viernes, 28 de octubre de 2011

Viernes... de verdad!!!

Hola a tod@s!

Desde un Madrid ya instalado en otoño de libro, con días en los que se alterna la lluvia y los cielos plomizos con sol tímido y temperaturas pre-invernales, escribo este Viernes que, como siempre, a algunos gustará y a otros rascará. Mientras tanto los medios se preguntan qué ministerio ocupará Gallardón, las puertas de un A&F se abren en la calle Serrano, Viola Davis presenta película nueva, la derecha busca fisuras en el proceso de paz y yo planifico el fin de semana que pienso llenar con cine y teatro, porque me gusta y así lo quiero hacer.

Han pasado dos semanas movidas en varios sentidos con noticias buenas y otras gracias. Un viaje de ocio-trabajo me llevó a Gran Canarias y allí nos juntamos cuatro amigos variopintos: el uno con su portátil y sus tres móviles, no paró de reportar lo que su ojo escudriñaba, el otro se relajó en una superpiscina que compartió, un tercero, recién llegado de la Isla Metafórica, nadó entre nuestros comentarios capitalistas-opulentos y yo disfruté de la compañía especial que proporciona el calor de la amistad. ¿Se puede pedir más? El regreso a la península se tiñó con trabajo no menos variopinto que mis amigos, un paper casi aceptado en PLos y datos que auguran proyectos entretenidos para mi laboratorio. En fin, cosas agradables que proporcionan satisfacción a la par de rompecabezas. Sin embargo, algo ha ocurrido que merece la pena compartir. Resulta que tengo otro amigo, también hijo de las metáforas, que lleva más de un año intentando regularizar su situación en España. Esta persona es un “crack”, desde Cuba logró premios que es difícil obtener en un laboratorio financiado del primer mundo. Aquí y por su currículum obtuvo un contrato de investigador que es sueño dorado para los nativos… pero, la burocracia es grande y madre de todas las desesperanzas. A pesar de haber ganado el contrato, haber demostrado su capacidad trabajando gratis en un laboratorio y un largo etc, España no veía posible su legalización. La historia termina con mi amigo obteniendo un visado especial para los Estados Unidos, donde sí reconocen su valía y le proporcionan los medios para instalarse y ser productivo. Interesante la manera que tenemos en la Madre Patria de perder lo que vale y puede generar cosas buenas. Nuestras calles se llenan de personas de dudosa reputación que poco aportan a la economía y el bienestar, mientras tanto exportamos talento y rechazamos profesionales de primera. En esa línea, aún no es oficial pero si oficioso que la Comunidad de Madrid ha recortado drásticamente su presupuesto para estabilizar investigadores en el área de Biomedicina, debido a la crisis y otras desgracias… lo increíble es que este año sólo tenían que estabilizar a 7 científicos. No hay dinero para ellos. En fin, ni el mar nos salvará de la hambruna, de espíritu, que a la larga dura más que la otra.

Os quiero,

Ed.

PD: A partir de hoy los comentarios en mi blog serán moderados debido a que no voy a permitir ataques personales ni comentarios obscenos.

sábado, 15 de octubre de 2011

Viernes



Hola a tod@s!
Ha terminado una semana de trabajo extraña, partida por la mitad debido a una celebración algo insulsa y marcada por unas temperaturas poco habituales para la época… confirmando aquello de que nos estamos cargando el planeta.
Al inicio de la semana supimos que Fina García Marruz, la misma que ha sobrevivido a todo Orígenes, recibía un premio importante de poesía, al final y por aquello del balance, hemos conocido que Laura Pollán, la líder de Las Damas de Blanco, ha muerto en La Habana. Imagino que la primera haya sido noticia en la Isla de las Metáforas, lo segundo estará confinado al olvido, de la misma manera que el periodismo cubano se quedó mudo frente a la muerte de Jobs mientras que el mundo no hablaba de otra cosa. Moviéndonos a Madrid, desde la empresa que tengo con unos amigos hemos hecho público un pequeño informe con una cifra alarmante: casi el 50% de las personas que acuden a nuestros laboratorios para realizarse un test de VIH da positivo en el período post-vacacional. La nota de prensa sólo ha tenido eco en una publicación online que dirige otro amigo y los comentarios hechos por los lectores no pueden ser más surrealistas. Es preocupante como hemos bajado la guardia frente a este virus, cierto es que ya la muerte no llama a la puerta de quienes lo tienen, pero la cura no ha llegado y los efectos secundarios de la medicación es un tema pendiente de la medicina moderna. Me llama la atención que se le hace más caso a temas relacionado con la protección de animales, mascotas abandonadas y experimentación animal, que a algo relacionado con nuestra propia especie. Por momentos pienso que la enajenación ha llegado a tales niveles que, dados a elegir, una gran cantidad de personas salvarían a un perro y no a un niño. Ahora me viene a la mente una anécdota que me contó un amigo cuando vivía en Los Estados Unidos. Resulta que ellos, inmigrantes cubanos con abuela en pack, vivían en un edificio respetable de Manhattan… años transcurrieron y sus vecinos no pasaron del cortés “Hello” o un rápido “Hi”. Un día la abuela, señora que nunca menguó su intención de charlar con algún vecino aunque sin éxito, murió de un infarto. Los llantos de la familia inundaron el elegante edificio, pero nadie, mi amigo pensó que por prudencia, educación o mil otras tonterías, se acercó para dar el pésame. Semanas más tarde el perro de la familia fue atropellado justo frente a la vivienda donde vivían, otra tragedia… lo increíble fue que al día siguiente varios vecinos pusieron flores en la puerta de la casa de mi amigo con tarjetas de condolencias por la pérdida de la mascota. No deberíamos perder tanto el norte, las mascotas nos tienen para que las defendamos, pero ¿quién nos defiende a nosotros? Y con esto y la recomendación de no perderse la película-documental sobre Pina Bausch y esa otra pieza que nos regala Sophie Coppola que se llama “Somewhere”, me despido.
Os quiero,
Ed.

