Hola a tod@s!
Ha pasado una semana difícil de resumir, las elecciones ¿del mercado? han teñido de añil la Madre Patria y mientras unos auguran cambios fantásticos en la prima de riesgo y trabajo para todos, otros ven el comienzo de una etapa incierta de oscuridad católica. Por su parte, Google festejó el 60 aniversario de Ciberiada con un doodle delicioso que hacía resolver un problema al usuario, y a mí me entretuvo por quince minutos. Desde USA se dice que el Curiosity está a punto de dejar el planeta para buscar vida en Marte. Mientras tanto, Letizia, la que antes era periodista de izquierdas en un medio de derechas y ahora es princesa, ha dejado caer en Chile que en España el matrimonio homosexual y el aborto son legales, y la sociedad vive feliz con ello. No obstante, en la celebración del ascenso del “Babas” una pancarta pedía a gritos: Abolición del Aborto Ya; y es que la sociedad es plural y tonta en muchas direcciones. Siguiendo en España, varios amigos han cumplido años: Toni, Ceci y Lissette (Felicidades!) y yo he disfrutado de Ana Belén y la concertista Rosa Torres-Prado en un espectáculo que fusionó, sin pedantería, la música clásica, la poesía, alguna canción y reflexiones sobre el arte. En otra cuerda, se ha recordado que Freddy Mercury murió hace 20 años y se afirma que en Rusia los homosexuales temen por sus vidas… Putin y su tropa no sólo les niega el derecho al matrimonio, van más allá y quieren prohibir manifestarse homosexual. Vamos, el sueño dorado de muchos que duermen en la Moraleja y votan al PP. Así va el mundo, ese que gira creando historias… y yo, para variar, quiero contarles una. Hace cerca de 16 años llegué a Madrid, sin canas, con 50 kilos y una carta para una persona que inmediatamente contacté. La persona en cuestión resultó ser un señor agradable que me esperó en el mercado San Miguel y me invitó a comer a su casa. Allí su pareja, otro señor algo más serio, había combinado sabores con olores y me esperaba con una mesa especial. Así comenzó una amistad que ha superado la barrera de la década. Con ellos viví mi primera vez ante el Guernica, de ellos bebí La Habana de los 60 y 70 que no viví, con ellos compartí mis dudas y mi evolución. Visitar a mis amigos siempre ha sido abrir una ventana a la sabiduría y la búsqueda de la belleza a través del conocimiento. Ellos nacieron en Cuba, no son habaneros pero aquella ciudad los sedujo y el hechizo aún les dura. El uno se hizo químico y combinó la ciencia con la ópera para hacer más llevadera cualquier fórmula. El otro primero fue profesor, maestro, y luego la vocación le llevo al periodismo, a la crítica, a las letras… escribió sobre los grandes y las grandes, fue amigo de la Loynaz y de vez en cuando habla con ella. Los dos aman la danza y son enciclopedias del ballet mundial. El uno me examina con ojos severos en cada uno de mis pasos, el otro, me da su confianza sin condiciones. Lo cierto es que nunca he tenido cerca a lectores más voraces, cinéfilos más entregados, ni mejores personas. Pero el tiempo es implacable y por estos días, luego de muchos años en su segunda ciudad, su sentido común los lleva a cambiar Madrid por un sitio más apropiado. La edad y otros factores les hacen buscar el calor de una latitud más adecuada y la cercanía al mar. Mis amigos se van de la capital, se instalarán en Valencia y con optimismo me dicen: “estamos a 2 horas en AVE”. Sé que nos veremos menos, y la tristeza me hace su presa por esto. Una vez más pienso que la vida es una despedida tras otra. Por suerte queda la tecnología, la electrónica que hace inmediata la comunicación. También viajaré más a Valencia, allí tengo otro buen amigo que espera mi vista.
Os quiero,
Ed.
PD: A los que están por Madrid, los cines Princesa están poniendo una restrospectiva de festivales. Han programando “The artist”… la mejor película que he visto este año. La recomiendo.
