sábado, 31 de marzo de 2012

Viernes

Hola a tod@s!

Con una gripe que parece alergia y mientras espero la llegada de un amigo que será vecino al menos por cuatro años, escucho una entrevista con Jessica Lange y escribo mi Viernes, desde un Madrid pos-huelga y medio “acojonado” por los recortes que el gobierno central impone para salir de la crisis. Ha sido una semana movida, como casi todas. De Cuba nos llegan imágenes dantescas: fidel con el papa, las minúsculas no son una errata. Si la foto con el polaco cabrón me parecieron una falacia, las de ahora resultan repulsivas. Quizá lo más triste es que para la Isla de las Metáforas la iglesia es signo de progreso y apertura… hay que estar muy hundido en el medioevo para ver la luz en una institución tan retrógrada como el vaticano. Volviendo a la Madre Patria tuvimos, como ya dije, una huelga general que, para variar, fue un éxito y un fracaso según quien opine. Lo cierto es que de un plumazo, y en aras de salvarnos de un tortazo merkiano, tendremos que aguantar unas medidas leoninas de las que nos será difícil salir. Casi todos los ministerios han sufrido un recorte superior al 15 %, siendo uno de los más afectados el de Exteriores. Se acabó la cooperación internacional, este país dejará de ayudar; se terminaron las obras faraónicas, este país dejará de construir. Se re-congelan los salarios de funcionarios, este país no crecerá. Entre tanta desgracia es bueno saber que el recorte en biomedicina no supera el 10 % y aunque no estoy muy seguro si ha sido una medida propia o impuesta por Bruselas, la celebro. Hablando de ciencia y sin dejar la huelga, discutí con un par de amigos sobre “el derecho a huelga del científico”, yo exponía mi criterio, cuando un científico hace huelga no afecta al gobierno, sólo joroba el futuro de la humanidad… por esta razón, nunca he hecho huelga y probablemente nunca la haré, aún estando de acuerdo con los motivos por la cual se convoca.

Cambiando de tercio, y por aquello de que este es el momento que me ha tocado vivir y lo gozaré, me fui al teatro con el miedo que provoca una decepción anunciada, pero allí comprobé que el buen texto no envejece y unos actores de talla te pueden hacer reír hasta la saciedad. En Madrid han estrenado una versión muy fiel de “Noise off” (Que desastre de función) y recomiendo a tod@s correr al Teatro Canal para olvidarse de la crisis, la cara de Rajoy y de la patata vaticana. Es increíble, esta obra fue escrita hace 30 años, ha sido puesta sobre todas las tablas, fue llevada con mucho éxito al cine, y aún nos reímos con ella. También estuve en el cine y me teletransporté a mi época esnobista universitaria, cuando perseguía a Tarkovsky y contaba los sellos de Bergman. Fui a ver la última película de Sokurov, su Fausto es distinto y es igual. Recuerdo haber leído la novela en La Habana e impresionarme la manera en que Goethe se escabulló y no nos aportó nada íntimo de su querido personaje. Aquí, por lo contrario, encontramos al hombre inmerso en su discurso filosófico. En la sala donde la vi la media de edad rondaba los setenta y eso me entristeció. Cuando era joven, a este tipo de peli asistían bellas y bellos, chicas y chicos, con libros bajo el brazo y sueños de grandeza. ¿Dónde están hoy? Quizá estén creando artilugios útiles para la comunicación instantánea como el whatssap que tanto uso, el mismo que cuando pones Fassbinder te lo rectifica a Fasvinder y es algo que me preocupa de la nueva generación.

Y por hoy es suficiente, ahora me toca dar la bienvenida a Toni que será jefe y vecino por algún tiempo y es amigo de por vida. Ah, una anécdota graciosa… resulta que me he enterado, por azares y casualidad, que alguien que evidentemente no me conoce mucho, se ha puesto a divulgar que tengo problemas con el alcohol. Nunca me he reído tanto. Si es cierto, tengo problemas con el alcohol, no puedo ni olerlo, no me gusta su sabor y mucho menos su hedor. Quienes han estado dos minutos a mi lado sabrán que cuesta mucho hacerme beber una cerveza… pero en fin, siempre quedará la rumorología.

Os quiero,

Ed.

PD: David... muchas felicidades, espero verte en Madrid pronto.

sábado, 24 de marzo de 2012

Viernes...

Hola a tod@s!

Hoy no es viernes, ya lo sé, pero es el momento de mi Viernes y me he levantado leyendo una noticia absurda que define, perfectamente, la estupidez de tiempo que nos está tocando vivir… resulta que, según los mercados, Apple tiene más valor en bolsa que toda la economía española. Inaudito pero así es, hoy un inversor se deja llevar por la absurda idea de que una compañía que nos inunda de artilugios, yo el primero en tener varios de ellos, vale más que todo un país, en fin no hay mucho más que comentar al respecto.

