jueves, 26 de agosto de 2010

Viernes... triste

Hola a tod@s!
El domingo, tal y como muchas veces suelo hacer, me fui al cine a la hora sagrada de la santa siesta española; por compañía llevaba mis pensamientos. Tenía en mente que iba a ver un pastelón francés llamado “Mis tardes con Margueritte” (no hay error, por una vez, es con doble “t”). La historia es simple, los diálogos arrancan alguna sonrisa, pero la nonagenaria actriz que encarna a Margueritte te inunda. Al salir del cine tuve que llamar a mi madre y decirle que la quería… como en la historia, mi madre, con el mérito añadido de ser casi analfabeta, me inició en el amor hacia los libros, las historias, la lectura. En la conversación hubo algo de tristeza, un trasfondo que no logré descifrar… cuatro días después, es decir ayer, un email enviado por una gran amiga me comunicaba que mi padre había fallecido…
Nunca nos acostumbraremos a lo que, supuestamente, es lo más normal… hoy entiendo a los que se aferran a una fe para superar las pérdidas.
Os quiero,
Ed.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eduardo, ya sabes que te entiendo perfectamente. Nunca estamos preparados, nunca somos los suficientemente fuertes. Un abrazo grande de ánimo.
AnaC.