Hola a tod@s!
Luego de algo más de treinta horas de viaje, un sinnúmero de
husos horarios y un frío atroz en el aeropuerto de Los Angeles… estoy en
Honolulu. Realmente no soy consciente de cuán lejos me encuentro de cualquier
otra parte del planeta. Es lo que tiene viajar en medios rápidos, por aquello
de que el alma va con retraso no interiorizamos las distancias ni los cambios.
Por aquí andamos, sin saber muy bien de que va este complejo de islas perdidas
en el Pacífico y con la plena seguridad de que me marcharé de ellas sin tener
idea de lo que realmente se cuece entre sus volcanes.
Hasta Hawaii me trajo un congreso de inmunología, el que
anualmente convoca la Sociedad Americana a la que pertenezco desde hace unos
años. Un evento muy bien organizado donde me han compactado las cosas que me
interesan de tal manera que he tenido suficiente tiempo para vacacionar. Hablar
de ciencia a los niveles que hemos visto aquí seguramente es aburrido, para los
más entendidos sólo decir que tuve la oportunidad de escuchar en directo y
luego charlar con Medzhitov, el bioquímico ruso devenido inmunólogo de Yale.
Para el resto, también puedo decir que justo ayer me encontré en el agua a uno
de los actores de Sex and the City. Así todo, mientras, el organismo trata de
adaptarse a un desfase de 12 horas, aunque los amaneceres, la playa y los
ocasos ayudan. Cosas curiosas me han sucedido, como cuando paseando por el
downtown de la ciudad me percaté que no llevaba el mapa ni la guía-inútil que
compré en Madrid… con un sol abrumador y algo de cabreo pregunté a una nativa
si existía alguna oficina de turismo cerca, entonces me indicó que entrara a un
sitio donde quizá me podrían ayudar. Me dirigí al lugar, especie de despacho
escolar donde se lleva la “contabilidad” de la asistencia de los alumnos y
cosas por el estilo, con la plena seguridad de estar en el sitio incorrecto.
Una vez dentro expuse mi razón y aquella señora de años vividos resultó ser una
enamorada de Madrid, ciudad en la que vivió la movida, lugar donde alquiló un
piso en la calle Ibiza, sitio que añora a pesar de que sus recuerdos se
visualizan en blanco y negro. En fin, que las sorpresas siempre están al doblar
una esquina o al entrar en una oficina. Gracias a ella no perdí mi tarde y
visité las cosas importantes del sitio.
Amén de las playas, sorprendentemente calientes, algo me ha
llamado la atención de este lugar y es la ausencia, casi sospechosa, de un
movimiento social visible. Por ninguna parte se ven vestigios de una protesta,
ni de una inconformidad. En la universidad no existen graffittis, ni carteles.
Hay que decir que hace un siglo los EEUU "tomaron" por la fuerza al
reino de Hawaii, depusieron a su reina y en el transcurso de unos pocos años
anexaron el país. Según internet existe un movimiento independentista en la
isla, pero yo no he visto ningún atisbo de inconformidad. Parecen estar contentos
con su estatus y muestran serenidad a todas horas. Otra cosa evidente es el
sobrepeso de una gran parte de la población, algo que no me extraña. Entre el
poco estrés al que están sometidos y la alimentación hipercalórica, lo extraño
es que no rueden. Pero yo, realmente, he desconectado… “he bajado el katao”,
con el cable a tierra y nada de tensión. Entonces os cuento que exploré el
arrecife en un submarino y pude comprobar aquello de que uno se vuelve azul
cuando tienes un montón de metros de agua sobre la cabeza, también estuve en
Pearl Harbor y entré en un submarino de guerra para comprobar que vivir allí
dentro era algo difícil. Me hice una foto con la bandera americana en plan
“nacido el 4 de julio” y la subí a Facebook para recibir críticas varias y
diversas… a las que he respondido con
un: “Luego de librarte de una dictadura queda la difícil labor de despojarte de
la que llevas por dentro”. Salí de Cuba para ser todo lo libre que pueda y eso
incluye hacerme una foto con la bandera que me apetezca. Comprobé que la gente
de por aquí lleva la danza en la sangre; los ballets de occidente deberían
prestar más atención a los movimientos y el trabajo de piernas que se pueden
ver por estos lares. También constaté que la virilidad del polinesio no está
reñida con las flores y la delicadeza que engendra fraternidad.
De cualquier manera, me quedo con algo de Hawaii, algo que
me transportó por un segundo a una juventud, un mar lejano, un sol caliente, un
momento de sueños… Resulta que un día, luego de bañarme en la playa, busqué un
sitio donde ver la puesta de sol… allí, junto a otros tantos fui testigo de ese
momento mágico en el que el astro desaparece y, probablemente, el agua hierve
por habérselo tragado. Entonces me vino a la mente cuando hacía lo mismo en 12
y Malecón, en aquella Habana donde soñaba con cambios, laboratorios, películas,
viajes y libros prohibidos. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Mucho, pero nunca será
suficiente para olvidarlo.
Os quiero (aloha!),
Ed.
8 comentarios:
quien paga estas vacaciones? porque poco de ciencia habras visto. Ay el cientifico de la salsa.que despotismo
Considero que cada uno debe de disfrutar de la plena libertad, no entiendo que por una simple foto con una bandera, alguien, no se quien te critique, las banderas son simbolos de los países y me pregunto por que uno no se puede fotografiaar con la bandera americana, española o japonesa. Amo la libertad al maximo y considero estamos en todo el derecho de disfrutar de la misma.
Seguramente te escribiré otras lineas en otro momento. Se ha roto la quietud. Disfruta al maximo y en hora buena. Gracias por tu "Viernes".Un abrazote
uno de los más bellos e interesantes que has escrito!
Argeo
Bien por ti!!! me hiciste recordar (y añorar, no te voy a decir que
no!) los atardeceres en 12 y malecón ... y el agua cálida del mar,
sabes qué?! eso es una de las cosas que más extraño aquí, veo mar a
todas horas pero cada vez que meto un pie en él me recuerda que no es
igual al que escuchaba todas las noches mientras dormía en el piso 14
de 12 y malecón.
un bso ... y como siempre...lindo en las fotos! jejejeje
Eric
Huele a mar tu Viernes
Que musculitos jajajaj
Vives como un cura (de los de antes) carajo! Besos y disfruta del encanto local
Un "viernes" personal, intimo, despojado de los problemas que acongojan a Madrid...me imagino que ne Hawaii uno como que se olvida de todo....
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