Hola a tod@s!
Cuando era pequeño, bastante por cierto, me leí un libro para niños de Herminio Almendros sobre la vida de una polaca que, contra viento y marea, se licencia en Física y Matemáticas en la Sorbona de París, se casa con la ciencia y su Pierre Curie y funda una dinastía de científicos sin precedentes. De sus manos salió el concepto de radiactividad y también dos nuevos elementos químicos: el radio y el polonio. Aquella vida dedicada a la búsqueda de la verdad me fascinó, la elevé a un altar. Luego muchos otros compitieron por destronarla, mas algo la mantuvo firme en lo alto de mi veneración. Como cada año, esta semana desde Suecia han ido anunciado aquellos que entran en otro altar, los Nobels. Como cada año, pensé dedicar mi Viernes a comentar los premios pero un soplo que se origina en mi infancia me desvía del objetivo primero.
En Madrid, dos personas apasionadas por la vida de Madame Curie, la polaca de mi altar, han lanzado una nueva biografía de la Curie y para celebrarlo trajeron a los dos nietos de aquella diosa de mis primeras décadas. A veces, pocas, los sueños se cumplen. Tuve la oportunidad de conocerlos y decirles que estudié Física Nuclear por culpa de su familia. Ahora en casa tengo una biografía más de Maria Salomea Skłodowska-Curie, pero firmada por Helene y Pierre, hijos de Nobels y nietos de Nobels. Y una curiosidad más se añade a lo que ya sabía de esa dinastía científica; Helene que también es física nuclear, se enamoró y se casó con el nieto de
Langevin, aquel otro científico que tan cerca estuvo de plantear la misma teoría que hizo famoso a Einstein y con quien Marie Curie, se dice, tuvo un fallido amorío tras la muerte de su Pierre. Los círculos, a veces, se cierran. Pero la semana, implacable, siguió su curso sin atender a mi emoción. Empezó con la mala noticia de un NO colombiano al proceso de Paz, seguramente imperfecto pero extremadamente necesario. Otro ejemplo de lo que, muchas veces, hemos hablado sobre consultas populares y madurez frente a las urnas. El mismo lunes vivimos con cierta intranquilidad la posibilidad, aún real, de un Nobel español en Medicina. Lo que hemos llamado “corta y pega” genético estaba en las quinielas con grandes posibilidades. Me refiero a ese mecanismo molecular que imita lo que hacemos todos los días con el procesador de texto cuando cortamos y pegamos frases, pero a nivel del ADN, es decir tratando a los genes como si fueran palabras. Su descubridor, el que le puso ese nombre tan difícil para la prensa generalista (CRISPR), es alicantino y trabaja en la madre patria. Al final los suecos decidieron elevar a su altar a un japonés, Yoshinori Ohsumi, por el descubrimiento de la autofagia, la maquinaria que permite una especie de limpieza a niveles celulares. Merecido. El mismo lunes, y a raíz de la posibilidad patria, escribí para un diario “on line” una tribuna de opinión sobre por qué España ha perdido el tren de los grandes descubrimientos a favor de los autobuses que tan sólo llevan al pueblo colindante. Es simple, se han olvidado de lo esencial. La ciencia con mayúscula se gesta en los laboratorios básicos, allí donde se buscan explicaciones “estrafalarias”, se prueban ideas “locas” o simplemente se estudian las bases del todo. Nuestro sistema es miope a los grandes saltos y sólo se interesa por los pequeños pasos que van dando soluciones intermedias. El mismo Pierre (nieto de Marie) respondía a una pregunta mía sobre el tema con un … “nos hemos olvidado de la creatividad y sólo hacemos ciencia programada, hoy Einstein no tendría ninguna posibilidad de financiación”. El martes llegó con el Nobel de Química a la nano-ingeniería, las futuras máquinas que llevaran fármacos y otras necesidades a lugares escondidos del cuerpo, los premiados fueron Jean-Pierre Sauvage, J. Fraser Stoddart and Bernard L. Feringa. Y con ello se esfumó, por este año, las posibilidades españolas de volver al altar sueco. El corta y pega que antes comentaba, al convertirse en una técnica que está revolucionando la biomedicina, tenía posibilidades de entrar en esta categoría, habrá que esperar un año o más. Ya miércoles tocaba el turno de los físicos y esta vez el galardón se fue a la teoría de la topología de transiciones de fase, debo reconocer que aquí me perdí… David J. Thouless, F. Duncan M. Haldane and J. Michael Kosterlitz estarán muy contentos, digo yo. Y el jueves vino la sorpresa. Tuve un día complicado, asistí a un homenaje que me ocupó la mayor parte del tiempo y sobre las seis de la tarde fue que pude buscar el nombre del escritor o escritora que verá re-editada toda su obra en medio planeta. El Nobel de Literatura es controvertido, la exquisitez literaria se antoja demasiada subjetiva. Mientras me conectaba hice quinielas ¿Murakami? ¿Un poeta senegalés que no conoce ni dios? … ya sabéis que hablo del dios de los ateos, por supuesto. Y la sorpresa es que no había anuncio de Nobel de Literatura. ¡La indecisión ha llegado a Suecia! Amparados por la regla de los 4 jueves y este caprichoso año bisiesto, no dieron el veredicto, tendremos que esperar un poco más. Pero el viernes me gustó, luego de ese NO popular vino el reconocimiento por el proceso de Paz en Colombia que tanto ha costado a ese hermoso país. Santos recogerá la medalla Nobel el 10 de diciembre en Estocolmo. Falta el de Economía, Oslo y no Estocolmo lo anunciará el lunes… y los libreros no han podido hacer agosto con el nuevo escritor agraciado. Y por hoy os dejo, tengo que revisar datos del laboratorio. Sé que la ciencia no me promete la felicidad pero, al menos, me proporciona bocados de verdad.
Os quiero,
Ed.
7 comentarios:
Sigue soñando que se harán realidad otros más.
Como siempre precioso.
Disfrutar leyendo tus escritos es un placer, gracias
Eres Grande Ed. Me encanta leerte, a falta de poder verte preciosa reflexión. Gracias por compartir
Me encanta leerte. Gracias por compartir
Me encanta leerte. Gracias por compartir
Excepcional!!! Como todos los viernes,compartes con todos, ""tu saber"" que es una oportunidad grandiosa que tenemos los que leemos tu blogspot . Esperando ya el proximo.Un beso
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