domingo, 9 de octubre de 2011

Viernes de Nobel, una pérdida y otras cosas…

Hola a tod@s!
Por Madrid vamos disfrutando de un otoño ligero que parece no querer establecerse. Mientras tanto, yo he estado la mayor parte de la semana evaluando a investigadores que, luego de seis años en un programa, deben demostrar que merecen una posición algo más estable dentro del sistema sanitario español. La tarea no es fácil y de alguna manera me hace sentir responsable del futuro de la ciencia en este país. Al mismo tiempo que escuchaba miserias varias de hospitales que no entienden que sin investigación no habrá aspirinas en el futuro, la prensa se ha ido haciendo eco de los premios Nobel que los suecos conceden cada año. La primera sorpresa agridulce fue saber que la inmunidad innata y sus mecanismos de reconocimiento se llevaron la mitad del premio de Medicina. El francés Hoffmann y el norteamericano Beutler pusieron el dedo en la llaga hace ya algún tiempo, y le dijeron al mundo que el sistema de defensa innato es mucho más específico que lo pensábamos. Sus descubrimientos inspiraron a una oleada de inmunólogos que se lanzaron a estudiar las reacciones primeras que tiene nuestro cuerpo frente a lo extraño, entre ellos yo. La parte amarga de este premio tiene como nombre Ralph Steinman, un canadiense que siendo postdoc descubrió las células dendríticas y, con ellas, la manera de “educar” a nuestras defensas. Steinman no supo que ganó el Nobel, tres días antes había muerto víctima de un cáncer. Según los estatutos, el premiado debe estar vivo… por unas horas la confusión se instaló en los medios, hasta que finalmente la Academia se pronunció y mantuvo el premio a Steinman. Al día siguiente tocó el turno a la Física que este año galardonó a tres científicos bastante jóvenes, Saul Perlmutter, Brian Schmidt y Adam Riess, por sus observaciones cosmológicas y decir rotundamente que el universo se está acelerando. Este descubrimiento, sorprendente, no tiene aún explicación clara. De alguna manera contradice la lógica del sentido común y se puede explicar con un ejemplo más sencillo: Si uno lanza al aire una pelota y esta sigue subiendo en lugar de lugar de caer al suelo… ¿Qué cara se nos pone? Pues esto es lo que sucede con el universo… sigue acelerándose. Más tarde en la semana llegó la Química y el israelita Daniel Shechtman se alzó con el premio en solitario por su descubrimiento, en 1982, de los cuasicristales. Cuentan que cuando Shechtman observó aquellas estructuras bajo el microscopio todos pensaron que era un error, un artefacto… vamos una metedura de pata. Los átomos en el cristal de esa imagen formaban un patrón que no podía repetirse y que, en teoría, era imposible. Shechtman defendió con rudeza su descubrimiento y los americanos, sin rudeza, lo invitaron abandonar el laboratorio por mentiroso. Un amigo me dijo que en el campo de los cristales todos deseaban que le dieran el Nobel, no tanto por justicia, y si mucho para no tener que escuchar una y otra vez su pataleta por el tema. Entonces llegó el jueves y con él el premio más mediático: Literatura. Por lo general con este Nobel hay controversias, esta vez el galardón se quedó en casa, el poeta sueco Tomas Tranströmer ha sido el agraciado. Ya sé que nadie lo conoce, incluso el mismo Varga Llosa reconoció no haber escuchado su nombre anteriormente. Debo admitir que tengo un amigo que si lo había leído, pero es que vive en Suecia y como el mismo dice: “No vale”. Tampoco a Cela lo conocía ni dios fuera de hispanoamérica cuando le dieron el Nobel, así que no hay porqué sorprenderse. Al final de la semana llegó el turno de premiar un esfuerzo por la Paz y esta vez se reconoció la labor de tres mujeres. Las liberianas Gbowee Leymah y Ellen Johnson Sirleaf, y la activista yenemita Karman Tawakkul tienen el Noble por la lucha no violenta en favor de la seguridad de las mujeres. Y yo no pude dejar de pensar que quizá algún día veremos en Oslo a las Damas de Blanco.
Y así terminó la semana, por el mundo muchos festejaban un premio y millones más se entristecían por la muerte de Steve Jobs. Debo decir que lo que siempre admiré de Jobs fue su mirada, en ella estaba su filosofía de vida. Este hombre creaba o incitaba a crear porque sus ojos no encontraban lo que deseaba tener en frente. La mayoría de los mortales no estamos de acuerdo con nuestras vidas, con nuestras interacciones, con el color de una pared… pero son muy pocos los que deciden cambiar lo que no les gusta o crear lo que consideran que debe existir, entre ellos estaba Mr. Apple, que no mereció un premio Nobel, y algunos que he mencionado en este Viernes dominical que si lo han recibido.
Os quiero,
Ed.
PD: Escribí una especie de Obituario de Jobs en la publicación on line con la que colaboro. Os dejo el link aquí: http://www.ociogay.com/OcioGay/Pantallas236.aspx