Hola a tod@s!
Madrid es un sitio entretenido, la gran representación de lo que España es, un lugar donde no se llega o se pasa, donde el término medio no existe. Este fin de semana que se abre ante nosotros es ejemplo de lo que digo. La ciudad se prepara para una final de fútbol con mucha polémica política, un concierto de Bruce Springsteen, una manifestación de ultras, otra de neonazis y una huelga de metro. Todo ello sumado a la habitual fiesta nocturna, ese no parar que hace estragos en cuerpos que se renuevan cada mañana al son de estimulantes, dietas proteicas y gimnasio, pasando por alto, claro está, toda aquella cultura que se ofrece en museos, teatros y cines en versión original. Eso es Madrid, eso y también una metrópoli que acepta sin preguntar, que te deja vivir incluso si tu estilo no encuadra con el suyo. La ciudad, por aquello de ser especial y tener, tiene en su puro centro el barrio gay, surgido de las cenizas y las jeringas de las drogas en los ochenta… devenido barrio “in”, “cool”, imprescindible desde los 90. Unos cuantos bloques que osaron emular al padre Castro del lejano San Francisco y puede que hasta hayan ganado la partida. Chueca, así se llama, estuvo de fiesta hace poco. Una de sus plazas adoptó el nombre de Zerolo, aquel chico rebelde de rizos imposibles que luchó por los derechos de quienes no los tenían pero que el cáncer le ganó su última jugada. El cáncer, otra vez. Chueca también celebró el día internacional en contra de la LGTB fobia, ese odio incomprensible que una parte de la población tiene por otra por ser diferente o simplemente poco frecuente. De cualquier manera es curioso y hasta increíble un dato… resulta que según las estadísticas, siempre poco fiables, siempre traicioneras, sólo el 10 % de la población mundial es auténticamente blanca, algo que coincide con la cantidad de personas que son homosexuales en este planeta. Resulta entonces que es tan infrecuente ser blanco como no ser heterosexual… la pregunta salta y ni siquiera tengo que formularla, ¿no? Pero por si alguien aún no se la ha imaginado, ahí va: ¿Por qué, incluso por estos lares y a estas alturas, descubro miradas indiscretas cuando voy de mano con mi chico por la calle?
Y aquí lo dejo, quizá hubiese sido más interesante hablar de esteladas prohibidas, elecciones por venir, las cinco horas que Lola Herrera vuelve a gastar hablando con Mario u otra inmensidad de injusticias que el mundo comete contra su propio mundo… pero hoy quiero ser libre de coger la mano de Ismael y que nadie me mire de reojo por hacerlo.
Os quiero,
Ed.
11 comentarios:
Precioso, lo comparto.
Las cosas más sencillas pueden molestar a quienes se creen con el poder de decidir lo que está correcto y lo que no.
Yo hago otra pregunta, ¿es necesario ir demostrando por ahí que eres gay? No es necesario, eso algo tuyo y nadie tiene que saberlo. Pierdes toda credibilidad como científico y persona publica mostrando tu parte íntima que a nadie nos importa y avergueza a muchos de tus seguidores.
Ed, tienes algunos seguidores que son telita :-)
Preciso bro!
Tan sencillo como tomar la mano a quien quieres.
De dónde salió el o la energumero del comentario que te hace la pregunta?
Muchas veces te he visto con tu chico (ya le pongo nombre Ismael) por la calle de manos. es una imagen wapa.
Una gran ciudad Madrid. Sabéis? lo raro es que aún tengamos que luchar por unos derechos que son innatos o deberían de ser, es como luchar por el día de la mujer, el día de los enamorados en fin, mientras existían personas con prejuicios ó intolerantes tendremos que seguir poniéndoles días para recordarle a la gente que existimos y tenemos nuestros derechos. Ah! Y eso no va con la credibilidad ,(ni cómo persona ni cientifico) eso lo tienes más que demostrado, la valía de las personas se demuestra con la aptitud y actitud con lo cual estas por encima de muchas muchas persona. Un besito
Y como no! Un beso fuerte a esa gran persona que te acompaña en tu vida Ismael!!!!
Con "seguidores" como el que te pregunta-sermonea a la 1:42, no necesitas enemigos... ¡Vamos, ni siquiera indiferentes! Casi da ganas de reír, de tan estúpido. ;-) Un abrazo, Pablo
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