He estado perdido durante dos semanas, como decimos los cubanos “me he volado un par de turnos”, cosas diversas me ocuparon y el tiempo libre se lo he dedicado a los amigos. Resulta que, a pesar de que las dinámicas de grupo no me van, nunca he pertenecido a un grupo, nunca me sentido atado a una tendencia… los dos últimos fines de semana los he pasado en grupo. El primero fue en San Sebastián y el país vasco francés con mi triada cubana. Y por allí, frente al mar, estuvimos horas jugando a Escriba y Lea, algo que para los no-cubanos puede resultar pedante pero para nosotros es entretenido y nos trae un pedacito de nuestro tiempo en la isla. El juego consiste en adivinar “un hecho histórico, una personalidad célebre…” haciendo las preguntas claves. En la memoria me queda la risa que provocó cuando “alguien” ubicó a Colombia en centro américa o hizo construir el Hermitage algún siglo después. También me quedará el placer de sentir el agua fría en los pies y el calor de dos personas a las que quiero mucho. Luego de una semana de locura laboral, vino lo que en España llamamos puente, yo tenía mil cosas que hacer y quizá quedarme en Madrid para desatascar hubiese sido una idea cuerda… pero ¿quién dice que somos cuerdos? Lilo cumplió 40 años y quiso como regalo reunir a los que quiere en una casa rural en el Jerte profundo… y pa’llá fuimos. Un detalle pequeño, insignificante, casi imperceptible es que todo Madrid decidió abandonar la ciudad ese fin de semana entonces, yo que odio los coches, que me mareo dentro de ellos, que no aguanto estar encerrado en esas cosas por más de una hora… me pasé cinco horas y media en un trayecto sin fin que se hace en tres. Creo que quiero mucho a Lilo. Merece la pena decir que durante la travesía nos metimos por un carril supletorio, de esos que cuando lo escoges no puedes salirte hasta muchos, muchos kilómetros después… pero no nos percatamos que ya íbamos en reserva, al final logramos salirnos cuando nos quedaba dos gotas de gasolina en el tanque. Entonces, con la alegría de estar salvados, primero se nos pasó la primera gasolinera y luego escogimos ir en dirección contraria… es decir, deshicimos algunos kilómetros ya hechos. Pero llegamos y allí estaba Lilo rodeada de comida, con cara de preocupada pero feliz de tenernos con ella. Fueron días de naturaleza pura, aire sin contaminantes y naranjas pequeñas, de esas que, por su aspecto, nadie compraría en un mercado pero con un dulzor inigualable… ya dije que somos tontos, si nos creemos que Apple es más valiosa que un país qué más da lo de la naranja. El regreso, fue más rápido… menos mal. Pero lo de los amigos siguió siendo el signo de estos días. A Madrid llegó Ahmed, el mismo que un día hizo que la danza no sólo me gustará sino que la entendiera hasta en los más mínimos detalles. Con él paseé por la ciudad y hablamos, hablamos. Por él estuve en el homenaje que le hicieron Alicia Alonso en la Zarzuela y allí asistí al espectáculo de ver a la rígida reina homófoba aplaudir y hasta soltar un poco sonoro “bravo” a la danza que viene de la isla de las metáfora. La misma isla de las contradicciones, donde un señor válido y con edad respetable ha de suplicar un permiso para poder estar un par de días fuera. La isla que el nuevo papa visitará y, al igual que cuando estuvo el polaco viajero hijo de puta, el gobierno obligará a los trabajadores madrugar y estar todo un día a la espera del papamóvil. Sí, el mismo gobierno que detuvo y retuvo durante horas algunas Damas de Blanco como advertencia a la disidencia… ¿qué es aquello? La respuesta es obvia: nadie lo sabe.

Y para terminar algo cultureta… ya vi “Verde, verde”, la última película de Pineda Barnet, aquel que ganó un Goya por su Bella del Alambra, ahora se volvió más filosófico y ha pretendido un homenaje a Fassbinder pero le ha salido un discurso antiguo dentro de una atmósfera lograda, eso sí con el talón de Aquiles del cine cubano: el pésimo sonido. También estuve viendo el musical basado en “El crimen de Lord Arthur Saville”, donde se pretendió un “musical de autor” y casi se logra. Más tarde, con Xavi, me fui al Microteatro por dinero una buena idea por el centro de Madrid y al final “Mirror, mirror” me ha dejado sin saber si la nueva Blancanieves me ha gustado o no. Luego dormí.

Os quiero,

Ed.

PD: Mi sobrina cumple 30 años, Angel mi gran amigo que ahora vive en Valencia algunos más… felicidades también para ellos. Lilo los 40 son efímeros… en breve tendrás más, no te preocupes.

domingo, 11 de marzo de 2012

Viernes tardío...

Hola a tod@s!

