Hola a tod@s!
Finaliza una semana de noticias encontradas: un gran amigo logra uno de los propósitos de su vida y la vida de una persona, a la que estuve muy unido en mi niñez, se extinguió sin que mi beso llegara a tiempo. A ellos, Toni y Tata, dedico este Viernes que no tengo muy claro a qué puerto irá.
En estos momentos escuchó al viejo Silvio y Madrid se prepara para otra jornada de achicharramiento, las temperaturas se engalanan y el verano es una realidad patente en cada arista de la ciudad… ¿Os tengo que decir que no me gusta? Y mientras despliego mil estrategias para bajar la temperatura y subir la humedad, manteniendo la integridad de mi garganta, se me antoja pensar que mi ilusión infantil de vivir aventuras interplanetarias, con negociaciones entre razas diferentes y conceptos vitales diversos, no se aleja mucho de lo que hoy ocurre pero a nivel de un solo planeta. Esto cada vez se parece más a la Guerra de las Galaxias: pueblos diferentes que se enzarzan en negociaciones de fachada, alianzas falsas, intrigas diplomáticas, guerras en zonas desérticas y reyes que no hacen nada… En fin, aquí sigo diseñando artilugios de donde salgan pequeños chorros de vapor frío que mantengan fresco el ambiente y trato de quitarme de la cabeza lo de las Galaxias en Guerra, pero entonces me asalta una clasificación que ya está en el aire caliente de este país. La cuestión viene por una pregunta clave: ¿Qué te lleva a ser derechas o de izquierdas? Genético no puede ser aunque si escuchamos algunas opiniones extremas parece que allí hablan las cadenas de oligonucleótidos y no una neurona desarrollada. Mientras cambio de lugar unos libros para evitar que se aneguen con uno de mis inventos, sigo cavilando… ser de derechas es muy fácil, no tiene complicaciones, la economía lo domina todo y por la economía se apuesta. Ser de izquierda es otra cosa, es buscar algo más allá de lo simple, es intentar un balance difícil donde no sea siempre el mismo quien tenga la carta ganadora. Por eso la izquierda es diversa y mal organizada, porque la evolución nunca es lineal. De cualquier manera otra cosa curiosa se puede destacar: el pueblo no olvida lo malo que hace la izquierda y si los desastres de la derecha. Amigos, el ladrillo “vencedor” que destrozó la economía española fue cebado por Aznar ¿nadie se acuerda de ello? Entonces me doy cuenta que si dejo encendido “esto” toda la noche es probable que pueda elevar la humedad de la habitación al 40% pero por la mañana no tendré parqué, en su lugar estarán unas “cosas levantadas” que me costará una pasta arreglar. Creo que tendré que centrarme más para buscar una solución adecuada.
En estos momentos escuchó al viejo Silvio y Madrid se prepara para otra jornada de achicharramiento, las temperaturas se engalanan y el verano es una realidad patente en cada arista de la ciudad… ¿Os tengo que decir que no me gusta? Y mientras despliego mil estrategias para bajar la temperatura y subir la humedad, manteniendo la integridad de mi garganta, se me antoja pensar que mi ilusión infantil de vivir aventuras interplanetarias, con negociaciones entre razas diferentes y conceptos vitales diversos, no se aleja mucho de lo que hoy ocurre pero a nivel de un solo planeta. Esto cada vez se parece más a la Guerra de las Galaxias: pueblos diferentes que se enzarzan en negociaciones de fachada, alianzas falsas, intrigas diplomáticas, guerras en zonas desérticas y reyes que no hacen nada… En fin, aquí sigo diseñando artilugios de donde salgan pequeños chorros de vapor frío que mantengan fresco el ambiente y trato de quitarme de la cabeza lo de las Galaxias en Guerra, pero entonces me asalta una clasificación que ya está en el aire caliente de este país. La cuestión viene por una pregunta clave: ¿Qué te lleva a ser derechas o de izquierdas? Genético no puede ser aunque si escuchamos algunas opiniones extremas parece que allí hablan las cadenas de oligonucleótidos y no una neurona desarrollada. Mientras cambio de lugar unos libros para evitar que se aneguen con uno de mis inventos, sigo cavilando… ser de derechas es muy fácil, no tiene complicaciones, la economía lo domina todo y por la economía se apuesta. Ser de izquierda es otra cosa, es buscar algo más allá de lo simple, es intentar un balance difícil donde no sea siempre el mismo quien tenga la carta ganadora. Por eso la izquierda es diversa y mal organizada, porque la evolución nunca es lineal. De cualquier manera otra cosa curiosa se puede destacar: el pueblo no olvida lo malo que hace la izquierda y si los desastres de la derecha. Amigos, el ladrillo “vencedor” que destrozó la economía española fue cebado por Aznar ¿nadie se acuerda de ello? Entonces me doy cuenta que si dejo encendido “esto” toda la noche es probable que pueda elevar la humedad de la habitación al 40% pero por la mañana no tendré parqué, en su lugar estarán unas “cosas levantadas” que me costará una pasta arreglar. Creo que tendré que centrarme más para buscar una solución adecuada.
Os quiero,
Ed.