domingo, 29 de enero de 2012

Viernes de cinematografías minoritarias…

Hola a tod@s!
Luego de unos cuantos eventos de esos que tienen gran vuelo, viajes y cansancio acumulado, no hay nada como volver a los orígenes, buscar refugio en uno mismo. Por ello he estado mucho en casa, eso sí, trabajando a destajo. La escritura de unos proyectos, la revisión de un artículo y alguna colaboración pendiente han llenado estos días en los que el invierno quiere volverse realidad antes de que la primavera comience a instalarse. No obstante al retiro, el cine me tentó y siguiendo mi “onda” intimista escogí cinematografías minoritarias para no salirme del cauce. La primera fue “Juan de los Muertos”, una película cubana independiente, no erré en la elección… hacía mucho que no me reía tanto en una sala oscura. La historia parece simple, pero no lo es, una epidemia de zombis infecta a La Habana, un grupo de cubanos intentan sacar partido de ello y lo demás está servido. Es probable que mucho sepáis que el nativo de aquella isla tiene tres formas de actuar frente a un problema: “poner” un negocio (en España diríamos “montar”), acostumbrarse y seguir con sus vidas o tirarse al mar… huir. Los protagonistas de esta historia optan por la primera y empiezan a cobrar por “matar a sus seres queridos”, infectados claro está. Con unos personajes muy bien dibujados y diálogos de una fluidez extraordinaria, “Juan de los Muertos” hace gala de actuaciones totalmente orgánicas, de esas que pocas veces se pueden apreciar. La película tiene el valor añadido de poseer niveles de interpretación, y esto es algo sabio que pocos logran. A ella se puede ir sin saber ni siquiera donde está Cuba, y te ríes; si has tenido contacto con la historia de la perla de las Antillas, entras más. Pero si eres nacido y criado en la Isla de las Metáforas, entonces gozas. Llena de frases ininteligibles para el no-cubano como “puro estás de pinga acere” y otras que recuerdan a Calderón de la Barca pero que por allí florecen en la boca de cualquier barriobajera, y para muestra menciono “decirte quiero para equivocarte no vayas”, aquello es un chorro constante de referencias a esa especie de raza a la que nadie ha quedado indiferente y pertenezco no sin cierto sabor a orgullo. El guión luce brillos por todas las aristas, reta al espectador a buscar más allá de la historia plana y, si quiere, puede interpretar las dobleces de la historia. Por otra parte, técnicamente es correcta, más que correcta para las condiciones en las que se realizó y quizá muestre su talón de Aquiles en algunas escenas dobladas… pero ya sabemos que hasta el sol tiene manchas. Id a verla, disfrutaréis. Pero no hubo una sin dos, la segunda elección fue una multipremiada película iraní y me refiero a “Nader y Simin, una separación”. Ya mi amigo Glaría me la había recomendado, también los críticos de medio planeta, pero de estos últimos me fío menos. Lo cierto es que sorprende el ritmo de la narración, las actuaciones naturales y la historia en sí misma… simple y compleja a la vez. Coincido con alguien que dijo que lo mejor, cinematográficamente hablando, es la toma inicial y la final, pero de ahí a elevarla a los cielos con todos los premios queda un espacio enorme. El director nos cuenta los entresijos de una separación que se salpica por un “accidente”, donde se mezclan religión, costumbrismo, ansias de modernidad y algún elemento más. Es probable que esta historia contada desde otra cultura no hubiese llegado ni al proyector del amigo íntimo del director… no obstante juzgad vosotros mismos, siempre es interesante una visión diferente de esa sociedad que aún nos queda lejos. Y para cumplir aquello que reza no hay dos sin tres, elegí la tercera de la semana y aquí, como dicen en mi tierra “metí la delicada”… siguiendo las minorías, me fui a los nórdicos, elegí Noruega y un título singular: “El inadaptado”, sólo decir que las risas de mi acompañante aún resuenan en mis oídos, pero lo peor fue que estás risas no vinieron provocadas por imágenes y situaciones salidas de la pantalla, no, nada de eso. El protagonista fui yo que incapaz de aguantar la cabeza dignamente, dormí cual lirón sin piedad. Lo siento, no puedo contar de qué va…

Os quiero,

Ed.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Juan de Los Muertos es desternillante. Lo mejor para reirse.

Anónimo dijo...

Menos mal que estabas recogido en casa... tres veces al cine en una semana... pas mal!

Anónimo dijo...

¿De dónde sacas tiempo cabroncete?

Anónimo dijo...

A mí también me gustó la cubana.