Hoy hace siete años me atreví a romper una barrera y soltar a los cuatro vientos aquello que hacíamos en el laboratorio. Recuerdo haber vivido días de emociones encontradas, de recibir todo tipo de crítica de quienes no entendían porqué saltar a los medios con una noticia científica o, por el contrario, encontrarme con la mirada esperanzada de los que el cáncer les había tocado cerca. Hoy, desde la perspectiva del tiempo transcurrido, creo que hice bien. Aquel día en España hubo una noticia agradable, la gente vio a un grupo de “chavales” dirigido por uno que aparentaba ser un chaval y que ponía su punto de mira en solucionar un problema mayor. También fue bueno escuchar un acento latino explicando otra cosa, hablando, no de sus aventuras con folclóricas, sino de ciencia. Luego de tanto tiempo, el cáncer sigue sin solución, pero se ha avanzado. Aquella historia que hicimos pública aún no ha llegado a un fármaco pero estoy seguro que llegará, y será mejor escuchar esa noticia que al ministro de justicia diciendo que la mujer es víctima de una violencia estructural al tener el derecho de abortar. Nunca he logrado entender las razones que se esgrimen para eliminar un derecho, nunca entenderé a quienes hablan de “asesinato” cuando se refieren al aborto en los primerísimos momentos de la gestación, nunca entenderé a las mujeres que se dejan avasallar por señores como este. El aborto no es un anticonceptivo, pero es un avance que ha permitido planificar la familia y evitar situaciones difíciles de por vida. De cualquier manera sigo pensando que la culpa de todo esto recae únicamente en ese opio de los pueblos que se llama religión y que tanta daño ha hecho al planeta.

Cambiando de tercio, un amigo me recordó que los Óscars pasaron y pasaron desapercibidos en mis Viernes. Tienes razón mi querido Ángel, sin embargo, puedo decir que me quedé despierto para verlo, también que me pareció más que aburrido, que me alegré por Octavia Spencer (la negra secundaria de The help), disfruté con el discurso de Meryl Streep y confirmé lo que había dicho sobre The Artist. Volviendo a la península, el asombro no se me pasa al saber que el juez no cree que la infanta no estaba al corriente de los negocios de su marido, ¿no decían que la tonta era la otra? Por suerte en Madrid tenemos una exposición de Chagal que quita el hipo y te hace olvidar el poco sentido común de la justicia. Es curioso porque a pesar que no me gustan los motivos bíblicos ni tampoco las escenas rusas, sus cuadros me fascinan. Viendo la exposición pensé que con él me pasa lo mismo que con Basquiat, me gusta porque sí. Me encanta el uso de los colores intensos, nunca un rojo, un verde o un azul han sido tan rojo, tan verde y tan azul. En él se sintetiza el fauvismo y la descontrucción y todo es armónico. Con él el negro sale del fondo y toma personalidad. Sencillamente genial. Y por hoy no hablo más.

Os quiero,

Ed.

sábado, 3 de marzo de 2012

Viernes de Shelly, Follies y otras pequeñas historias...

Hola a tod@s!
Si ya sé que es sábado y que casi nunca escribo mi Viernes un viernes y qué más da… Esta semana mientras un amigo hacía las maletas para presentar su película en el festival de Miami y otro se comía las uñas porque inauguraba exposición, yo recibía una amiga de esas que las mayúsculas saben a poco para definirla. Shelly (que firma Chelly pero yo la rebauticé siglos atrás) llegó a Madrid desde China y retomamos la conversación en el punto donde la dejamos hace 4 o 5 años, como si el tiempo no oxidara las palabras y lo que significan. Con ella vivimos La Habana de finales de los ochenta y principios de los noventa, cuando la ciudad se hundía en el hambre pero seguía luciendo ese arte que nadie ha podido negarle. Aquellos fueron tiempos convulsos que definieron más de un carácter e hicieron que una generación se desperdigara por el planeta, en busca de “otra cosa” que muchas veces no llegó. Hoy Shelly es la misma, con más experiencia y dulzura, con ella nos fui
mos a “patear” Madrid, ciudad que nos encanta y con ella vimos Follies, espectáculo para nostálgicos. He de decir que esperaba mucho más de Mario Gas en esta versión del musical en el que un teatro se hunde, para convertirse en el garaje donde vivirán los fantasmas de sus tablas. Aquello fue una “última oportunidad” para quienes brillaron en el pasado y se apagaron en el empeño. La prometida Masiel se quedó en promesa no cumplida, otros como Hipólito mostraron un registro nuevo pero poco interesante, más allá llegó Linda Mirabal que lució chorro de voz cuando tuvo oportunidad, pero de momentos aislados no se vive y hasta “Losing my mind” pasó inadvertido… ¡mira que es difícil! La palabra escogida es decepción. No obstante disfruté de la compañía de dos seres queridos y de las risas que no tienen precio cuando son espontáneas. Y así ha pasado esta semana en la que el nervio ciático se hizo notar, mi laboratorio prepara traslado, otro amigo decide mudarse a Madrid y mi pequeño migra, por poco tiempo, a tierras británicas.

Os quiero,
Ed.
PD: Xavi, suerte con la peli.