domingo, 14 de noviembre de 2021

La maldita circunstancia de la soledad por todas partes...

Hola a tod@s! 
Dicen que puedes estar en una isla desierta y sentirte arropado, yo he pernoctado por ciudades populosas con la soledad congelándome la médula. 
De pequeño busqué una pócima para inmortalizar seres queridos, mi olfato infantil me prevenía sobre el futuro… Los sueños me alejaban, físicamente, de cualquier entorno conocido, me separaban de la calidez familiar. Dada la imposibilidad de encontrar el brebaje divino, se instaló en mí la necesidad de buscar el calor humano que el amor y la amistad proporcionan cuando el núcleo familiar se desvanece como una foto en blanco y negro en una pequeña caja repleta de recuerdos. 

No pocos tropezones, seguidos de estruendosas caídas, me han marcado el camino casi siempre sinuoso, lleno de incómodas sillas y otras serpientes. Los amigos y las parejas son eso, amigos y parejas, pocas veces -si es que ocurre- por un tiempo se tornan seres con tintes de incondicionalidad. Algo que, con los años, va perdiendo los tonos intensos para quedarse en gamas de grises hasta esfumarse. 
Soy dado a desnudar el alma, estas palabras son una muestra palmaria de lo que digo, cuido a las personas que considero válidas como si de familia cercana se tratasen, voy arropando a quienes se acercan y, sobre todo, me cuesta decir adiós. Pero el dicho dice: cuando no quieres caldo, tres tazas. Las mías son tazones aunque por ello no me siento especial. Es, simplemente, la maldita circunstancia de la soledad por todas partes. 
Os quiero, 
Ed.

2 comentarios:

Rodolfo de la Fuente dijo...

Excelente reflexión sobre la soledas que siempre acecha.

Anónimo dijo...

Ayyyy Ed la aldita soledad no buscada...