Ha pasado una semana difícil de resumir, las elecciones ¿del mercado? han teñido de añil la Madre Patria y mientras unos auguran cambios fantásticos en la prima de riesgo y trabajo para todos, otros ven el comienzo de una etapa incierta de oscuridad católica. Por su parte, Google festejó el 60 aniversario de Ciberiada con un doodle delicioso que hacía resolver un problema al usuario, y a mí me entretuvo por quince minutos. Desde USA se dice que el Curiosity está a punto de dejar el planeta para buscar vida en Marte. Mientras tanto, Letizia, la que antes era periodista de izquierdas en un medio de derechas y ahora es princesa, ha dejado caer en Chile que en España el matrimonio homosexual y el aborto son legales, y la sociedad vive feliz con ello. No obstante, en la celebración del ascenso del “Babas” una pancarta pedía a gritos: Abolición del Aborto Ya; y es que la sociedad es plural y tonta en muchas direcciones. Siguiendo en España, varios amigos han cumplido años: Toni, Ceci y Lissette (Felicidades!) y yo he disfrutado de Ana Belén y la concertista Rosa Torres-Prado en un espectáculo que fusionó, sin pedantería, la música clásica, la poesía, alguna canción y reflexiones sobre el arte. En otra cuerda, se ha recordado que Freddy Mercury murió hace 20 años y se afirma que en Rusia los homosexuales temen por sus vidas… Putin y su tropa no sólo les niega el derecho al matrimonio, van más allá y quieren prohibir manifestarse homosexual. Vamos, el sueño dorado de muchos que duermen en la Moraleja y votan al PP. Así va el mundo, ese que gira creando historias… y yo, para variar, quiero contarles una. Hace cerca de 16 años llegué a Madrid, sin canas, con 50 kilos y una carta para una persona que inmediatamente contacté. La persona en cuestión resultó ser un señor agradable que me esperó en el mercado San Miguel y me invitó a comer a su casa. Allí su pareja, otro señor algo más serio, había combinado sabores con olores y me esperaba con una mesa especial. Así comenzó una amistad que ha superado la barrera de la década. Con ellos viví mi primera vez ante el Guernica, de ellos bebí La Habana de los 60 y 70 que no viví, con ellos compartí mis dudas y mi evolución. Visitar a mis amigos siempre ha sido abrir una ventana a la sabiduría y la búsqueda de la belleza a través del conocimiento. Ellos nacieron en Cuba, no son habaneros pero aquella ciudad los sedujo y el hechizo aún les dura. El uno se hizo químico y combinó la ciencia con la ópera para hacer más llevadera cualquier fórmula. El otro primero fue profesor, maestro, y luego la vocación le llevo al periodismo, a la crítica, a las letras… escribió sobre los grandes y las grandes, fue amigo de la Loynaz y de vez en cuando habla con ella. Los dos aman la danza y son enciclopedias del ballet mundial. El uno me examina con ojos severos en cada uno de mis pasos, el otro, me da su confianza sin condiciones. Lo cierto es que nunca he tenido cerca a lectores más voraces, cinéfilos más entregados, ni mejores personas. Pero el tiempo es implacable y por estos días, luego de muchos años en su segunda ciudad, su sentido común los lleva a cambiar Madrid por un sitio más apropiado. La edad y otros factores les hacen buscar el calor de una latitud más adecuada y la cercanía al mar. Mis amigos se van de la capital, se instalarán en Valencia y con optimismo me dicen: “estamos a 2 horas en AVE”. Sé que nos veremos menos, y la tristeza me hace su presa por esto. Una vez más pienso que la vida es una despedida tras otra. Por suerte queda la tecnología, la electrónica que hace inmediata la comunicación. También viajaré más a Valencia, allí tengo otro buen amigo que espera mi vista.
Os quiero,
Ed.
PD: A los que están por Madrid, los cines Princesa están poniendo una restrospectiva de festivales. Han programando “The artist”… la mejor película que he visto este año. La recomiendo.