viernes, 25 de octubre de 2019

Viernes...

Hola a tod@s! 
Me he saltado un par de Viernes, falté a mi cita con los Nobels en un año con historias varias, no he comentado una Giselle fantástica en el Teatro Real que algunos han preferido abuchear y para colofón sacaron a Franco de su mausoleo. Entonces me centro lo último. 
Se acabó, pero a nadie parece haberle gustado la forma, el envoltorio, el exceso de celo, la falta de respeto, los derechos humanos, la familia y un cometa que pasaba por Neptuno. He leído y escuchado, poco, pero diverso. Resultó que ayer, justo el día del gran traslado, lo tuve de traca. Terminé en las cercanías de las diez de la noche, hora en la que decidí pasar a buscar a mi esposo por su oficina y obligarlo apagar el ordenador. No pude ver los gritos de exaltación nacionalistas, sí esos también lo son. Ni escuchar en directo los “Marlaska maricón” tan apropiados para la ocasión. No pude cenar frente a un telediario con los comentarios de sesudos políticos instagramers (de todo el espectro) criticando, poniendo el grito en el cielo, buscando rédito y sumando algún voto… tan sólo dije: “Enhorabuena a este bello país” entonces empezó una baraúnda de angustiados por mi desconocimiento sobre el legado franquista, sus aportes al bienestar social, los pantanos, la concordia y la Física del estado sólido. De pronto se me tildó de comunista furibundo adoctrinado por el Caribe revuelto y trastornado por los tratados de Marx. En comanda se organizó un curso on line para culturizarme y evitar mi caída en un foso de desconocimiento de Historia Universal, tratados europeos, lírica falangista y alta economía. Desde pueblos perdidos del sur se enviaron listados de bondades y agradecimientos a la existencia de Franco. Con origen en otras latitudes me exigían que desvelara mi afiliación a partidos del martillo y la tarjeta de abastecimiento. Vaya despropósito, yo sólo quise decir: Enhorabuena a este bello país. Enhorabuena por darse cuenta, unas décadas después, que no se debe honrar a un asesino, venga de donde venga y aunque haya tenido mil dos bondades con unos cuantos. Dicen que Hitler fue un excelente padre. Fidel tuvo grandes ideas y unos algunos buenos propósitos… la lista la podemos agrandar todo lo que queramos. No voy a renunciar a las neuronas y pensar, eso nunca. Un dictador venga de la izquierda o venga de la derecha, es eso, un dictador. Un día una distinguida política de Unidas Podemos me dijo que ella tenía un retrato de Fidel en su salón a lo que alegué: eso es cómo si yo tuviera uno de Franco en el mío… “no es lo mismo”, respondió ofendida. Ayer una amiga de derechas ensalzaba la figura y obra de Franco, yo le comenté que aquello me sonaba al discurso de agradecimiento que los fidelistas me echaban de vez en cuando… “no es lo mismo”, respondió entre risas de superioridad. Estas son las cosas por la que a veces, sólo a veces, pienso que moriremos de democracia… luego se me pasa. Es el efecto secundario de tener neuronas y hacerlas funcionar. Hoy seguro seguirán unos diciendo que el PSOE lo hizo por aquello de las elecciones, otros vendrán que si el respeto a la iglesia, los de más allá sacarán el paro a pasear por las calles electrónicas de Facebook y Twitter. Alguno dirá que se gastaron millones y la Notaria del Reino pestañeó inadecuadamente… volverán a gritar: “Marlaska maricón” y aquí me paro: ¿Cuándo vais a entender que ser maricón, es decir, gay-homosexual-lgtbi, no es un insulto?
Volveremos el viernes que viene, con cosas más juiciosa y algo más de tiempo. Pongo el letrero en mi despacho que aparece a continuación y sigo trabajando en eso de explicar la metástasis… por ejemplo. 
Os quiero, 
Ed.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estamos esperando el próximo relato de Viernes, no en todas tus ideas o pensamientos coincido pero para eso la diversidad de criterios. No obstante me encanta leerte.