentía agobiado por aquello de tener un montón de cosas por hacer y tiempo para ninguna de ellas… me iba al cine. Me sumergía en otra historia, en otra época, en otra piel. Luego salía como nuevo, era como una clase de yoga y un masaje. No hacía las cosas que tenía que hacer pero había recuperado la energía que el estrés me había robado. Algo parecido me está ocurriendo ahora, muchos años después y un poco lejos de aquella Habana. El tiempo se me hace minúsculo, los emails se me amontonan, los papers se quedan sin leer y algunos whatsapp corren el mismo destino. Debe ser por ello que últimamente he ido tanto al cine. Con “El Club” me quedé a cuadros, muchos dirán que es una película que ataca a la iglesia católica, yo digo que es un espejo donde se refleja la maldad del ser humano, nuestra esencia diabólica.
Para los que aman el cine, “El Club” es una escuela de dirección de actores y primeros planos. Subiendo latitudes me fui hasta Cuba, en el cine claro está. “El Rey de La Habana” prometía transportarme a los años 90 habaneros. No recordaba todo lo que experimenté cuando leí el libro original, el desasosiego de no tener salida alguna, la asfixia… Pedro Juan Gutiérrez es una especie de Albert Camus caribeño coleccionista de historias sórdidas y reales, descritas con la sensibilidad que te aporta el desparpajo de aquel que no tiene nada que perder, nada que ocultar. La película, de factura española y rodada en Santo Domingo, es fiel al libro y los personajes, la mayoría cubanos, están esculpidos por la realidad. Ella, Mayda, ganó la Concha de Plata en San Sebastián. Él, el Rey, también la merecía. Al cine fui con mi amigo Alex, cubano también, de allí salimos con el ánimo en los talones y el corazón en un puño. Algo ligero fue “Los miércoles no existen”, no recordaba que había visto la obra teatro que tan poco me gustó. Una idea interesante pero muy mal montada, con errores en el guión y un Madrid bello y reconocible al fondo de la pantalla… Javi lo siento, debí elegir mejor. Más tarde llegó el turno a “The Martian” o como le han puesto aquí “Marte”. ¿Qué queréis que diga? Me encantó. ¿Cómo no me ha gustar una película donde se hace una oda a la ciencia? El mensaje de “The Martian” es sólo la ciencia te puede salvar. Un astronauta se queda en Marte y sobrevive a base de conocimientos científicos. Los que me leéis: ¿Sabéis cultivar para alimentaros? ¿Sabéis destilar agua? ¿Sabéis generar oxígeno? ¿Sabéis provocar una explosión? … todo eso sin tener Google a mano. Me sentí afortunado, de pronto me percaté que probablemente gane menos dinero que muchas personas-amigos que me rodean, pero sabría salir adelante en un sitio donde ellos estarían condenados a morir. Ya sé que es una idiotez lo que acabo de escribir, es poco probable que se dé esta situación… pero dejadme soñar, por favor. Y para terminar, un amigo americano me convidó a ver “Una casa en Paris”… pero me quedé dormido, creo que los ronquidos fueron antológicos, el cansancio me venció y sólo recuerdo un par de escenas de la gran Maggie Smith pero así entre velos y brazos de Morfeo. Os quiero,
Ed.

2 comentarios:

Unknown dijo...

De acuerdo en tus comentarios de las películas. Aunque yo en la película "Marte",es cierto que es na oda a la ciencia, pero para mi me faltó la otra parte del ser humano. Somos capaces de vivir encla soledad, donde queda lo de quecsomos seres sociables, argumento que grandes filosofos han defendido, es mejor el ser humano por vivir en soledad ?, o ya cambiando de punto de vista, es necesario que el ser humano vaya a Marte y se empiece a contaminar ?.
Por otro lado, el tiempo es limitado, aprovechalo. Es mejor que queden correos sin leer y whatsap sin contestar, a tener un amigo sin atender.

Firmado.....Gofion

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.